Estos días, además del video (ya en categoría viral) de los Muppets covereando la de Rapsodia Bohemia, de Queen, he encontrado muchas entradas de blogs sobre fobias. Ello —aunado a las voces cada vez más fuertes, a la paranoia que me da cuando mi computadora se conecta automáticamente a una red desconocida y los sueños de los que no puedo despertar—, me da mucho qué pensar (sí, es en serio, a veces lo hago: cuando quiero pensar no pienso y a veces pienso sin querer).
Será la época, será el sereno, pero cada vez más desequilibrios mentales nos aquejan, al menos hay más palabras para subdividir lo que antes era sencillamente locura o rareza. Trastornos que antes eran una sola enfermedad hoy son síndromes, parafilias y fobias, gracias a la nosología. Como los cinco minutos de fama, cada quien tendrá su fobia, su patología.
Es extraño ver que la extrañeza es más común de lo que creía. Bueno, no. No tanto, lo presentía al tratar de adivinar miradas, de reconocer mensajes. En realidad, al ver las listas de fobias y síndromes me he sentido más acompañado. Las vocecitas en mi cabeza gritan jubilosas: ya ves, no eres el único...
Pero no le extrañe a nadie que aún no me hayan encerrado en uno de esos centros de retiro espiritual más conocidos como el maniquiur o la casa de la risa: todos los que me rodean están locos y así no notan las fallas de mi mente. Es fascinante cómo las mentes desequilibradas se van encontrando y construyen nuevos mundos, a veces sostenidos en el canto de un naipe.
Algo así como lo que el Gato le develó (sí, prefiero develó a desveló, sólo a solo) un día a Alicia:
Si no estuvieras un poco loca no estarías leyéndome.
Si no estuvieras tan loca escaparías de mi lado...
Te comparto estos terrores de muestra:
Bibliofobia: Miedo a los libros.
Didaskaleinofobia: Miedo a ir a la escuela.
Enosiofobia: Miedo a confiar un pecado imperdonable o a la crítica.
Hippopotomonstrosesquippedaliophobia: Miedo a las palabras largas.
Hypengyofobia: Miedo a la responsabilidad.
Hypnofobia: Miedo al sueño o a ser hipnotizado.
Ideofobia: Miedo a las ideas.
Maniafobia: Miedo a la locura.
Metrofobia: Miedo u odio a la poesía.
Nomatofobia: Miedo a los nombres.
Odynofobia: Miedo al dolor.
Oneirofobia: Miedo a los sueños.
Paralipofobia: Miedo a descuidar un deber o responsabilidad.
Pediofobia: Miedo a las muñecas.
Philosofobia: Miedo a la filosofía.
Phronemofobia: Miedo al pensamiento.
Psychofobia: Miedo a la mente.
Scriptofobia: Miedo a escribir en público.
Sophofobia: Miedo a aprender.
Verbofobia: Miedo a ciertas palabras.
Y un síndrome (muy gustado en la serie del dotor Greg House) de entre los cientos que hay, el de Münchausen: "enfermedad que se caracteriza por inventarse y fingir dolencias (o incluso provocárselas uno mismo, mediante la ingesta de medicamentos o mediante autolesiones) para llamar la atención".