viernes, julio 31, 2009

oído por azar

Si, hasta ahorita conseguí un teléfono de monedas... Sí, te extraño... Mucho... Claro que me gustaría hacértelo... La verdad y acá entre nos me encantaría que mis amigos te tuvieran para que vean lo que es una hembra, para que conozcan la poesía encarnada... ¿Y qué más...? Y mis enemigos también, ¿por qué no? Para que se mueran de envidia, para que conozcan mi dicha. Es más, debería ser una experiencia obligatoria estar entre tus piernas, para que sientan una verdadera entrega total, el vértigo agonizante de una experiencia animal que los haga llegar al infinito, que se llenen de color, de ese rubor que hace palicecer el nombre carmín, de la piel morena que se apodera de mi alma haciéndola estallar a tu creciente ritmo. Por mí te tomaría videos, fotos, que todos sepan que el paraiso existe. Debería ser una asignatura obligatoria para graduarse en sexo, para decir que se ha amado en esta vida. Quisiera hablar en público de tu botón agigantado, de tu vagina, tu selva y tu olor a flora, de tu gemidos, de todo lo que hacemos en privado. Pero no te preocupes, ante todo soy un caballero. Bueno, chiquita, se me acaban las monedas... sí, yo también...mucho...

3 comentarios:

  1. Estimado Alexandro:

    hace rato, a la una y media de la mañana, leí tu post.

    me quedé pensando en 3 opciones, pero como el sueño ya me ganaba, y tenía que levantarme -como lo hice- a las cinco y media, mejor me fui a dormir un rato.

    Ahorita ya con algo de tiempo te diré que las 3 opciones que pensé son:

    a: se trata de alguien que leyó Vox, de Nicholson Baker, dándole candela a su respectiva fémina.

    b: es un padrote, que acaba de leer a Naguib Mahfuz y su 'Callejón de los milagros'.

    c: eras vos, en un arranque de cachonda urgencia incontenible.

    [Sí, mi cerebro está jodido]

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  2. Anónimo11:03 p.m.

    Es la opcion C Francisco, pero el color de la piel es otro

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  3. Hola. Gracias por jugar. Qué tanto hay de mí en lo que escribo es una labor que piendo dejar a mis biógrafos. Como el narrador, soy un caballero (y los caballeros no tenemos memoria, nomás recuerdos) y no pienso admitir que la piel morena me enloquece... pero a las inteligentes apropiaciones que propone Francisco podemos añadir:

    d: todas las anteriores.

    e: ninguna de las anteriores.

    f: no era un teléfono de monedas sino un celular.

    g: el narrador trabaja en un servicio de hot line complaciendo a una clienta con preferencias definidas.

    h: los cerebros del autor, del narrador y de algunos lectores están enfermos.

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