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De escribir bien, el saber es el principio y la fuente.
El asunto podrán enseñarte los socráticos pliegos,
y a un previsto asunto las palabras seguirán sin negarse.
Quien aprendió a la patria qué debe y a qué a los amigos,
con qué amor al padre, con cuál a hermano ha de amarse y a huesped,
cuál es el deber de un senador, cuál el de un juez, cuál la parte
de un capitán a la guerra enviado, ese sin duda
sabe entregar lo que conviene a cada persona.
Ordenaré observar el ejemplo de la vida y los usos
al docto imitador y tomar de ahí vivas las voces.
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Cual la pintura es la poesía; hay una que, si más cerca te hallas,
más te cautiva, y alguna, si más lejos te apartas;
ésta ama lo oscuro, querrá con luz ser mirada esa otra
que no tiembla del juez ante la astuta agudeza;
ésta una vez gustó, esa gustará repetida diez veces.
¡Qué chingón regalo!
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