jueves, junio 11, 2009

110 años

"Un día, mientras escribía una carta, Otoko abrió el diccionario para consultar el ideograma pensar. Al repasar los restantes significados ("añorar", "ser incapaz de olvidar", "estar triste") sintió que el corazón se le encogía. Tuvo miedo de tocar el diccionario... Aun ahí estaba Oki. Innumerables palabras se lo recordaban. Vincular todo lo que veía y oía con su amor equivalía a estar viva. La conciencia de su propio cuerpo era inseparable del recuerdo de aquel abrazo".

"... Ella ignoraba cómo había flotado su propia imagen en la corriente de Oki. No podía haberla olvidado; pero el tiempo había corrido de manera diferente para él. Las corrientes del tiempo nunca son iguales para dos personas, ni siquiera cuando son amantes… La imagen que conservaba de Oki había flotado junto a ella en la corriente del tiempo y quizás los recuerdos de este amor estuvieran teñidos por los colores del amor por sí misma. Quizás hasta se hubieran transformado. Nunca se le había ocurrido pensar en que los recuerdos son sólo fantasmas y apariciones…"

Kawabata Yasunari, Lo bello y lo triste

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