domingo, marzo 16, 2008

Espejito, espejito...


Pobre, nadie quería platicar con ella.
No se volvió de piedra sino que se enamoró de su imagen.

Dubois afirma que como Medusa, la Gorgona, la semidiosa de cabellera de serpientes que transformaba en piedra a todo ser vivo que veía, la fotografía petrifica a su objeto, pero también a sí misma.

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