miércoles, agosto 25, 2010

El nombre de un pueblo, apuntes

San Luis Rey, pintado por El Greco
Se festeja hoy, 25 de agosto, a San Luis Rey de Francia. Es día de asueto en San Luis Potosí y cómo se se antoja quedarse todo el día a leer o ya de perdida ver la televisión. Apenas me voy levantando. Miento: ya vi los periódicos del día y desayuné. Miento: nomás vi un periódico, me enjuagué la boca y me vine a echar de nuevo. Se antoja un desayuno ejecutivo: café y cigarro. También se me acaba de antojar preguntarle a mis paisanos cuál de los Luises era el santo; digo, nomás para saber.

Y es que en esta ciudad se dan tantas cosas por sabidas que se sigue pensando que San Luis sí es vecino de diez estados y que el águila se paró por acá. Mentira o literatura, a veces verdad, todo vale en la construcción de este espacio, odiado y temido, anhelado y querido.

Que le hayan cambiado el nombre de San Luis Mezquitique a San Luis Potosí (pero también Real de San Luis, Real del Señor San Luis, Real de San Luis minas del Potosí, San Luis de la Paz...) al puesto que luego sería ciudad (y luego estado) debe haberle caído en el higado a los aguerridos chichimecas de la región —miren que eran seminómadas, andaban de aquí para allá con alegría, adheridos a la procesión por todo este desierto— allá por 1591, obligados a permanecer en un solo lugar al que se le había dado el nombre de un dios (santo) ajeno del que además se decía que fue un gran guerrero.

Pero miento, otra vez. En todo caso San Luis Potosí fue el nombre elegido para la ciudad de los españoles (fundada en 1592), y los indios que estaban allí asentados tuvieron que irse más al norte, a la orilla del río Santiago, donde crearon los pueblos de Santiago (apostol que se supone predicó en Españal dios del trueno en algunas culturas) y Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcalilla (diminutivo-despectivo del pueblo de los indios que acompañaban a los conquistadores), que hoy son dos de los siete barrios.

Dicen unos que los indios que estaban allí originalmente hicieron su fundación un 25 de agosto, que de ahí el nombre. Otros dicen que es mentira, pero lo que se sabe (o se da por cierto) por el acta de fundación es que la fecha oficial es el 3 de noviembre de 1592. La cosa es que los guerreros desaparecieron y sólo quedó el nombre del nuevo guerrero, patrono del virrey Luis de Velasco y de los franciscanos que lo acompañaban.

Desde entonces se dijo que era un Potosí, emulando al Cerro Rico de Potosí que está en Bolivia, el referente para las toneladas de plata que esperaban encontrar en Cerro de San Pedro. "Vale un Potosí". No fue así. Hay quien dice que la voz viene del quixua y significa "manantial de plata"; hay quienes lo niegan, y aseguran que esa palabra significa "explosión". Puede ser, sí. Hasta la actualidad, cuando la empresa Minera San Xavier ha dinamitado el cerro que está retratado debajo de San Luis Rey de Francia en el escudo de armas de la ciudad. La guerra santa, dicen.

No creo que al rey que participó en las cruzadas le hubiera gustado mucho el monigote de cantera que pusieron en la Plaza de los Fundadores (y que retiraron a los pocos días) pero aquí, al parecer, a pocos interesa el recuerdo, total, ni siquiera a quienes deberían resguardarlo. Luis permanece a la entrada de la catedral, con esa mirada tan particular, y afuera entre reflectores está el señor de las palomas.

Ni santa ni guerrera, la ciudad sigue con su cantera y adoquines. Trata de ser. San Luis Rey anda en la Fenapo y trata de olvidar sus penas: no está en las estampitas ni se le reconocen muchos milagros. De sus palabras, la mayoría oraciones, vale la pena recordar las siguientes, dedicadas a su hijo:

"Para con tus súbditos, obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón".


Me voy a seguir leyendo. Miento: seguiré acostado, gozando la flojera. 

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