martes, octubre 20, 2009

Hache (Ye)

Informa el Conaculta que "Francisco Rebolledo, José N. Iturriaga y Antonio Saborit fueron jurado del Premio de Ensayo Literario Malcolm Lowry, que otorgaron a Heriberto Yépez por Sin ninguna palabra entre nosotros. Viajes, vestigios y visiones mexicanas de Jerome Rothenberg."

A Yépez lo sigo como lector desde hace un buen rato. En la feria del libro de León años ha hubo una plática sabrosa tras su participación como escritor y experto bloguero (crimentales aún no nacía). Su sitio, Hache, es de los de lectura obligada, enlace permanente aquí al lado, y con la invitación a que lo lean, por ahora los dejamos con este post de HY:

Extraño dar clases por la tarde y leer pasajes de Hegel, Wittgenstein o Heidegger e interpretarlos durante dos horas mientras por una ventana veo cómo anochece. Dar esos seminarios realmente era grato. Eso me encantaba de trabajar en la carrera de filosofía. Lo que no me gustaba eran los otros profesores, que no entendían mucho de filosofía y se la pasaban cada uno en su dogmatismo pequeño —la filosofía o es el gran dogmatismo o no es ningón dogmatismo, pero nada en medio— ni tampoco los alumnos, que no entendían nada y eran molestos, porque creen que la filosofía tiene algo que ver con la izquierda mexicana o con la Iglesia o con asuntos inconclusos con su padre y es una flojera analizar filosofía frente a un montón de veinteañeros sin profundidad filosófica y que creen que la filosofía es fumar mariguana y sacar copias cada semana. Por eso dejé esa carrera. Me harté, sobre todo, que fueran tan cobardes y no escribieran. Era dar clases para puros consumidores de ideas ajenas que luego utilizan para justificar su pobre existencia de entelequias moribundas, quejosas. Pero si me pagaran por dar clases de filosofía para salones vacíos mientras anochece sería bastante feliz en este momento de mi vida. Me sentiría como un grillo silbando un ruido gratuito en la noche de una ciudad sin sentido.

Extraño todo, menos el pasado.

1 comentario: