domingo, septiembre 02, 2007

distancias a veces no tan sanas

Recien inicié una encuesta con los cuates de mis flogs a raíz de la pregunta ¿es posible enamorarse por medio de internet? y las respuestas han sido tan variadas como el material que se encuentra en estas carreteras. Hay dos chicas que lo niegan. Una amiga ya me dijo que sí, que ella a los 16 años lloraba por alguien que ni supo cómo era físicamente. Y otro chavo asegura que él ya conoció al amor de su vida en un sitio de esos de encuentro (hi5 o myspace, por citar los más conocidos), se siguieron en el chat y se llevan bien en el terreno virtual. Otro más incluso ya viajó al otro lado del país para conocer físicamente a su novia de Internet y tiene planes de matrimonio más o menos próximos.

Mucho se ha escrito sobre la distancia con el objeto amado, el amor a las sombras como lo llamaba Dante. Mediante un nick o seudónimo la posibilidad de mentir a través de la www crece, con fotografías de perfil tomadas de sitios de modelos o retoques que evitan la cirugía. La apuesta está en todas partes, pues hay parejas que después de años de verse todos los días y a toda hora se deshacen por quítame estas pajas, y Nabokov en boca de Humbert Humbert cita los casos de Dante y Petrarca, enamorados de niñas que vieron unas pocas veces en su vida. (A mí me gustaba mucho una muchacha a la que nunca le confesé mi sentimiento, y el día que se lo dije ardió Troya.)

En otro terreno, el hoy acusado de usurpador, Alfredo Bryce Echenique, hace confesar al narrador de La amigdalitis de Tarzán: "fuimos mejores por carta". ¿Fuimos mejores por chat? ¿Fueron más importantes los emoticones que una mirada?

Son ideas que se van conjuntando, son ideas que pueden concretarse en un ensayo o algún cuento.

Por lo pronto te veo surgir en la pantalla, sonriendo.

"Miénteme más, que me hace tu maldad feliz..."

No hay comentarios.:

Publicar un comentario