Mostrando las entradas con la etiqueta cerebro. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta cerebro. Mostrar todas las entradas

viernes, noviembre 10, 2017

Cerebro: "mediador, no causador..." - Marino Pérez Álvarez

«El cerebro humano actual es exactamente igual desde hace veinte, treinta o incluso cuarenta mil años, según algunos autores. Y sin embargo, actividades como el lenguaje, la escritura, la geometría o la ciencia han aparecido cronológicamente después; actividades cuya causa se atribuye en muchas ocasiones y de forma engañosa al cerebro. Todas estas actividades, incluyendo el lenguaje y la escritura, tienen una historia social y colectiva, no generada por un cerebro, sino por individuos, que tienen un cerebro, sí, pero que viven en una sociedad, en un contexto, que tienen sus circunstancias y unas posibilidades de vida. Y son esos contextos los que han permitido que el propio cerebro evolucione. El cerebro no crea estas actividades, sino que las media, las permite. El cerebro es un órgano mediador, no causador, de las actividades humanas. El cerebro forma parte de un andamiaje (como se dice en términos evolutivos y psicológicos) histórico y cultural gracias al cual media las actividades humanas, pero no las crea. Por eso hablo del “mito del cerebro creador”; porque el cerebro no crea, sino que media y permite la existencia de las actividades que se le atribuyen, pero estas actividades son históricas y sociales, colectivas, antes que generadas por ningún cerebro...

»Es absolutamente fundamental que los científicos sepan de filosofía. Todo científico, al margen de la opinión que tenga de la filosofía, aun pensando que la filosofía no es relevante para él o que ésta está superada por la ciencia, tiene una filosofía espontánea. Todo científico tiene unas concepciones espontáneas de la propia ciencia. De este modo, cuando dice que todo se reduce al cerebro o a la neuroquímica, está planteando un concepto filosófico y no propiamente científico. En ese sentido los científicos deberían tener una mayor conciencia y formación filosófica, para evitar seguir esa filosofía espontánea, a menudo ridícula e infantil, que no llega seguramente ni a la época de los presocráticos, que reducían todo al agua, al fuego, al aire… Muy a menudo los neurocientíficos actuales reducen todo a la química y en ese sentido están siendo presocráticos. Así que la formación filosófica de los científicos es fundamental, pues muchos de sus problemas son filosóficos y conceptuales y no meramente técnicos. Hay un gran error, yo lo escucho muy a menudo, que consiste en que las ciencias derivan de la filosofía, y que por tanto la filosofía perdió su sentido porque ha derivado en las distintas ciencias (la química, la física, la psicología, la sociología…). Eso no es cierto; las ciencias no derivan de la filosofía, sino que derivan de las prácticas históricas de los distintos campos de las ciencias, y la filosofía surge precisamente por las contradicciones y complejidades que generan las propias ciencias al entrar en contacto, en contradicción, unas con otras. De modo que la filosofía no está excusada por las ciencias, sino que las ciencias necesitan de la filosofía. La filosofía brota de las ciencias. Así que por concluir, sí, considero que los científicos debieran tener más conciencia y formación filosófica, para evitar quedar a disposición de esa filosofía espontánea sin saber si quiera que la tienen.»

Entrevista con Inés Abalo en Ventana al Cerebro.

lunes, octubre 09, 2017

Mente (1)

¿Cuántas veces habré oído que algo que digo "no tiene lógica"? ¿O que de dónde saqué lo que comento en un determinado momento? No, no es algo que controle, ni siquiera sé cómo llego a ciertos pensamientos y, en su caso, a verbalizarlos.

Me quejo de mi memoria pero he aprendido a convivir con ella. de pronto lanza destellos y a veces enmudece. Puedo bucear en mi océano mental en busca del nombre de alguien y de pronto surge sin que lo ande buscando.

Un par de lecturas al respecto:

"La cosa funciona como un algoritmo. Un algoritmo humano que, en palabras de Noah Harari, «opera mediante sensaciones, emociones y pensamientos». Las informaciones que recibimos continuamente entran en nuestra memoria reciente. Y ese algoritmo decide cuáles de ellas se eliminan y cuáles pasan a la memoria profunda. Entonces, es en el almacén de esa memoria profunda donde nuestros recuerdos se reconfiguran para ayudarnos a aceptar los errores, las indecisiones o los quebrantos del pasado..." (Yorokobu)

Se descubre un universo de hasta 11 dimensiones en las redes cerebrales
"Es como si el cerebro reaccionara a un estímulo construyendo y luego arrasando una torre de bloques multidimensionales, comenzando con barras (1D), luego tablas (2D), luego cubos (3D), y luego geometrías más complejas con 4D, 5D, etcétera. La progresión de la actividad a través del cerebro se asemeja a un castillo de arena multidimensional que se materializa fuera de la arena y luego se desintegra..." (Europa Press)

lunes, septiembre 25, 2017

El cerebro (poema 632) - Emily Dickinson

El cerebro es más ancho que el cielo
y si los pones juntos
El uno contendrá al otro
Holgadamente. Y a ti, además.

El cerebro es más hondo que el mar
Y si colocas ambos —azul contra azul—
El uno al otro absorberá
Como la esponja a la cubeta.

El cerebro pesa lo mismo que Dios
Y —si lo calculas— libra a libra
Hallarás la misma diferencia —si la hubiere—
Que separa a una sílaba de un sonido.

jueves, enero 19, 2017

Dueños de nosotros mismos - Ranulfo Romo

«Es una ilusión creer que somos dueños de nosotros mismos y que tenemos control en la toma de decisiones. Quienes toman las decisiones son los circuitos neuronales, que en su trabajo por detrás del nivel de consciencia hacen estas operaciones y finalmente mandan una decisión para que creamos que la hemos tomado nosotros. Es cierto que parece que hay un tiempo muy corto, donde interviene la consciencia, y se puede vetar esa decisión. Pero es muy corto, y ahí intervienen mucho los sistemas de educación familiar, que nos hacen ser prudentes. Porque tomar una decisión tiene muchas consecuencias para bien o mal. Y detrás están todos los valores, y tenemos circuitos que le dan valor al contenido de una decisión. Hay decisiones fáciles, difíciles y otras imposibles, pero hay que hacer algo siempre. Aunque sea no hacer nada, que ya es una decisión que tomó el cerebro...

»No solo somos entes racionales. Tenemos también un cerebro emocional. Y así como se combina la información sensorial con la memoria y el aparato motor, también lo hace con el aparato emocional. Las emociones también le dan color a nuestras decisiones. Tiene que ver con los procesos de todos los días, en los que obtenemos recompensas. Cada vez que tomamos una decisión correcta, el cerebro nos da una recompensa. Y tenemos circuitos cerebrales que dan valor a nuestras decisiones. Hace años participé en estos experimentos donde descubrimos que había circuitos cerebrales que tienen una molécula llamada dopamina que da valor al contenido de la información. Sin este valor no podemos aprender ni memorizar, y por tanto sin dopamina la vida podría ser un desastre...

»Nuestra vida es importante siempre y cuando uno tenga un impacto en el otro. Solos no somos nadie. Somos alguien por los demás. Yo no sabría si mis decisiones son o no correctas si los demás no me dan una referencia...

«En el fondo, una vez que he tomado una decisión recibo un feedback externo que va moldeando mis acciones. De hecho, se dice que sólo se aprende de los errores, y no de los refuerzos positivos, o éxitos. Si Nadal no se entrenara, por más aptitudes que tenga, no sería el campeón que es ahora. Si don Santiago Ramón y Cajal no hubiese pasado horas y horas al microscopio viendo las muestras de tejido que preparaba, nunca hubiese podido ser el gran neurobiólogo español, quizá el más grande todos. Y se hizo a sí mismo, con muy pocos recursos. Cuando tomamos un libro para leerlo, por ejemplo, supone una opción personal, una disciplina para sentarse y leerlo. Toda acción tiene un coste, con un refuerzo positivo o negativo. Y de esas dos cosas muy elementales, binarias, uno va esculpiendo su cerebro haciéndose a si mismo lo que uno cree que quiere ser...»

- - - - - - - 

sábado, octubre 01, 2016

Iceberg


Por si sirve de algo, yo siempre intento escribir según el principio del iceberg. Hay siete octavos de iceberg bajo el agua por cada parte que se muestra en la superficie. Puedes eliminar cualquier cosa que conozcas y sólo fortalecerás tu iceberg.
Ernest Hemingway

Y vas a la muerte derecho como un iceberg que se desprende del polo
Cae la noche buscando su corazón en el océano 

Vicente Huidobro

Entonces unas extensiones echan el ancla se despliegan por
el fondo de mi mirada cerrada
Icebergs que irradian los hábitos de los mundos venideros
André Breton

Enloquecido en lo que he sido
me hundo
La orquesta del Titanic sigue tocando
Alexei Petrovich
GuardarGuardar
GuardarGuardarGuardarGuardar

jueves, julio 21, 2016

Realismo consciente

En Quanta Magazine, Donald Hoffman habla del realismo consciente, tema que viene muy a propósito de Pokémon Go, y de otras percepciones, y realidades:

"Hemos sido conformados para tener percepciones que nos mantienen vivos, por eso hay que tomarlas en serio. Si veo algo que pienso como una serpiente, no la recojo. Si veo un tren, no me le pongo enfrente. He evolucionado estos símbolos para mantenerme vivo, así que tengo que tomarlos en serio. Pero es un error lógico pensar que si tenemos que tomarlo en serio, también tenemos que tomarlo literalmente.
"Lo llamo realismo consciente: la realidad objetiva es sólo agentes conscientes, sólo puntos de vista. Curiosamente, puedo tomar dos agentes conscientes y hacer que interactúen, y la estructura matemática de esa interacción también satisface la definición de un agente consciente. Esta matemática me está diciendo algo. Puedo tomar dos mentes que pueden generar una nueva, una única mente unificada. He aquí un ejemplo concreto. Tenemos dos hemisferios de nuestro cerebro. Pero cuando se hace una operación de división del cerebro, una transección completa del cuerpo calloso, se obtiene una clara evidencia de dos conciencias independientes. Antes de que el corte hubiera sido hecho parecía que había una sola conciencia unificada. Así que no es inverosímil que haya un solo agente consciente. Y sin embargo, también es cierto que hay dos agentes conscientes allí, y se puede ver cuando se separaron. No esperaba que las matemáticas me obligaran a reconocer esto. Sugiere que puedo tener observadores independientes, ponerlos juntos y crear nuevos observadores, y seguir haciendo esto hasta el infinito. Son agentes conscientes todo el camino hacia abajo. 
Estoy afirmando que las experiencias son la verdadera moneda del realismo. Las experiencias de la vida cotidiana —mi verdadera sensación de un dolor de cabeza, mi verdadero sabor a chocolate— son realmente la naturaleza última de la realidad. 



lunes, junio 06, 2016

Ilusiones y falsas memorias - Michael S. Gazzaniga

Leí la entrevista a Michael S. Gazzaniga y al compartirla ya estoy dudando de si "leí" es la palabra correcta. Y es que, según el investigador, el cerebro
«toma decisiones mezclando la información heredada y la aprendida. Y resulta que en el hemisferio izquierdo humano hay algo muy especial a lo que yo llamo el intérprete. Este módulo neuronal intenta interpretar el mundo y las propias acciones del sujeto, intenta contarnos la historia de por qué hacemos lo que hacemos, de manera que toda esa argumentación mental que nos parece fruto de nuestra lógica particular es obra del intérprete. Y este descubrimiento nos lleva a la conclusión de que la libertad de acción es irrelevante e inexistente. Pero eso no significa que usted no sea responsable de sus actos porque la responsabilidad es el acuerdo que tomamos todos nosotros, está en lo social. 
«Usted se va a la cama perfectamente feliz, pero se levanta hecha polvo y entonces se dice: "¡Ah!, es que no me apetece ir a trabajar" o "es que mi pareja no me ha dado los buenos días". En realidad lo que ha pasado es que ha cambiado su nivel de dopamina. Un ejemplo muy claro es un ataque de pánico o una fobia, hay una parte del cerebro que te da un impulso, llegas a un nivel de ansiedad brutal porque el intérprete te ha contado una película irreal que para ti es absolutamente real. El intérprete intenta responder al porqué y al cómo incluso a costa de inventar falsas memorias.
«No sólo más del 98 por ciento de nuestras decisiones son inconscientes, sino que, además, de las pocas decisiones conscientes estas se basan en construcciones que a su vez están basadas, en gran parte, en ilusiones y memorias falsas. Y hay más. Para cuando tú eres consciente de tu pensamiento, tu cerebro ya lo ha ejecutado. Ya ve, todos sus procesos mentales, incluyendo la sensación de tener una mente y un yo, son fruto de su cerebro.»
¿Qué tanto este "intérprete" está alterado o trabaja de otra manera (con otras redes neuronales) en los artistas? ¿Allí reside en cierta medida la inspiración, en la forma de "mezclar" los estímulos que llegan al cerebro?

Pd. Necesito dopamina.

martes, septiembre 01, 2015

De Oliver Sacks, un neurólogo romántico con el don de lo fabuloso


«El yo esencial del paciente es muy importante en los campos superiores de la neurología, y en psicología; está implicada aquí esencialmente la personalidad del enfermo, y no pueden desmembrarse el estudio de la enfermedad y el de la identidad. Esos trastornos, y su descripción y estudio, constituyen, sin duda, una disciplina nueva, a la que podríamos llamar "neurología de la identidad", pues aborda los fundamentos nerviosos del yo, el viejo problema de mente y cerebro. Quizás haya de haber, inevitablemente, un abismo, un abismo categorial, entre lo físico y lo psíquico; pero los estudios y los relatos, al pertenecer inseparablemente a ambos (y son éstos los que me fascinan en especial, y los que presento aquí, en realidad), sirven precisamente para salvar ese abismo, para llevarnos hasta la intersección misma de mecanismo y vida, a la relación entre los procesos fisiológicos y la biografía.

»La tradición de relatos clínicos ricos en contenido humano conoció un gran auge en el siglo diecinueve y luego decayó, con la aparición de  una ciencia neurológica impersonal. [A.R.] Luria decía: "La capacidad de describir, que tanto abundaba entre los grandes neurólogos y psiquiatras del siglo diecinueve, ha desaparecido casi totalmente... Hay que revivirla". Él mismo intenta revivir la tradición perdida en sus últimas obras, en La mente de un mnemotécnico y en El hombre con un mundo destrozado. Por tanto los historiales clínicos de este libro se entroncan en una tradición antigua: la tradición decimonónica de que habla Luria; la tradición del primer historiador médico, Hipócrates; y esa tradición universal y prehistórica por la que los pacientes han explicado siempre su historia a los médicos.

»Las fábulas clásicas tienen figuras arquetípicas: héroes, víctimas, mártires, guerreros. Los pacientes nerviosos son todas estas cosas... y en los extraños relatos que se cuentan aquí son también algo más. ¿En qué categoría emplazaríamos, en esos términos míticos o metafóricos, al "marinero perdido", o a los otros extraños personajes de este libro? Podemos decir que son viajeros que viajan por tierras inconcebibles... tierras de las que si no fuese por ellos no tendríamos idea ni concepción alguna. Precisamente porque me parece que sus vidas y periplos tienen el don de lo fabuloso es por lo que he utilizado la imagen de Las mil y una noches como epígrafe, y por lo que me he visto forzado a hablar de relatos y fábulas además de casos. En esos territorios anhelan unirse el científico y el romántico (a Luria le gustaba hablar de "ciencia romántica")...

» "En un caso como éste", me escribía Luria, "no hay recetas. Haga lo que su ingenio y su corazón le sugieran. Hay pocas esperanzas, puede que ninguna, de que se produzca una recuperación de la memoria. Pero un hombre no es sólo memoria. Tiene también sentimiento, voluntad, sensibilidad, yo moral... son cosas de las que la neuropsicología no puede hablar. Y es ahí, más allá del campo de una psicología impersonal, donde puede usted hallar medios de conmoverlo y de cambiarlo. Y las circunstancias de su trabajo le facilitan eso especialmente, pues trabaja usted en una Residencia, que es como un pequeño mundo, completamente distinto de las clínicas e instituciones donde trabajo yo. Es poco lo que puede usted hacer neuropsicológicamente, nada quizás; pero en el campo del Individuo, quizás pueda usted hacer mucho".»

lunes, junio 30, 2014

Pensar... (aforismos)


"Cerebro: Caja fuerte en la que guardamos, con auténtica avaricia, nuestras más valiosas estupideces".
Agustín Monsreal

* * * * *

"Nada hay tan vacío como un cerebro lleno de sí mismo".
Ignacio Manuel Altamirano

* * * * *
"El valor de un pensamiento se mide por su capacidad destructora, autodestructora".
Octavio Paz

* * * * *

"Los pensamientos se fugan. De pronto empieza a aparecer uno y antes de tomar forma se desvanece. Irrecuperablemente. ¿No le sucedía esto a Pascal?"
Federico Campbell

* * * * *
"El pensamiento es un mal para el amor; sin embargo, es quien lo sostiene".
Demetrio Vázquez Apolinar

* * * * *
"El filósofo de nuestros tiempos no debe escribir para constituir un sistema de pensamiento, sino para ser refutado sin misericordia".
Juan Antonio Rosado





jueves, noviembre 15, 2012

Sentí un funeral en mi cerebro - Emily Dickinson

Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose —arrastrándose hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente.

Y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor
comenzó a batir —a batir— hasta que pensé
que mi mente se volvía muda.

Y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo —entonces.

sábado, octubre 13, 2012

Hiperactividad cerebral - César Aira

"Hacer el silencio dentro de mí. Es un propósito que me persigue en todos los meandros de mi vida, casi una idea fija. Es la pequeña idea de alarma que suena en medio de todas las demás, aumentando el ruido psíquico, ya de por sí considerable. La hiperactividad se ha vuelto el modo de ser normal de mi cerebro. Siempre ha sido así, en realidad, desde mi adolescencia, y del modo normal del resto del mundo, el pausado y semivacío, me enteré por mis lecturas, por la observación, la deducción y la adivinación. Y porque en alguna ocasión, durante algunos segundos, he tenido la experiencia..."

César Aira, El Congreso de Literatura.

miércoles, agosto 02, 2006

Y que conste


"Los grandes acontecimientos del mundo suceden en el cerebro. Es también en el cerebro, y sólo en el cerebro, donde se cometen los grandes pecados".

Oscar Wilde