domingo, febrero 17, 2019

Bruno Ganz (1941-2019)



Lo vi hace poco en La casa de Jack, la reciente película del provocador Lars von Trier. "Llámame Verge", dijo de entrada.

La casa de Jack es una espiral en descenso, como los círculos del infierno de Dante. No cualquiera puede degustarla. Es una cinta de emociones encontradas, que oscila entre lo gore y lo sublime, visceral y de vísceras, donde El crimen como una de las bellas artes de Thomas de Quincey es un eje rector. El artista es sádico y busca, a veces encuentra, a costa de sus límites.

Bruno Ganz fue Fausto, Jonathan Harker, el ángel Damiel y el abuelo de Heidi; fue Hitler y el papa. Será Freud en una cinta que está en posproducción.



Como muchos actores de los buenos, era tímido. "Patológicamente tímido", según se describió en una entrevista. Llegó ya grande a los escenarios teatrales y Wim Wenders lo convenció de protagonizar su siguiente película, El amigo americano. Con Wenders siguieron El cielo sobre Berlín (conocida también como En las alas del deseo) y ¡Tan lejos, tan cerca!



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