martes, diciembre 05, 2017

En la cafetería

Poco antes de terminar mi segunda taza de café alcé mi brazo y giré mi mano en el aire para pedir mi cuenta al mesero. Él asintió y me trajo tu retrato, un lápiz y una libreta. No puedo hacer otra cosa que dibujarte y escribir tu mombre.

Ahora ya no sé si me va a cobrar.

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