«El mundo está lleno de gente honorable, de trabajadores útiles y hábiles. Hay hombres que se sitúan fácilmente en primera fila, otros que ocupan dignamente la segunda. Dejad que sean útiles y prósperos y dejadme a mí ser inútil y loco.
»Pues, lo sé muy bien, éste es el fin de todos los trabajos: estar borracho y darse a los diablos.
Juro renunciar desde ahora a cualquier pretensión de dignidad y decencia. Abandono mi orgullo de saber y mi criterio sobre lo verdadero y lo falso. Quiebro el vaso de mis recuerdos y derramo las últimas lágrimas. Me baño en la espuma del rojo vino de las moras, que ilumina mi risa. Desgarro en jirones la cortesía y la gravedad. Juro solemnemente ser indigno, embriagarme y darme a los diablos...»
No hay comentarios.:
Publicar un comentario