martes, mayo 13, 2014

Timbrazos

En el camión, suena mi celular. Pienso que es del banco, una de sus veinte llamadas diarias, y lo dejo vibrar. Sigue agitando la bolsa de mi pantalón, erizándome. Veo el número: es el 19402014, no sé de dónde sea. No sé por qué me siento incómodo. El teléfono del vecino de asiento empieza a sonar, él hace ademán de responder y no puede. ¿Bueno, buenooo? Nada, sigue sonando. En pocos segundos suena el de la señora gorda, el del alumno de secundaria con su uniforme. Veinte celulares sonando al mismo tiempo y nadie puede contestar. No lo soporto. Me bajo apresuradamente y trato de no pensar en las caras asustadas de los pasajeros. Debe ser una coincidencia. En la casa suena el teléfono sin remitente conocido, sólo los números 19402014. Siento que el cable se me enreda en el brazo, que se mete debajo de mí entrelazándose con mis venas. No hay Internet. En la radio en todas las estaciones suenan a timbrazos, a urgencia de algo que no podemos responder. No puedo con este miedo, no van a dejar de sonar, no se puede colgar. Nadie contesta. Quizá una bala... No creo ser el único. Click.

Birth Machine, HR Giger

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