son las 20:10
aunque sin manecillas, sin tic-tac
lo intuimos
apenas ha transcurrido una hora
desde la llamarada
dos
desde que quisimos gritar
las siete pe eme más diez minutos
es la hora
rugidos, surrurros burlones, devociones miserables
lo reclaman
y el murmullo crece
en sesenta acelerados segundos
alguien trata de desvelar
lo oscuro y lo encarnado
uno más habla de propiedad y libertad
inapropiadamente libre
otro atrapa al vuelo la moneda
sin dejar ver si hubiera sido águila
o sol
la intención es tierna
mas hoy no queda nada
sino un escudo lleno de gestos
y una guerra sin insignias ni uniformes
(o acaso demasiados)
si el norte fue la cuna o el centro
allá o este en el oeste
qué más da
el tiempo se escurre más rápido
hacia la medianoche
es el pasado
todo ocurrió en segundos
vámonos
han pasado sesenta minutos
y nada ha pasado
sino la electricidad
y nada ha pasado
más que las miradas
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