" [...] Un sermoneador sólo tiene tres posibilidades taxonómicas: ser consecuente con sus sermones, ser un cínico o ser imbécil. ¿En cuál de las tres categorías debemos colocar al aspirante a un gran premio comercial que rechaza la mercantilización de la cultura, al apóstol de la pureza que exige un hotel de cinco estrellas pagado con dinero público y al fustigador de la frivolidad del mundo literario que busca cada noche su nombre en Google? En la primera de ellas no, por supuesto [...].
Luisgé Martín: Los legionarios de Cervantes. Más en Babelia.
Enorme cita; que gran y triste verdad. Gracias por compartirla.
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