lunes, junio 28, 2010

La parte negada

«El perdedor no está satisfecho con la vida y busca terriblemente la parte negada. Busca el otro lado, lo oscuro, lo que no puede tener o a donde no puede ir. Entonces, también, el perdedor no disimula ni cela que fue osado, que se atrevió y que quiso llegar a un lugar imposible. Después de haber escrito La Divina Comedia, dicen que la gente se apartaba de Dante cuando andaba por la calle porque sentían temor y respeto ante un hombre que había estado en el Infierno. El perdedor también ha estado en el infierno, o lo está aún. Y esa crispación —esa herida— funciona con la fascinación de la audacia.

»Claro que se podría trazar una tipología razonada del perdedor: el que no pudo, el que no quiso, el que cayó más lejos. El cobarde, el excesivo, el aceptador, el comprado. El que asume cierta mediocridad, el que se rebela, el que —presa de un ansia— se destruye a sí mismo. Perdedores todos, se comportan de manera muy distinta. Lo que cualquier perdedor ha de tener es impulso de arranque. Es decir, que el perdedor no es propiamente un mediocre o un fracasado a secas, sino quien ha intentado ser más —desde el punto que sea, puede ser muy alto— y desde ahí ha llegado al derrumbe. En todo perdedor hay un salto (aunque sea hacia atrás) por pequeño que sea, y ese impulso —que puede ser autodestructivo— convierte al perdedor, respecto a la mayoría común, en un aristócrata».

Luis Antonio de Villena,
Biografía del fracaso. Una galería de genios perdedores,
Planeta, Barcelona, 1997.

1 comentario:

  1. Sólo pierde el que arriesga. Visto así, ¿quíen no ha sido alguna vez un perdedor? A veces pienso que sobrevivir es ganar cada día.
    La parte negada... ¡Uf! Esto da para charlar ante una doceda de cafés.
    Interesantísimo post.
    Gracias por hacerme pensar.
    Un abrazo.

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