Como dijo Chava Flores, un hormiguero no tiene tanto animal. ¿Cómo es posible que con tanta gente y tantos libros el promedio siga siendo de 2.9 libros al año por persona?
Fui y vine. Volví a ir y ahora estoy de nuevo en el desierto. Aún no deshago la maleta pero anoto aquí algunas adquisiciones: Materia y forma en poesía, de Amado Alonso; Pnin, de Vladimir Nabokov; A la sombra de los deseos en flor, de Ana Clavel; El final de la novela, de Marco Kunz; Teoría del infierno y otros ensayos, de Salvador Elizondo; Del fistol a la linterna. Homenaje a José Tomás de Cuellar y Manuel Payno en el centenario de su muerte, 1994, de Margo Glantz (coord.); La prohibición de mentir, de Sergio Pérez Cortés; El discurso y sus espejos, de Luisa Puig (ed.); La cresta de la ola. Reinvenciones y digresiones de la contracultura en México, de Carlos Martínez Rentería (comp.); Híkuri, de José Vicente Anaya; Compendio de literatura comparada, dirigido por Pierre Brunel e Yves Chevrel; Hermenéutica y literatura, de Gerald Nyenhuis; Velos, de Jacques Derrida y Hèlene Cixous, y El arte de la novela, de Milan Kundera.
Además, tres libros de amigos que admiro: La increible hazaña de ser mexicano, de Heriberto Yépez; Rápidas variaciones de naturaleza desconocida, de Edilberto Aldán y La noche será negra y blanca, de Socorro Venegas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario