viernes, diciembre 04, 2009

¿San Luis Potosí es uno de los dos estados más racistas de México?

Leo De refranes y cantares tiene el pueblo mil millares. I. Refrán mexicano y discurso: tipología, campos y estructuras recurrentes en el universo de la oralidad, de Josefina Guzmán y Pedro Reygadas, publicado por El Colegio de San Luis y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en junio de 2009.

Amén de una interesante "tipología de los géneros cortos de la oralidad" (refranes, sentencias, máximas, trabalenguas) los autores clasifican los refranes (sobre todo) mexicanos en campos semánticos (mujer, indio, pendejo, dios, saber, agua...) y nos presentan las estructuras recurrentes: "más vale... que...", "cuando...", "donde...", "el que...", "lo que...", "no hay...", "quien...", "como...", "para..." y "para que...".

En el campo semántico "De la mujer" no parece muy académico que recurran a un correo que estuvo circulando por Internet sobre si el español es sexista (ilustrado con Mafalda y Lucy de Peanuts, con definiciones masculino-femenino donde todo lo femenino es "puta": zorra, regalada, ligera, ambiciosa, aventurera, cualquiera, bicha, perra...). Falta también la significación sexista entre hombres: como dicen en La ley y el orden: "la violación no es asunto de sexo, sino de poder y furia" (en este caso verbal).

En la parte que Guzmán y Reygadas dedican al campo semántico "del indio", con las obvias cargas de poder y desprecio en los refranes, llama la atención, por una parte, que no hacen referencia a los términos teco o naco, tan extendidos no sólo entre las clases "altas", gracias entre otros al Pirrurris, el personaje de Luis de Alba. Por otra parte, es llamativo el siguiente párrafo:

Y el estereotipo genérico encuentra su especificidad. Por ejemplo, en San Luis Potosí, uno de los estados más racistas de México junto con el Chiapas prezapatista, al tonto se le dice "pamito" (de pame, nombre impuesto a los Xi´oi).

Me cai que no es que niegue la mochería de mi ciudad o de mi estado (donde el lunes siempre la nota de ocho es la opinión del arzobispo u otro vocero de la iglesia católica), ni que no haya visto síntomas de racismo, homofobia o sexismo, pero ¿neta? ¿Sólo nos podríamos comparar con el Chiapas prezapatista? En Chiapas postzapatista me consta que muchos siguen diciendo de alguien distraido (que no necesariamente "tonto", término que también habría que ver en su carga de subjetividad) que "viene de chamulandia", pero nunca había oído eso de "pamito", no sé si haya quien lo dice en algunas zonas del estado.

Así como al fanatismo de cualquier tipo, le tengo miedo a la ultracorrección del lenguaje, a la manía de etiquetar todo por unos cuantos (léase la frase que pongo en mi perfil bloguero, por favor). Que San Luis Potosí tiene fama de una ciudad mocha y persignada, la tiene merecida, pero espero que esté cambiando, creo que está cambiando. Y llamar racista a todo el estado cuando los huastecos se enojan si les llaman potosinos, por asumirse diferentes, es una prueba.
Tal vez sin aparente sentido relaciono esto con las recientes polémicas albureras (que no poéticas) en la república de las letras (je, con todo y sus juanitos). No es por echar más leña al fuego, de verdad tengo la duda, ¿es válido hablar de homofobia cuando al otro se le insulta nomás por joder? El mal gusto es innegable, pero acusar de prejuicio es otro ataque, creo, cuando se trata de insultos y fintas, de una competencia real o imaginaria. En alguna página polar he leído insultos versificados contra una funcionaria cultural, ¿ya por eso el sarcasmo se vuelve sexismo? Cuando se ataca a un escritor (o escritora, no me vayan a acusar de omisión) por huevón, lambiche o convenenciero, ¿debo sentirme aludido? Si alguien me dice puto o pendejo mi reacción dependerá del momento histórico y del emisor. Sé que no será por homofobia o racismo.

Los que más critican la intolerancia suelen ser los más intolerantes: si no estás conmigo estás contra mí.

Da escozor, aunque en eso va el refrán, retoman los autores, pues es (según Shipley, 1962), "un lugar común con pretensiones de validez universal". Tienen toda la razón.

"Te lo digo, Pedro, para que lo entiendas, Juan".

1 comentario:

  1. Yo tampoco había escuchado "pamito" nunca. Qué pedo. Te diría que en la Zona Media o la Huasteca, pero mi papá es de por allá y él tampoco lo ha escuchado nunca. Yo no sé si más que de racismo, debería hablarse de una discriminación por casi cualquier cosa. Y en ese sentido, no es cosa de San Luis o de Chiapas, sino de todo el país. :/ Pero ps sabe, jajaja.

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