sábado, octubre 24, 2009

ausencia

Por compartir, ya no está. No tenía un nombre, era El Cotorro. Dejó que entraran unas palomas mugrosas a su jaula, dejó que tomaran su comida sin resistencia, y hoy su voz ya no se oye. 35 años, toda la vida escuchando mis pendejadas, un eco íntimo, el silbido amistoso cuando le contaba mis problemas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario