jueves, mayo 01, 2008

Marco y el lobo

Cuando el pequeño Marco se internaba en el bosque no había día en que no viera el cuerpo de algún aldeano destrozado. Una mano por aquí, ropa ensangrentada por allá, un pedazo de higado entre las ramas de un árbol.

Pero siempre que regresaba al pueblo decía´: "no hay lobos".

Cuando Marco decidió admitir que había lobos, al regresar ya no quedaba nadie en la aldea, de cuyo nombre nadie se acuerda.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario