viernes, febrero 15, 2008

De la Quijotita (en el blog la caca del murcielago)

(De donde se ve que cualquier parecido de El miedo a los animales, de Enrique Serna, con la realidad, no es mera licencia poética)

Quijotita De La Mancha escribió:

Honorable maestro Wong, perdón pero ¡no me chingue! ¿Estoy comprendiendo bien? ¿Quiere usted decir que lo mejor que podemos hacer es quedarnos callados?

¡Pos si eso es lo que hacemos siempre, mi maestro!

Por eso en México estamos como estamos, maestro; por gente como usted y como yo. Todos sabemos dónde venden las drogas, dónde se cometen los crímenes (y quiénes y con ayuda de quién los cometen), pero ¿movemos un dedo? Seguro en la república se cometen todos los días delitos mucho más graves que las pinches premiaciones (que como quiera configuran un delito, así sea menor: el delito de fraude); por eso Raquel Huerta y otras personas dicen: "no es para tanto" ("es inclusive", escribe Jeremías Marquines, citando a Capulina y dificultando la lectura de su artículo a quienes no sean admiradores de don Gaspar Henaine). Bien; si no es para tanto ("es inclusive"), ¿porqué no mejor acabamos de una buena vez con estos fraudes? Los premios y también las becas. Serviría para ahorrarle algunos pesitos al erario.

Usted y yo podemos tener la vida más o menos resuelta, maestro, pero imagine que le decimos a un campesino, a un obrero, a un pequeño empresario: "oye, de tus impuestos vamos a separar lo suficiente para darle cada mes, a lo largo de tres años, 23 000 pesos a José Eugenio Sánchez para que se los chingue en cocaína y pisto y nos entregue a cambio unos cuantos plagios de Charles Bukowski". ¿Usted cree que si fuéramos democráticos y le preguntáramos a la gente si está de acuerdo con seguir entregando becas a zánganos como el mentado Sánchez, no nos mandarían buenamente a la chingada (el mismo lugar al que, en un arranque de sinceridad, confesó haber mandado Elena Jordana a la poesía)? ¡Medítelo a la sombra del árbol bodhi, mi maestro (zen)!

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