El águila que devora la serpiente sobre un nopal
puede ser muchas cosas
pero para nosotros es una sola
el escudo nacional
el mandala de los mexicanos
desde niños lo vemos
nos aprendemos su simbolismo
el juego amoroso y sangriento del sol y la luna degollada
la madre tierra y la resurrección que nos habita
esa milenaria sabiduría
en los borbotones rubí
bajo la piel de nuestra larga noche
crecemos con esa imagen
nos acompaña siempre
y sin embargo
no hemos puesto toda la atención en ella
sólo en ella
no la hemos enfocado
como se hace con un mandala
en el lago de tu mente
--donde reposa la piedra del ser--
el dorado sol de sus plumas
la húmeda y zigzagueante piel
los acertijos milenarios de sus ojos
la nocturna sagacidad
y la diestra posesión divina
el filo de la obsidiana
de la primera noche
corta los pensamientos
y desangra la entrañable luz
es el corazón sacrificado
de una profecía por cumplirse
lo del himno nacional
es otra historia.
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