Alguna vez pensé en que cuando tuviera dinero contrataría a Rubén Moya, mi tocayo, para que grabara uno de mis cuentos. La voz de Tun Tun, Jack Palance, Morgan Freeman y, por supuesto, He Man. Descanse en poder, que siempre lo tuvo.
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lunes, junio 12, 2023
sábado, marzo 10, 2018
viernes, diciembre 16, 2016
miércoles, marzo 09, 2016
Por ahora apunto
Entre asombros por tanta violencia y por tan nimias razones —de hombres contra mujeres o de mujeres contra hombres o de mujeres contra mujeres—, anoto en mi diario que este fin de semana fue la boda de mi hija, tema al que debo volver pronto, y que cambié de pastillas y parece que están funcionando, a ver qué dice el doctor. Leo La inmortalidad, de Milan Kundera, y en línea El blog decreciente, de Vicente Luis Mora. Releo. Mucho trabajo por delante: exámenes y trabajos escolares. Escribo algo de narrativa e intento ensayar.
Ya publicaré. Por ahora apunto, ya habrá tiempo de disparar.
Del blog de Mora, retomo ("recito", vuelvo a citar) los siguientes fragmentos:
Ya publicaré. Por ahora apunto, ya habrá tiempo de disparar.
Del blog de Mora, retomo ("recito", vuelvo a citar) los siguientes fragmentos:
"La ironía implica un proceso de desdoblamiento en el autor, durante el cual el yo se divide en un yo empírico e histórico, y en un yo lingüístico. En realidad, el don irónico se concreta cuando el primer yo del escritor, el yo formado por su experiencia en el mundo, toma conciencia de la existencia de ese segundo yo que lo constituye en signo, en materia de esa misma historia que está narrando. Esta experiencia de distanciamiento, de objetivación del yo histórico, es lo que le permite al escritor observarse a sí mismo (así como también al mundo) desde un punto de vista irónico y, a fin de cuentas, liberado" [Rosario Ferré]
Escribir es girarse, es volver sobre la experiencia, aunque sea para descartarla. Si guardamos en el texto algo de nuestra experiencia la escritura deviene autobiográfica, como escritura girada, vuelta, devuelta, de vuelta. "Vuélvete a mirar y pierdes para siempre / eso que es ya pasado" [Esperanza López Parada]. Como siempre hay en la escritura ficción, en mayor o menor grado, el autor acaba por desconocerse. "El escritor, y siempre me refiero al creador, posee los ojos desobedientes de la mujer de Lot y los ojos intemperantes del profeta. Todo creador tiene cuatro ojos sobre los que rueda con gozo y llanto. Con los que mira hacia atrás, contemplará la destrucción de la ciudad; con los que mira hacia delante, la destrucción del templo. Y tantas veces se pregunte por él mismo, le responderá la estatua de sal y la cabeza segada: Nadie". [Francisco Pino]
Hay que escribir contra la época de uno, de acuerdo, pero no con pólvora mojada de treinta años atrás. Se escribe contra el tiempo, lo dijo Blanchot, a través del libro por venir.
sábado, agosto 29, 2015
Todo está en la voz - Paul Auster
«En mis libros, siempre intento dejar suficiente espacio en la prosa para que el lector la habite; porque en definitiva creo que es el lector, y no el autor, quien escribe el libro. En mi propio caso como lector (¡Y sin duda he leído más libros de los que he escrito!), encuentro que casi invariablemente me apropio de escenas y situaciones de un libro y las aplico a mis propias experiencias, o viceversa. Al leer Orgullo y prejuicio, por ejemplo, de pronto me di cuenta de que había situado todos los sucesos en la casa donde viví cuando era pequeño. Por minuciosa que sea la descripción que un autor hace de un lugar, yo siempre acabo convirtiéndolo en un escenario familiar. He preguntado a varios amigos si esto les sucede al leer ficción; algunos me han contestado que sí y otros que no. Creo que esto tiene mucho que ver con la relación que cada uno tiene con el lenguaje, con la forma en que responde a las palabras impresas en una página. Si las palabras son simples símbolos o son pasadizos para penetrar en nuestro inconsciente.
«Un escritor puede llegar a pasarse, a abrumar al lector con tantos detalles que no le deja aire para respirar. Tomemos un pasaje típico de novela. Un personaje entra en una habitación. ¿Qué elementos de esa habitación pretende describir el escritor? Las posibilidades son infinitas. Puede mencionar el color de las cortinas, el diseño del papel, los objetos en la mesa de café, el reflejo de la luz en el espejo. Pero ¿Cuánto de esto es realmente necesario? ¿La función del novelista consiste simplemente en reproducir sensaciones físicas por sí mismas? Cuando escribo, la historia ocupa siempre un lugar preponderante en mi mente, y siento que debo sacrificarlo todo por ella. Todos los pasajes elegantes, los detalles curiosos, la prosa considerada hermosa… si no son realmente relevantes para lo que intento decir, deben desaparecer. Todo está en la voz. Después de todo, uno está contando una historia, y su función consiste en hacer que la gente continúe escuchándola. La menor distracción o desvío conduce al tedio, y si hay algo que todos odiamos al leer un libro, es perder el interés, sentir aburrimiento, indiferencia por la frase siguiente. Al final, uno no escribe los libros que necesita escribir, sino aquellos que le gustaría leer a uno mismo.»
«Un escritor puede llegar a pasarse, a abrumar al lector con tantos detalles que no le deja aire para respirar. Tomemos un pasaje típico de novela. Un personaje entra en una habitación. ¿Qué elementos de esa habitación pretende describir el escritor? Las posibilidades son infinitas. Puede mencionar el color de las cortinas, el diseño del papel, los objetos en la mesa de café, el reflejo de la luz en el espejo. Pero ¿Cuánto de esto es realmente necesario? ¿La función del novelista consiste simplemente en reproducir sensaciones físicas por sí mismas? Cuando escribo, la historia ocupa siempre un lugar preponderante en mi mente, y siento que debo sacrificarlo todo por ella. Todos los pasajes elegantes, los detalles curiosos, la prosa considerada hermosa… si no son realmente relevantes para lo que intento decir, deben desaparecer. Todo está en la voz. Después de todo, uno está contando una historia, y su función consiste en hacer que la gente continúe escuchándola. La menor distracción o desvío conduce al tedio, y si hay algo que todos odiamos al leer un libro, es perder el interés, sentir aburrimiento, indiferencia por la frase siguiente. Al final, uno no escribe los libros que necesita escribir, sino aquellos que le gustaría leer a uno mismo.»
(Tomado de Experimentos con la verdad, Anagrama)
sábado, noviembre 08, 2014
Agonías y emergencias
(apuntes para "Fronteras y rupturas en el lenguaje de las artes escénicas", panel organizado en La Guarida del Coyote y en el que estuvimos Aldo Córdoba, Edén Coronado, Arturo Garrido y Antonio Trejo, el pasado 30 de octubre)
1. Agón: contienda, desafío. Todos estamos hoy en agonía en México, pero pocos son/somos protagonistas, los primeros en hablar. Buscamos fin fe la última emisión de un sonido. Arrebatos pero no de palabra. Nos falta el diálogo, nos falta volver a ser coro, una sola voz como eco de las luchas que suceden fuera del escenario, de las esperanzas y necesidades que necesitan reflejarse en el foro. La acción está ahí afuera.
2. Ni anfiteatro ni ágora, el teatro se glocaliza. Necesitamos ser mímesis, aliteración de reclamos, de voces que exigen, que dudan, prevenir al que alza hoy la voz a la mitad del foro o al que puede y no sabe que en su actuación está el cambio de rumbo. Arenga y epístola del epígrafe al epitafio.
3. Tercera llamada o cierre del telón. Agonía: la primera fase de la muerte o la última de la vida.
4. Sentimos y significamos, todo es escénico y nos gusta el drama: happenings, danza de especifidad espacial, butoh, coreocartografía, sicodrama, live art, teatro invisible, flashmob, low technology.
1. Agón: contienda, desafío. Todos estamos hoy en agonía en México, pero pocos son/somos protagonistas, los primeros en hablar. Buscamos fin fe la última emisión de un sonido. Arrebatos pero no de palabra. Nos falta el diálogo, nos falta volver a ser coro, una sola voz como eco de las luchas que suceden fuera del escenario, de las esperanzas y necesidades que necesitan reflejarse en el foro. La acción está ahí afuera.
2. Ni anfiteatro ni ágora, el teatro se glocaliza. Necesitamos ser mímesis, aliteración de reclamos, de voces que exigen, que dudan, prevenir al que alza hoy la voz a la mitad del foro o al que puede y no sabe que en su actuación está el cambio de rumbo. Arenga y epístola del epígrafe al epitafio.
3. Tercera llamada o cierre del telón. Agonía: la primera fase de la muerte o la última de la vida.
4. Sentimos y significamos, todo es escénico y nos gusta el drama: happenings, danza de especifidad espacial, butoh, coreocartografía, sicodrama, live art, teatro invisible, flashmob, low technology.
5. Todos mienten. Por lo menos en el teatro sabemos que todo es apariencia.
6. Lecturas, música y gestos en el bar, en la calle, en la escuela, con la condición de no molestar, de imbuirse e inmiscuirse. Como los performanceros de los camiones urbanos, como los que crean su escenario con las bocinas a todo volúmen y nos hacen entrar a fuerza en su dinámica y una ruta que no es la nuestra. Quizá necesitan aplausos.
7. Quizá sí, somos todos, quizá no. Pero la incongruencia mayor es que no estamos todos los que somos. Si no somos no hacemos, si no somos nos hacemos. Nos faltan.
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