Mostrando las entradas con la etiqueta caperucito y otros cuentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta caperucito y otros cuentos. Mostrar todas las entradas
viernes, marzo 11, 2016
Ana Clavel en Gandhi SLP
"Sé que no existe el azar. o que el azar es sólo otro nombre del destino cuando aún no da del todo la cara, cuando nos va poniendo migas de pan en el camino para marcarnos una ruta, o para que nos desviemos hacia nuestra propia espesura […] Definitivamente no existe el azar. […] Es que las malas lenguas, o las lenguas voraces de uno u otro bando, suelen engullir al perpetrador o a la víctima, y atribuirles por separado toda la responsabilidad de los hechos: de este lado los lobos y del otro las caperucitas. Pero ir por la espesura es una aventura compleja... aunque mucho más común de lo que la mayoría pudiera imaginarse en nuestros bosques de concreto, anuncios luminosos y pasiones extrañas".
Ana Clavel, El amor es hambre, Alfaguara, 2015
domingo, marzo 06, 2016
miércoles, octubre 06, 2010
no es lo mismo pero es igual
zzzzz
Tras haber dormido durante cien años,
con el beso del príncipe ella empezó a soñar.
domingo, septiembre 12, 2010
La Caperucita según Triunfo Arciniegas
"No tuve otra salida. Todo el mundo sabe eso. Pero quiero que se sepa que lo hice por amor. Caperucita dijo que fue por hambre. La policía se lo creyó y anda detrás de mí para abrirme la barriga, sacarme a la abuela, llenarme de piedras y arrojarme al río, y que nunca se vuelva a saber de mí..."
(En Caperucita Roja y otras historias perversas, Panamericana. Editorial Ltda. Cuento completo aquí)
(En Caperucita Roja y otras historias perversas, Panamericana. Editorial Ltda. Cuento completo aquí)
jueves, febrero 26, 2009
miércoles, marzo 12, 2008
Buzo caperuzo (2)
martes, marzo 11, 2008
Buzo caperuzo (1)
Desperté sin recordar nada y sólo vi oscuridad. No me podía mover y todo era viscoso. Estaba completo y en posición fetal, pero no era feliz como se supone que lo son los nonatos.
Recordé todo cuando el leñador me dio a luz de la panza del lobo y vi a mi abuelita con cara de preocupación.
Y vivimos felices para siempre, aunque antes de retirarnos le aventé un escupitajo al lobo.
Ni modo de decirle mamá.
Recordé todo cuando el leñador me dio a luz de la panza del lobo y vi a mi abuelita con cara de preocupación.
Y vivimos felices para siempre, aunque antes de retirarnos le aventé un escupitajo al lobo.
Ni modo de decirle mamá.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)