martes, mayo 27, 2025

Batman (fragmento) - José Carlos Becerra





Y entretanto miras tu capa,
contemplas tu traje y tu destreza cuidadosamente doblados
sobre la silla, hechos especialmente para ti,
para cuando la luz de ese gran reflector pidiendo tu ayuda,
aparezca en el cielo nocturno,
solicitando tu presencia salvadora en el sitio del amor
o en el sitio del crimen.
Solicitando tu alimentación triunfante, tus aportaciones al
progreso,
requiriendo tu rostro amaestrado por el esfuerzo de
parecerse a alguien
que acaso fuiste tú mismo
o ese pequeño dios, levemente maniático,
que se orina en alguna parte cuando tú te contemplas en
el espejo.


Miras por la ventana
y esperas…
La noche enrojecida asciende por encima de los edificios traspasando su propio resplandor rojizo,
dejando atrás las calles y las ventanas todavía encendidas,
dejando atrás los rostros de las muchachas que te
gustaron,
dejando atrás la música de un radio encendido en algún
sitio y lo que sentías cuando escuchabas la música de un
radio encendido en algún sitio.

Sigue la noche subiendo la noche,
y en cada uno de los peldaños que va pisando, una nueva
criatura de la oscuridad rompe su cascarón de un
picotazo,
y en sus alas que nada retienen, el vuelo balbucea los
restos del peldaño o cascarón diluido ya en aire;
y mientras tanto tú no llegas aún para salvarte y salvar a
esa mujer
que según dices
debe ser salvada.

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