La música da vueltas
tras de los reyes que se van volando,
tras de los ciervos,
los bosques y cañadas,
todo este mundo tan veloz girando.
La dicha de los niños
tras los corceles que se fueron cuando
volvían las cascadas
y rápidos bajeles
tras de los ciervos que se van callando.
Y así la tarde huye
tras de los niños y su raudo bando
y a poco ya no queda
sino el rumor extraño
de la memoria que los va soñando.
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