De niño, a Sabino lo vi ir al cielo y al infierno en el Centro de Difusión Cultural del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA), innumerables veces, entre rebozos y mambo. Carmen Alvarado era la diabla mayor. No recuerdo la coreografía "La magia del tianguis", de Lila López, pero "Las aventuras del charro Micailo por querer entrar al cielo con todo y caballo", también de Lila, se me quedó grabada y me provocó muchos sueños raros.
Mucho tiempo después, cuando yo estaba en la prepa, pisé ese escenario con un musical. Vaselina (Grease). Una sola función, a reventar. La emoción de esperar la tercera llamada y salir a escena a darlo todo.
En 2010 ahí, en el CDC, fui diputado cuando Jorge Nieto fue César Rubio en El gesticulador, con su compañía Los Mimos de Siempre, ampliada, como parte de los festejos por el centenario del inicio de La Revolución Mexicana. Como director invitado de la obra de Rodolfo Usigli estuvo Martín López Farfán, director de Prometeo, el grupo de teatro de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. El elenco oficial: Jorge Nieto, Miguel López, Marco Bonilla, Luz Galván, Jesús Lira, Criztina Amaya, José Villalpando, Alexandro Roque, Víctor Méndez y Rodolfo González Martínez.
En 2021 Jorge Nieto y Luz Galván comentaron La bruja guachichil en la Universidad Pedagógica Nacional de SLP y casi a final de año asistí a la presentación de la novela de Jorge, Sombras del Banco, en El Banco Bar, punto de reunión para los sedientos y bohemios en la calle de Morelos de SLP.
Anoche, tras el taller, acudí a este último centro cultural a brindar por ellos, por la actuación y los telones que se cierran entre aplausos.
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