Yo vestiré de negro
de arriba abajo
mi soledad.
Igual que en el mes de agosto,
lloraré estrellas a montones.
Altivo dolor mío,
da tu voz, desde ahora, a las fuentes del canto,
hondamente encerradas en mi alma
como en el corazón de una montaña.
Que el cuerno de la muerte resuene nuevamente
a través de mis versos.
Os deshojáis así, os deshojáis,
últimos sueños míos,
en la magnificencia del otoño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario