domingo, agosto 12, 2018

V. S. Naipaul (1932-2018), según G. Cabrera Infante

Naipaul no es nada si no es original: en sus ideas, en su estilo. Quizá su originalidad no pueda ser inmediatamente percibida en una traducción cualquiera. Pero está siempre presente en inglés: en un párrafo, en una frase, hasta en un adjetivo. Uno de esos adjetivos lo adquirió en Argentina para hacer uso de él como un término más moral que literario. Argentina necesita hombres eminentes. Pero había un gran hombre en la Argentina, todavía hay un gran hombre en la Argentina y se llama Borges. (El venerable Borges). Naipaul no lo quiso ver así y llamó a Borges bogus. Así quería pronunciarlo Naipaul: bogus quiere decir falso, falaz. Naipaul prefiere a Conrad como su héroe moral.

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Dice Derek Walcott, otro premio Nobel, otro poeta del inglés, mulato del Caribe, que Naipaul odia a los negros. No lo creo, pero sí creo que, como Mark Twain, puede decir: no me hablen de blancos ni de negros. Háblenme del hombre: no puede haber nada —o nadie— peor. Pero su isla no tiene un nombre negro ni indio. Se llama Trinidad. Para decirlo con etiquetas: el subdesarrollo, la nada privilegiada realidad, el tercer mundo sin siquiera las mayúsculas. Quien calificó al hombre como un animal sin ilusiones parecería estar hablando de Naipaul. Pero él es el hombre de una sola ilusión: la literatura.

La verdad del texto es la verdad del autor del texto y Naipaul ha escrito sus mejores páginas sobre el otro. Ese otro escritor es un antepasado y antiguo artífice —y se llama Joseph Conrad. Pero no es una relación fácil. Conrad, contra todas las opiniones de los expertos, no es un escritor fácil. Cuando Nabokov lo llamó un escritor para “gente joven” estaba declarando que no lo había leído o lo había leído mal. Al contrario su dificultad es uno de los motores de su éxito crítico. Conrad es un escritor difícil de leer, Naipaul no es difícil para nada. Al contrario, su prosa es diáfana y sus ideas son la expresión de una o dos obsesiones. La suciedad humana y el hedor son su hobby-horse: su caballo de batalla. Otra obsesión es la soledad que, a pesar de sí mismo, busca a toda costa.

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Naipaul es el único gran escritor inglés que vale la pena leer.

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(Fragmentos de "Las tribulaciones de V. S. Naipaul", en Biblioteca Ignoria)
(También recomendable: "La  monstruosa vida de sir Vidia Naipaul", en La Vanguardia)

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