«El tiempo y el espacio constituyen la matriz de un universo; sus dimensiones, elementos y sucesos dependen de la capacidad onírica de la divinidad que se atreve a nombrarlo. En Alicia en el País de las Maravillas, ella dialoga sobre el tema del tiempo con el Sombrerero:
Alicia suspiró fastidiada.
—Creo que ustedes podrían encontrar mejor manera de matar el tiempo —dijo— que ir proponiendo adivinanzas sin solución.
—Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo —dijo el Sombrerero—, no hablarías de matarlo. ¡El Tiempo es todo un personaje!
—No sé lo que usted quiere decir -protestó Alicia.
—¡Claro que no lo sabes! —dijo el Sombrerero, arrugando la nariz en un gesto de desprecio—. ¡Estoy seguro de que ni siquiera has hablado nunca con el Tiempo!
—Creo que no —respondió Alicia con cautela—. Pero en la clase de música tengo que marcar el tiempo con palmadas.
—¡Ah, eso lo explica todo! —dijo el Sombrerero—. El Tiempo no tolera que le den palmadas. En cambio, si estuvieras en buenas relaciones con él, haría todo lo que tú quisieras con el reloj. Por ejemplo, supón que son las nueve de la mañana, justo la hora de empezar las clases, pues no tendrías más que susurrarle al Tiempo tu deseo y el Tiempo en un abrir y cerrar de ojos haría girar las agujas de tu reloj.
De "El tiempo es todo un personaje", en revista Desocupado.
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