—¿Qué puede sucederle a un hombre que se encuentre a sí mismo? —dijo Harlan bruscamente.
El hecho de interrumpir a un Programador era una falta de etiqueta. El tono de Harlan hacía la falta más notable y escandalosa. Todas tas miradas se volvieron con reprobación hacia el Ejecutor.
Sennor tosió, pero prosiguió con el gesto del que está decidido a no abandonar su cortesía pese a dificultades casi insuperables. Continuó su interrumpida frase, evitando dar la impresión de que contestaba directamente a la poco respetuosa pregunta.
—Veamos los cuatro casos que puede plantear tal situación. Llamemos A al hombre que llegó primero en el fisio-tiempo, y B al que llegó después. Primer caso, A y B no llegan a verse uno al otro, ni hacen nada que pueda afectar en forma significativa a cualquiera de los dos. En tal caso, en realidad no se han encontrado y podemos considerar la situación como trivial.
»O bien B, el que llegó el último, puede ver a A mientras A no ve a B. Aquí tampoco pueden esperarse consecuencias serias. B, al ver a A, lo ve en una posición y ocupado en actividades de las que ya tenía conocimiento. No, hay ninguna complicación nueva. La tercera y cuarta posibilidades consisten en que A vea a B, mientras B no ve a A, o que A y B se vean el uno al otro. En cada una de estas posibilidades, el punto crucial está en que A ha visto a B; el que el hombre del pasado se ha visto a sí mismo en el futuro. Fíjense en que así averigua que seguirá vivo hasta la edad aparente de B. Sabe que vivirá lo bastante para poder realizar la acción de que ha sido testigo. Un hombre que conozca su propio futuro, aunque sea en el más pequeño detalle, puede actuar con arreglo a tal seguridad y, por tanto, cambiar su propio porvenir. Se comprende que la Realidad debe cambiar para impedir que A y B se encuentren, o por lo menos para hacer imposible que A vea a B. Entonces, y dado que nada de lo sucedido en una Realidad que ha sufrido un Cambio tiene efectos posteriores, A nunca se ha encontrado con B. Igualmente, en cada una de las aparentes paradojas del viaje en el Tiempo, la Realidad siempre cambia por sí misma para evitar tales paradojas, y llegamos a la conclusión de que no existen paradojas en el viaje a través del Tiempo, y de que no pueden existir nunca.»
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