lunes, marzo 30, 2009

de Arlette Luévano (Luda)

EVIDENTE

—Y ella se paseó desnuda por la ciudad.
—¿No la vieron? ¿Cómo fue que no la vieron?
—Todos la miraron, y recordarán su imagen hasta el fin de sus días.
—¿Y por qué saltó?
—Nadie le dirigió la palabra.

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