"Reuniones. Nos encantan las reuniones, ¿verdad? Todos los días. Y hasta dos veces al día para hablar —se apoyó en un codo—. Te apuesto que si soplo la caracola ahora mismo vienen corriendo. Y entonces... ya sabes, nos pondríamos muy serios y alguno diría que tenemos que construir un reactor o un submarino o un televisor. Al terminar la reunión se pondrían a trabajar durante cinco minutos y luego se irían a pasear por ahí o a cazar".
William Golding, El Señor de las Moscas (Alianza Editorial, 2007)
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