[…]
Es necia la sombra
mi voz que graniza en tu Huerto
y santos son los instantes en que la destrucción
es una forma artística
[…]
Estoy hecho de Evangelio silvestre
mirada incapaz de poblar el ojo que nos odia
la fe contempla sus escombros en la hoja seca
y el mundo gotea por esta esquina de la muerte
que es mi cuerpo.
Héctor Esquer, "La muerte que es mi cuerpo"
en Evangelio silvestre, Ponciano Arriaga, SLP, 1997
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