miércoles, noviembre 01, 2006

Obituario 7: Laura


Era mi tía, la mayor de parte de mi mamá, la mayor de cuatro hermanos, pero decía que era mi prima, y a veces hasta me decía tío. Su edad se redujo con los años hasta llegar a 15 primaveras. Vivieron mucho tiempo en Shihuahuaa pero sus últimos años los pasó en sanluisito...

Su enfermedad no le quitó el humor y siempre en el hospital procuraba maquillarse para la hora de las visitas. En cuanto podía se paraba de la cama y comía (muy poquito) de los antojitos mexicanos que alcanzaba a agarrar cuando sus hijas no la veían.

Tras una serie de cansados exámenes clínicos le comentó a una de sus hijas:

"Yo creo que ya se corrió la voz que estoy bien buena porque todos los doctores quieren verme".

Algunos doctores comentaban que tal vez fue su buen humor el que la mantuvo más tiempo con vida, en momentos que hubieran doblado a alguien con menos gusto por la vida y por verle el lado amable, sea cual sea éste.

Al morir, nos jugó la última broma.

Ella ya había amenazado con salirse un rato de la tumba, pero no creimos que fuera tan literal. Fue sepultada en uno de esos cementerios nuevos, ascépticos, cuadriplex, con pasto parejo y lozas uniformes.

Después de rezarle, la bajaron con el sonido angustiante de esas cintas del elevador inverso (descensor, creo). Muchos llorando. Otros, con los ojos papujados, esperaban poner una flor. Ya estaban muy agusto los sepultureros con sus botes de mezcla y las lozas cuando una pariente se dio cuenta de que ahí no le tocaba a la prima Laura. (Ya estaban ahí mis abuelos, y la habían bajado hasta el fondo: o habían sacado a los abuelos o algo pasaba...)

"¡Acá está la tumba!", gritó otra tía.

En lugar de la r84 la estaban poniendo en la u28. Enojo, mentadas y miradas al reloj (esto se llevará tiempo...) desparecieron y aun entre lágrimas todos reconocimos que la tía (perdón, la prima) nos la hizo de nuez.

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