miércoles, enero 13, 2010

Cadaver exquisito

—¡Anímate un poco! —exclamaba mi tía—. ¡Mira los arlequines!
—¿Qué arlequines? ¿Dónde están?
—Oh, en todas partes. A tu alrededor. Los árboles son arlequines. Las palabras son arlequines, como las situaciones y las sumas. Junta dos cosas (bromas, imágenes) y tendrás un triple arlequín. ¡Vamos! ¡Juega! ¡Inventa el mundo! ¡Inventa la realidad!
(Vladimir Nabokov)

* * *

"Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito".
(Giovanni Papini)

* * *

—Vamos, cuenta: ¿qué has visto?

Él respondió:
—Hoy no he visto nada.
(Oscar Wilde)
 
* * *
 
Estos días han sido así, llenos de arlequines, y sirenas, hormigas que hablan, piel, con noches de bosques y frío, magia negra, embrujos, constantes pruebas para los umbrales del dolor y del placer. De espera. Lo mismo y no, pero si lo contara nadie lo creería. Las historias que me han pasado y les pasan a personas que conozco superan a la ficción, por eso estoy pensando seriamente en ser biógrafo no autorizado, en apenas cambiar nombres y publicar las historias que sólo quien las ha vivido sabe que son "realidad". Son memorias que se niegan a serlo, que exigen un seudónimo, algunos cambios de escenografía y listo. Todo está tatuado aquí, aún tenue, y sería terrible que sus historias, nuestras historias, las vidas posibles, se perdieran, que se quedaran en recuerdos o sueños, en nada. Soñaré con eso, quizá lo escriba. Morfeo es Sísifo: vuelve a lo mismo aunque sea inútil. Morfeo no ve nada. Yo tampoco.

2 comentarios:

  1. Apenas cerré esta entrada y me encontré el poema "Carta", del nicaragüense Salomón de la Selva. Va un fragmento:

    Ya me curé de la literatura. Estas cosas no hay cómo contarlas.
    Estoy piojoso y eso es lo de menos.
    De nada sirven las palabras.
    Está haciendo frío
    por unas razones muy sencillas
    que no recuerdo ahora.
    Tal vez porque es invierno.
    Unos libros forrados
    que hallarás en mi casa
    explican con lucidez indiscutible
    la razón de las temperaturas.
    Cuando me escribas, dime
    por qué hay calor y frío.
    ¡Fuera horroroso
    morirme en la ignorancia!

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  2. Conociendo tu pluma, estoy segura que esas historias de "los otros" tan especiales, tan "irreales", tan verdad, nos harán estremecer y vivir un poco más. Ánimo, cuéntanos, y, sobre todo, no dejes que tantas vivencias se hagan ceniza.
    Un abrazo.

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