Ya en serio, va mi columna de esta semana en Pulso.
Y un poema de Saint Kabir
46. Es un árbol extraño; crece sin raíces y lleva frutos sin haber dado flores. No tiene ramas ni hojas; es un loto puro. En él cantan dos aves: una es el Maestro; la otra, su discípulo. El discípulo escoge los abundantes frutos de la vida y los saborea; el Maestro lo contempla gozoso.Lo que Kabir dice es difícil de comprender: El ave no puede ser alcanzada, aunque resulta claramente visible. El que no tiene forma está en el seno de todas las formas.
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