Este 22 de septiembre empezó el otoño,
con su carga de melancólico frío.
Dice Unamuno y dice bien:
Vidas de otoño son, crepusculares,
con un sentido ambiguo é indeciso,
sin que se sepa que es lo que Dios quiso
al crearlas decir. Con sus pesares...
Sus sinónimos son, según el diccionario:
"decadencia, ocaso, declive, caída. Etapa final de algo".
Y sin embargo, es mi estación. Siempre lo ha sido.
Alma vieja, otoñalmente triste y no es queja: se siente bien, al final,
sentir que siempre caen o han de caer las hojas hasta quedar desnudo,
que se trata de dar fruto, no de florecer.
Se van las hojas y quedan las ramas, cubiertas de ojos, llegan el cambio de color,
los sabores de los festejos nocturnos de esta temporada.
Dice Luis Cañizal de la Fuente:
Otoño es salir a pie de una ciudad
por el arrabal del olvido...
Sea.
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