jueves, abril 23, 2020

Selección poética - Norma Duarte

Rima III
Gustavo Adolfo Bécquer

Ideas sin palabras,
palabras sin sentido;
cadencias que no tienen

ni ritmo ni compás;
memorias y deseos
de cosas que no existen.
Accesos de alegría,
impulsos de llorar;

actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse
sin rienda que lo guíe
caballo volador;

locura que el espíritu
embriaguez divina
del genio creador...
¡Tal es la inspiración!"

* * * * * 

Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío...
Salvador Novo

Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío
junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo,
de que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas,
sentí de pronto el infinito vacío de tu ausencia.
Si todos estos años que me falta
como una planta trepadora que se coge del viento
he sentido que llega o que regresa a cada contacto
y ávidamente rasgo todos los días un mensaje que nada
contiene sino una fecha
y su nombre se agranda y vibra cada vez más profundamente
porque su voz no era más que para mí oído,
porque cegó mis ojos cuando apartó los suyos
y mi alma es como un gran templo deshabitado.
Pero este cuerpo tuyo es un dios extraño
forjado en mis recuerdos, reflejo de mi mismo,
suave a mi tersura, grande por mis deseos,
máscara
estatua que he erigido a su memoria.

* * * * *

Rosa tú, melancólica
Nicolás Guillén

El alma vuela y vuela
buscándote a lo lejos,
Rosa tú, melancólica
rosa de mi recuerdo.
Cuando la madrugada
va el campo humedeciendo,
y el día es como un niño
que despierta en el cielo,
Rosa tú, melancólica,
ojos de sombra llenos,
desde mi estrecha sábana
toco tu firme cuerpo.
Cuando ya el alto sol
ardió con su alto fuego,
cuando la tarde cae
del ocaso deshecho,
yo en mi lejana mesa
tu oscuro pan contemplo.
Y en la noche cargada
de ardoroso silencio,
Rosa tú, melancólica
rosa de mi recuerdo,
dorada, viva y húmeda,
bajando vas del techo,
tomas mi mano fría
y te me quedas viendo.
Cierro entonces los ojos,
pero siempre te veo
clavada allí, clavando
tu mirada en mi pecho,
larga mirada fija,
como un puñal de sueño.

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