»En el lenguaje único están prohibidos en especial el sentido figurado, la metáfora, la ironía (si no se estropea con un estúpido “ironiza Fulano”), la hipérbole, el modismo tradicional, el refrán, la cita implícita... A “la primavera ha venido. / Nadie sabe cómo ha sido” ha reemplazado “Ya es primavera en los grandes almacenes”. Los jóvenes escriben ostia y le conocen un solo significado contundente. El crepúsculo de la blasfemia es un aspecto más de la pérdida de todo un patrimonio de nuestra cultura.»
Francisco Rico, "El crepúsculo de la blasfemia", en El País.
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