Escribo. Te escribo. Te leo y te amoro. Mucho.
Saqué a pasear a mis sueños, para que no anduvieran tan inquietos. Con correa, para que la gente no empiece a hablar de sueños ruidosos, húmedos, con la lengua de fuera.
Su apariencia es amenazadora pero son mansitos con los demás, aunque a veces me desconozcan: mis sueños muerden la mente que les da de comer.
Me gustó. Mucho.
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