Por azar o por coincidencia, los libros nos permiten adivinar nuestro presente, y yo como mis maestros siempre viajo acompañado con alguien de tinta y papel. Anoche leí esto: "Todo lo que se sabe en el sueño, sucede" (y sucedió en el sueño, pero esa es otra historia).
J.B. Pontalis está aquí, y en La fuerza de atracción aclara:
"...Escribir también es soñar, también es estar en duelo, soñarse (y soñar con el mundo, para los más grandes), estar animado de un deseo excesivo de posesión de las cosas por medio del lenguaje y probar en cada página, a veces en cada palabra, que eso nunca sucede. De ahí la febrilidad, incluso exaltación maniaca, y la melancolía que acompañan siempre, alternándose, al acto de escribir..."
Un libro pequeño, de tres ensayos sobre sueño y arte, donde también llama la atención la cita que hace de Karl Kraus: "Hay dos clases de escritores. Los que lo son y los que no lo son. En los primeros el fondo y la forma se pertenecen como el alma y el cuerpo. En los segundos se adaptan como el cuerpo y el vestido".
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