miércoles, diciembre 19, 2007

apuntes de un diario

Hoy por fin me decidí a escribir pero para inspirarme me puse a leer. Al terminar cierta página particularmente buena del libro que acabo de adquirir me di cuenta de que había perdido la pluma.

Me puse como loco.

La busqué durante más de una hora en los pliegues del sofá donde estaba leyendo; en el baño, por las doce veces que fui a orinar; en la cocina, cerca de la cafetera que siempre debe estar prendida; en el cuarto, por el rato en que fui a quitarme el traje para ponerme la pijama de trabajo.

Hace cinco minutos, poco antes de poner esto en el papel, apareció la pluma. Estaba dentro de mi zapato izquierdo.

De cualquier forma ya se me quitaron las ganas de escribir.

1 comentario:

  1. siempre han de apareser las cosas cuando no las buscamos, como las historias siempre son contadas cuando no hay nadie para escuchar...

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