De Javier Marías es uno de los dos epígrafes de La bruja guachichil:

"El empeño de relatar cabal y verídicamente la existencia de alguien es vano y quimérico, o como mínimo exige grandes dosis de credulidad por parte del biógrafo o relator. Creer que nadie miente nunca es el grado máximo, absolutamente patológico, de la credulidad. Porque sólo disponemos de ficciones, subjetividades e inexactitudes".
"Visto con la óptica de hoy, todo es terrible. Estamos hablando de ridiculeces equiparables a decir que no puedo comer este plato porque no estoy seguro de cómo trata a su familia el cocinero. El propio Quevedo mató a un individuo en la plaza de las Descalzas de Madrid en una reyerta. Es que fue un asesino, mató a un semejante. ¿Esto qué tiene que ver con los versos de Quevedo o con El Buscón?"

"El empeño de relatar cabal y verídicamente la existencia de alguien es vano y quimérico, o como mínimo exige grandes dosis de credulidad por parte del biógrafo o relator. Creer que nadie miente nunca es el grado máximo, absolutamente patológico, de la credulidad. Porque sólo disponemos de ficciones, subjetividades e inexactitudes".
Tomado de El País: Solo ficciones, subjetividades e inexactitudes
Entrevista (mayo 2022) en El País
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