«Un bosque es, para usar una metáfora de Borges […] un jardín cuyas sendas se bifurcan. Incluso cuando en un bosque no hay sendas abiertas, todos podemos trazar nuestro propio recorrido decidiendo ir a la izquierda o a la derecha de un cierto árbol y proceder de este modo, haciendo una elección ante cada árbol que encontremos. En un texto narrativo, el lector se ve obligado a efectuar una elección en todo momento. Es más, esta obligación de elegir se manifiesta en cualquier enunciado, cuando menos en cada ocurrencia de un verbo transitivo. Mientras el hablante va a terminar la frase, nosotros, aunque sea
inconscientemente, hacemos una apuesta, anticipamos su elección, o nos preguntamos angustiados qué elección hará (al menos en casos de enunciados dramáticos como «anoche en el cementerio vi...»).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario