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jueves, enero 22, 2009

De Espido Freire

Cuando, tras haberle esperado durante años, él regresó con una esposa más joven ella no perdió la calma. Se hizo su amiga, apadrinó a sus hijos, y le buscó un amante apuesto. En un rapto de celos él asesinó al amante de su mujer y fue a parar a la cárcel. E incluso allí continuó visitándole, con un brillo curioso en sus ojos y una cestita con la merienda.

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