martes, enero 31, 2017

Caricaturas (1): Hora de aventura (Marceline - soy tu problema)



Un mundo preapocalíptico exige post apocalipsis. Y así es esta caricatura, entre dulce y amarga pero muy entretenida. Entre lo monstruoso de ese mundo que surge después de la Guerra de los Champiñones, hay varios reinos donde las historias clásicas de la literatura se desintegran y se integran a otras, con vampiros, pingüinos, dulces que hablan y unicornios que no, con influencias que van de Shakespeare a Lovecraft, o de Ende a caricaturas como Yellow Kid o hasta Winnie Pooh (los protagonistas además de post caballeros andantes bien podrían ser una nueva versión del oso amarillo y su humano).

Si desde el título se enuncia la búsqueda de lo épico, los autores buscan juguetear con todos los géneros, del melodrama al misterio. Regularmente hay una odisea por capítulo, pero se dan pistas y claves para una construcción narrativa muy compleja. Vean por ejemplo los episodios "Cinco mesas pequeñas" o en los que sale Prismo.

Del Rey Helado a Marceline (o de Finn a Joshua, Susana, BMO y los demás) los sueños de los personajes atrapan, son un buen juego para niños y adultos. Son complejos, como la Dulce Princesa o el mismo Rey Helado. Lo único malo: el cambio de voz de Jake.

No soy un gran conocedor pero me gusta. Ella es la experta.
Más información en Zona Negativa.

sábado, enero 28, 2017

Julián Carrillo

Regularmente se habla (y mucho se presume a nivel local) de Julián (Antonio) Carrillo (Trujillo), nacido en Ahualulco, SLP, el 28 de enero de 1875, como "el creador del Sonido 13". Y ya. Pocos lo han oído. Pocos saben de qué va tal teoría. Por ello es interesante leer la opinión que Héctor de Mauleón publicó en Letras Libres bajo el título de "El sonido (13) y la furia". Va una triada de párrafos:
«Ahora que, de haberse dedicado a practicar su teoría en su música, Carrillo habría sido una opción como otras y ya: la calidad de su obra habría sido su mejor prédica. Pero no. Prefirió convencerse de que por primera vez desde Pitágoras alguien (o sea: él) había entendido la materia acústica como fenómeno físico-matemático y que, por tanto, la música debía recomenzar desde el cero indivisible. Y fue entonces que Carrillo ascendió al rango de la ficción y creó un personaje que se permitía decir con seriedad absoluta cosas como estas: si “por desgracia, Bach sembró la confusión durante más de dos siglos, mi sistema musical soluciona el problema”. O bien: “¿Estoy o no en lo justo al decir que el arte musical del momento es paupérrimo y que el futuro está en las conquistas del sonido 13?” Y mi preferida: “Admirable fue que los compositores del pasado escribieran tantas maravillas con sus paupérrimos elementos sonoros.”
Atiza.
Algo tuvo que ver en ese notable giro hacia la excentricidad un factor triste: que el establishment de la cultura revolucionaria expulsase al sonido 13 del mandatado nacionalismo. Esto porque Carrillo se negó a ponerles a sus obras títulos alusivos como Viril sangre potosina en cuartos de tono (que es lo que hacían otros), pero, sobre todo, porque se pescó un pleito monocorde con el compositor Carlos Chávez, que era el mandamás de la música “nuestra”. El desdén y la burla de la música mexicana etiquetada orillaron entonces a Carrillo a la arrogancia. Y tenía razones para ella. Su carrera en Europa había sido correcta y había merecido el respeto de músicos competentes: Richard Strauss dirigió su primera (alemanoide pero muy audible) sinfonía; Stokowski le encargaba obras, Rimski-Kórsakov quiso llevárselo a su conservatorio, etcétera. Prefirió cambiar su futuro por la música del futuro.»

viernes, enero 27, 2017

Un Libro que Alguien lee - Ernesto Sabato

«Pero ¿no seremos también nosotros un Libro que Alguien lee? ¿Y no será nuestro tiempo el Tiempo de la Lectura? Si esta hipótesis es correcta, el tiempo existiría verdaderamente en el instante presente. El pasado habría vuelto al mundo subsistente y atemporal; de modo que a través del instante actual, como por un agujero, el mundo existente de las cosas reales estaría convirtiéndose continuamente en el mundo subsistente de los entes ideales. Así que el Universo Ideal sería: un Almacén Infinito que provee al Presente; un Cementerio Infinito de las cosas que ya fueron, como Napoleón y el Rapto de las Sabinas; y un Museo Infinito de aquello que jamás existió ni existirá, como Hamlet, la Blancura, la Triangularidad, los dragones y los centauros.»

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"Geometrización de la novela", en Biblioteca Ignoria.

jueves, enero 26, 2017

Mercadillo CEART


Este domingo 29 en el Centro de las Artes, stand de Corazón Todito. Obra plástica y diseños de Alexandro (aquí una muestra), Brígido (su blog por acá) y César (un par de sus obras acullá), los tres de apellido Roque. Apoye el arte de por estos rumbos.

lunes, enero 23, 2017

The Cabriolets - Poco a poco

La muralla - Nicolás Guillén

Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Ay, una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel...
—¡Cierra la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—La paloma y el laurel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El alacrán y el ciempiés...
—¡Cierra la muralla!

Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...

domingo, enero 22, 2017

Crimentales en Pulso: Volver a la tragedia

Los invito a pasar a Pulso y leer mi colaboración de esta semana:
Se vale comentar, compartir, discutir. 

Bonobo : No Reason (feat. Nick Murphy)



"El término Hikikomori fue acuñado por el psiquiatra Tamaki Saito, en el año 2000 y significa apartarse, estar recluido. Se define como una forma voluntaria de aislamiento social o auto-reclusión, debido a factores tanto personales como sociales. Afecta fundamentalmente a jóvenes adolescentes ya de por sí sensibles, tímidos, introvertidos, con pocas relaciones de amistad y con una percepción del mundo exterior como algo violento que les agrede constantemente. A todos estos precedentes pueden sumarse las malas relaciones en el seno de la familia. Existe una mayor incidencia en varones."
Psicología y Mente

Más sobre el nuevo video de Bonobo en The Creators Project.

sábado, enero 21, 2017

Tiempo suficiente - Julian Barnes

«Recuerdo un período del final de la adolescencia en que mi mente se embriagaba de imágenes intrépidas. Así sería yo de mayor. Iría allí, haría esto, descubriría esto otro, amaría a esa mujer y luego a ella y a ella y a ella. Viviría como viven y habían vivido los personajes de novela. No sabía muy bien quiénes, sino sólo que les esperaban pasión y peligro, éxtasis y desesperación (pero más éxtasis). Sin embargo… ¿quién dijo lo de "la pequeñez de la vida que el arte exagera"? Hubo un momento al final de mis veinte años en que admití que mi intrepidez hacía tiempo que se había agotado. Nunca haría las cosas con las que había soñado en la adolescencia. En vez de eso, cortaba el césped, iba de vacaciones, vivía mi vida. Pero el tiempo…, el tiempo primero nos encalla y después nos confunde. Creíamos ser maduros cuando lo único que hacíamos era estar a salvo. Pensábamos que éramos responsables pero sólo éramos cobardes. Lo que llamábamos realismo resultó ser una manera de evitar las cosas en lugar de afrontarlas. El tiempo…, que nos den tiempo suficiente y nuestras decisiones más sólidas parecerán temblorosas, nuestras certezas fantasiosas...»

En El sentido de un final

viernes, enero 20, 2017

El diplomático inalterado - Ambrose Bierce

Durante muchos años la república de Madagonia había estado muy bien representada en la corte del Rey de Patagascar por un oficial con el grado de dazí, pero un día el Parlamento madagonio le confirió el rango superior de dandi. Al día siguiente, después de recibir la noticia de esa nueva dignidad, se apresuró a informar del cambio al Rey de Patagascar.

—Ah, sí, entiendo —dijo el Rey—: te han ascendido y te han aumentado el sueldo y el complemento para gastos. Te han asignado más fondos.

—Sí, Majestad.

—Y ahora tienes dos cabezas, ¿verdad?

—Oh, no, Majestad… sólo una, os lo aseguro.

—¿De veras? ¿Y cuántas piernas y brazos?

—Dos y dos, señor… sólo dos y dos.

—¿Y sólo un cuerpo?

—Sí, sólo un cuerpo, como podéis ver.

El monarca se quitó la corona, pensativo; se rascó la real cabeza y tras un momento de silencio dijo:

—Tengo la sensación de que están tirando el dinero. Me pareces el mismo idiota de antes.







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(cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)

jueves, enero 19, 2017

Dueños de nosotros mismos - Ranulfo Romo

«Es una ilusión creer que somos dueños de nosotros mismos y que tenemos control en la toma de decisiones. Quienes toman las decisiones son los circuitos neuronales, que en su trabajo por detrás del nivel de consciencia hacen estas operaciones y finalmente mandan una decisión para que creamos que la hemos tomado nosotros. Es cierto que parece que hay un tiempo muy corto, donde interviene la consciencia, y se puede vetar esa decisión. Pero es muy corto, y ahí intervienen mucho los sistemas de educación familiar, que nos hacen ser prudentes. Porque tomar una decisión tiene muchas consecuencias para bien o mal. Y detrás están todos los valores, y tenemos circuitos que le dan valor al contenido de una decisión. Hay decisiones fáciles, difíciles y otras imposibles, pero hay que hacer algo siempre. Aunque sea no hacer nada, que ya es una decisión que tomó el cerebro...

»No solo somos entes racionales. Tenemos también un cerebro emocional. Y así como se combina la información sensorial con la memoria y el aparato motor, también lo hace con el aparato emocional. Las emociones también le dan color a nuestras decisiones. Tiene que ver con los procesos de todos los días, en los que obtenemos recompensas. Cada vez que tomamos una decisión correcta, el cerebro nos da una recompensa. Y tenemos circuitos cerebrales que dan valor a nuestras decisiones. Hace años participé en estos experimentos donde descubrimos que había circuitos cerebrales que tienen una molécula llamada dopamina que da valor al contenido de la información. Sin este valor no podemos aprender ni memorizar, y por tanto sin dopamina la vida podría ser un desastre...

»Nuestra vida es importante siempre y cuando uno tenga un impacto en el otro. Solos no somos nadie. Somos alguien por los demás. Yo no sabría si mis decisiones son o no correctas si los demás no me dan una referencia...

«En el fondo, una vez que he tomado una decisión recibo un feedback externo que va moldeando mis acciones. De hecho, se dice que sólo se aprende de los errores, y no de los refuerzos positivos, o éxitos. Si Nadal no se entrenara, por más aptitudes que tenga, no sería el campeón que es ahora. Si don Santiago Ramón y Cajal no hubiese pasado horas y horas al microscopio viendo las muestras de tejido que preparaba, nunca hubiese podido ser el gran neurobiólogo español, quizá el más grande todos. Y se hizo a sí mismo, con muy pocos recursos. Cuando tomamos un libro para leerlo, por ejemplo, supone una opción personal, una disciplina para sentarse y leerlo. Toda acción tiene un coste, con un refuerzo positivo o negativo. Y de esas dos cosas muy elementales, binarias, uno va esculpiendo su cerebro haciéndose a si mismo lo que uno cree que quiere ser...»

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miércoles, enero 18, 2017

Por qué se escribe - María Zambrano

«Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento afectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

El escritor sale de su soledad a comunicar el secreto. Luego ya no es el secreto mismo conocido por él lo que colma, puesto que necesita comunicarle. ¿Será esta comunicación? Si es ella, el acto de escribir es sólo medio, y lo escrito, el instrumento forjado. Pero caracteriza el instrumento el que se forja en vista de algo, y este algo es lo que le presta su nobleza y esplendor.»

martes, enero 17, 2017

lunes, enero 16, 2017

De poesía y prosa - Susan Sontag

«La república de las letras es, en realidad, una aristocracia. Y "poeta" siempre ha sido un titre de noblesse. Aunque en el periodo romántico la nobleza del poeta ya no fue sinónimo de mera superioridad y adoptó un carácter adverso: el poeta como avatar de la libertad. Los románticos inventaron al escritor heroico, una figura central de la literatura rusa (la cual no se desarrolla hasta comienzos del siglo XIX); y como en efecto ocurrió, la historia hizo de la retórica una realidad. Los grandes escritores rusos son héroes (no tienen opción si han de ser grandes escritores) y esa literatura continúa fomentando las nociones románticas del poeta. Para los poetas rusos modernos la poesía defiende el inconformismo, la libertad, el individualismo frente a la sociedad, el presente despreciable y vulgar, el esclavo comunitario. (Como si la prosa en su verdadero estado fuera, en definitiva, el Estado). Por ello es natural que insistan en el carácter absoluto de la poesía y su diferencia radical con la prosa.

»La prosa es a la poesía, afirmó Valéry, lo que el andar a la danza: la supuesta superioridad inherente de la poesía en los románticos apenas se limita a los grandes poetas rusos. Siempre es una caída, sostiene Brodsky, que un poeta elija la prosa, es "como pasar del galope tendido al trote". El contraste no sólo se refiere a la velocidad, desde luego, sino a la masa: la naturaleza compacta de la poesía lírica frente a la cabal extensión de la prosa. (Gertrude Stein, aquella virtuosa del arte antilacónico, de la prosa extensa, sostenía que la poesía es sustantivos, la prosa, verbos. Es decir, el genio característico de la poesía es nombrar; el de la prosa, mostrar el movimiento, el proceso, el tiempo: el pasado, el presente y el futuro). La prosa reunida de todo poeta excepcional que haya escrito prosa de excepción —Valéry, Rilke, Brecht, Mandelstam, Tsvietáieva— es mucho más voluminosa que el conjunto de su poesía. En literatura hay algo semejante al prestigio que los románticos conferían a la esbeltez.

»Que los poetas escriban prosa con regularidad y los prosistas casi nunca poesía, no es, como sostiene Brodsky, prueba de la superioridad de esta última. Para él, "El poeta, en principio, es 'superior' al prosista… pues un poeta menesteroso es capaz de sentarse y redactar un artículo, mientras que, en parecidos apremios, a un prosista apenas se le ocurriría pensar en un poema". Pero el meollo sin duda no es que escribir poesía sea menos rentable que escribir prosa, sino que es singular: la marginación de la poesía y su público; lo que antaño se tenía por un oficio común, como tocar un instrumento musical, parece en la actualidad coto de lo difícil e intimidante. Ya no sólo los prosistas, sino en general la gente cultivada, no escribe poesía. (Al igual que la poesía, como había sido común, ya no se memoriza). El desempeño mismo en la literatura moderna está condicionado en parte por el amplio descrédito de la noción de virtuosismo literario; por la manifiesta merma de virtuosismo. Parece absolutamente extraordinario que hoy alguien pueda escribir una prosa brillante en más de un idioma: nos maravillan Nabokov, Beckett y Cabrera Infante, pero hasta hace dos siglos semejante virtuosismo se habría dado por sentado. Lo mismo sucedía, hasta fecha reciente, con la capacidad de escribir poesía así como prosa.

»En el siglo XX, la escritura de poemas tiende a ser la distracción juvenil del prosista (Joyce, Beckett, Nabokov…) o una actividad ejercida con la mano izquierda (Borges, Updike…). Ser poeta es presuntamente más que escribir poesía, incluso poesía excepcional: Lawrence y Brecht, quienes escribieron grandes poemas, no son tenidos en general por poetas de excepción. Ser poeta es definirse, y persistir en seguir siendo (a pesar de todo), sólo poeta. Así, Thomas Hardy, que fuera considerado por todos ejemplo literario en el siglo XX en cuanto prosista excepcional y también gran poeta, renunció a la novela para así escribir poesía. (Hardy dejó de ser prosista. Se convirtió en poeta). En este sentido, el concepto romántico de poeta, el que sostiene la máxima relación con la poesía, ha prevalecido, y no sólo entre los escritores rusos modernos...»

domingo, enero 15, 2017

Crimentales en Pulso: La gran depresión

Acompáñenme a leer esta triste historia.
Y a leer este poema de Vallejo:

Masa

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

sábado, enero 14, 2017

Mark Fisher (1968-2017)

«Hacer las cosas mecánicamente y sin interés, hablar con retórica de negocios incluso a pesar de que uno no crea en ella, todo esto era crucial para imponer un marco ideológico. Así que llamé a este marco ideológico realismo capitalista, en parte porque el argumento para hacer estas cosas desde el nivel de la administración era que resistirlas no tenía sentido: la única cosa “realista” que se podía hacer, si uno quería mantener su trabajo, era seguirles la corriente. Pero luego comencé a ver los efectos del realismo capitalista en todos lados: no solamente en el trabajo o en la política, sino también en el clima afectivo de las sociedades neoliberales, a las cuales vi caracterizadas por una depresión hedónica: había muchas nuevas posibilidades de placer, pero, en vez de ser una alternativa a la melancolía, alimentaban una especie de nuevo y completamente ubicuo abatimiento. Esto estaba relacionado a una ranciedad, un agotamiento de la misma cultura, una sensación de que todo ya había sucedido; había infinitas nuevas formas de consumir, pero lo que consumíamos era de manera creciente versiones pastiche de vieja cultura.

«El genio del capitalismo es que no está comprometido con ningún modo particular de gobierno. El capitalismo neoliberal puede estar terminado, pero es posible imaginar muchas diferentes formas de capitalismo, incluyendo un capitalismo autoritario. El autoritarismo con frecuencia aumenta en popularidad en tiempos de crisis, y hay evidencia de que eso está sucediendo de nuevo...»

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Tomado de El baile moderno
Sitio de Mark Fisher: K-Punk


viernes, enero 13, 2017

Viernes 13

Escribo estas líneas a las tres de la mañana del viernes 13. Quiero dormir pero me sobran pensamientos y cafeína. Y palpitaciones. Leo aquí y allá noticias (pésimos pretextos, ataques, notas que parecen pagadas), y algunas nuevas anotaciones en blogs literarios. Escribo que me extraño. Quisiera recordar más y extrañar menos. Menos mal que no soy triscaidecafóbico. ¿Dónde estaba otros viernes 13? La asignación arbitraria de números a los días y la misma existencia de los días no es fiable. Mido el tiempo desde que no la abrazo. Desde el lunes son muchos días.

"Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto, sino de cómo lo he visto", escribió Anton Chejov. Y creo que, si no todo, he visto mucho. Y quiero escribirlo, a pesar de mi cerebro que no retiene tantos detalles. A ratos creo que merezco todos los epítetos que me han endilgado quienes me imaginan. Eso somos, seres imaginarios tras el fin del mundo. Parece que el mundo se acaba. Por lo menos para mí. Pero quiero escribir, bucear en lo poco que queda. Y es que adentro de mí hay sensaciones que nadie parece comprender —ni con quien he hablado más de mí (de lo que pienso y siento) parece entenderlo—, quizá hacen bien. Ni yo sé por qué reacciono, digo, siento, digo, hago, digo, digo. Escribir es un poco como hablar solo, y en voz alta. Quizá alguien te escuche y hasta te responda.

"La realidad es una mera ilusión, aunque una muy persistente", dijo Einstein. La realidad es el abrazo, ese que nos dimos al despedirnos. Lo demás han sido horas insignificantes, olvidables.

jueves, enero 12, 2017

miércoles, enero 11, 2017

Aforismos de Marina Tsvietáieva sobre literatura

El poeta (todo el que está relacionado con el arte, pero sobre todo el poeta) lleva siempre el estigma especial de la incomodidad, con el que puedes reconocerle incluso en su propia casa. Es un emigrante de la inmortalidad al tiempo, un desertor de su cielo.

* * *

La lírica aclara lo oscuro, pero oculta lo evidente. Cada verso es una locución de la Sibila, es decir, es infinitamente mayor de cuanto haya podido decir la lengua.

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Para ser un poeta del pueblo tienes que hacer cantar, gracias a ti, a todo el pueblo. Para eso no basta con ser todo, hay que ser todos.

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Para mí todas las palabras resultan pequeñas. Y el exceso de mis palabras es únicamente una tenue sombra del exceso de mis sentimientos.

* * *

La violación de la forma - es un exceso. Yo lo hago continuamente en los versos, si fuera más joven ¡lo haría continuamente en la vida!

* * *

La obra es más auténtica mientras se está escribiendo. Lo escrito ya ha pasado. Las vidas independientes existen fuera de mí - ahí está la finalidad y el resultado…

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Así como un pobre no puede batir en un cuenco de crema doce docenas de yemas de huevo y rociarlo todo con un cuarto de ron jamaicano, así tampoco el pobre en poesía puede sacar de sí, por arte de magia, el material que no posee:  el talento. Lo que queda son gestos vacíos sobre cacerolas vacías.

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«El poeta está en las nubes» es cierto, pero es cierto únicamente para una raza de poetas: los muy elevados, los puramente espirituales. Incluso podríamos decir que no está en las nubes sino que habita en las nubes. El jorobado paga con su joroba, el ángel también paga por sus alas en la tierra. La inmaterialidad, tan próxima a la esterilidad, al aire enrarecido; en lugar de la pasión,  el pensamiento; en lugar de las palabras, locuciones: eso son los indicios terrestres de los huéspedes celestiales.

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La creación artística es, en algunos casos, una cierta atrofia de la conciencia, diré más: es una atrofia indispensable de la con- ciencia, ese prejuicio moral sin el cual el arte no puede existir.

martes, enero 10, 2017

La libre asociación para escribir (crítica de arte, narrativa, ensayo...) - Joan Feliu

«La asociación libre como metodología de investigación le permite al crítico utilizar estímulos para la ideación, para sugerir posibles temas y conceptos, conectar un pensamiento con el siguiente, permitiendo que cada nueva imagen o idea aparezca sin censura ni juicio, escapar de los modos habituales en que asociamos la información, explorar todas las posibles rutas a una solución.

»Si parte del objetivo de una crítica de arte es, además de analizar estilos y técnicas, mediar para que se produzca una comunicación emocional, resulta muy práctico crear conexiones inusuales y potencialmente útiles, porque habitualmente tan pronto como el crítico de arte se enfrenta a una tarea seria excluye estas ideas, ya sea consciente o inconscientemente, simplemente porque no están por lo común asociadas con una solución plausible.

»En el proceso de ceder a las asociaciones libres suscitadas en una investigación artística, el crítico descubre caminos que escapan al pensamiento lineal racional. Aún con la necesidad de juzgar lo que emerge en la mente, puede conectarse a más imágenes y encontrar un sentido a la creación, utilizar su imaginación para explorar la obra, encuadrarla en el contexto cultural en el que fue producida, entender su simbolismo. Sin pensar que hay respuestas correctas o incorrectas, una idea le conduce a otra idea en el proceso de transformar el pensamiento.

»La investigación artística del crítico de arte planteada desde el pensamiento sistémico no busca la opción mejor, la más exitosa, como lo haría el pensamiento analítico, sino que considera todas las opciones para dejar emerger una síntesis, el producto de todos los elementos y algo diferente de la suma de los elementos mismos. El resultado se convierte en la clave para revelar una realidad inesperada y posiblemente un nuevo vértice de observación...»

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lunes, enero 09, 2017

Rogelio contra el muro - Guillermo Fadanelli

Rogelio deseaba atravesar la pared y era evidente que no poseía ninguna otra meta en su vida. A causa del azar vivíamos dentro del mismo cuarto, pues el día que habiendo leído el anuncio en el periódico me presenté a rentarlo él se presentó también. Sin embargo, el dueño de la vecindad decidió darme preferencia a mí pues le pareció inconveniente que Rogelio babeara todo el tiempo. A mí eso me tenía sin cuidado y su aspecto no me era del todo desagradable así que allí mismo lo invité a vivir conmigo; en breve concertación acordamos pagar la renta entre los dos. El sueño objetó de inmediato que el cuarto estaba destinado para una sola persona pero al percatarse de que Rogelio enrojecía y empezaba a echar espuma por la boca no tuvo inconveniente alguno en que fuéramos compañeros de cuarto.

Era un hombre hermético; a veces me sonreía para que yo no pensara que su silencio era un signo de hostilidad. A la semana de habernos mudado creyó necesario confesarme la mayor obsesión de su vida.

—Con un poco de concentración —me dijo— atravesaré la pared.

No añadió nada más pero algunos días después fui testigo de su primer intento. Tomó distancia —casi dos metros—, corrió hacia el muro y se estrelló provocando un tremendo escándalo al caer al suelo. Quise auxiliarlo pero él me rechazó amablemente.

—No te preocupes, estoy acostumbrado.

Regresé a mi cama y él a la suya; minutos más tarde lo escuché roncar con singular descaro. Al día siguiente un fuerte ruido me despertó: Rogelio lo había intentado otra vez y se hallaba tirado en el piso frotándose el rostro con ambas manos. En esta ocasión su recuperación fue más lenta; apenas se hubo incorporado, se fue hacia el baño dando un par de traspiés. No tuve más remedio que vestirme. Estaba poniéndome los zapatos cuando lo vi entrar nuevamente a la habitación. Me dio los buenos días y antes de meterse bajo las cobijas no dudó en advertirme:

—Mañana lo lograré.

Todo continuó con normalidad, nuestra convivencia resultaba agradable y la relación parecía marchar por buen camino. A petición mía había accedido a esperar que yo estuviera despierto para intentar atravesar la pared y de esa manera no interrumpir mi sueño tan bruscamente. Era un hombre amable: llevó su delicadeza hasta el grado de esperar a que yo saliera del cuarto para estrellarse en el muro.

Los problemas iniciaron un poco más tarde cuando Rogelio, obstinado en llevar a cabo su propósito, aumentó el número de tentativas. Un día abrí la puerta y tropecé con su cuerpo; tenía el rostro bañado en sangre. Lo llevé hasta la regadera dejándolo allí un buen rato mientras me preparaba algo de cenar. Como no reaccionaba lo arrastré hasta su cama y lo cubrí con una estera delgada. Se volvió cotidiano el hecho de que siempre, al abrir la puerta, Rogelio estuviera batido en sangre e inconsciente en el piso; me molestaba tener que hacerme cargo de él, llevarla hasta el chorro de agua, cargarlo hasta su cama y cobijarlo, aunque con el paso de los días no tardé mucho en acostumbrarme. Después de un mes, Rogelio, que para entonces mostraba un rostro completamente desfigurado, me pagó la renta con admirable puntualidad. Me alegró saber que pese a todo había logrado conservar la razón y a manera de recompensa aquella noche, al llegar a casa y encontrarlo en el piso en medio de su habitual charco de sangre, lo jalé hacia fuera del cuarto abandonándolo en el patio de esa vecindad que a no ser por nosotros dos estaría totalmente deshabitada.

A la mañana siguiente me despertaron unos gritos.

— ¡Eureka! ¡Eureka! —gritaba Rogelio mientras tocaba con desesperación la puerta.

Abrí y me encontré con su rostro sonriente.

— ¡Lo logré, hermano! —me dijo al tiempo que se desplomaba en mis brazos. No pude evitar que una lágrima corriera por mis mejillas, lo arrastré hasta el baño y lo dejé un largo rato bajo el chorro de agua.

domingo, enero 08, 2017

Música optimista... o algo así



Para esos días en que sólo se apetece escuchar música, de preferencia que nos levante el ánimo, en YouTube hice una lista de reproducción que se llama "Optimismo o algo así". Los invito a que pasen a oírla, criticarla, sugerir...

sábado, enero 07, 2017

Resonancias del afuera - Juan Gelman

«"La invención (literaria), hay que admitirlo humildemente, no consiste en crear desde el vacío, sino desde el caos", escribió Mary Shelley en el prólogo de la edición corregida del texto que se publicó en 1831. Soñaba —despierta— con un nuevo sistema de valores basado en el amor, no en el poder. Pensaba que sólo explorando esa tierra incógnita con la imaginación se podría erigir el mundo igualitario que su marido, sus padres y ella misma querían. El caos era el mundo injusto, sacudido por guerras y voracidades coloniales, por la rapacidad de la burguesía, por la revolución industrial continua, y en el plano ideal, por la contradicción cada vez más desnuda entre el racionalismo del Siglo de las Luces y el irracionalismo de sus partos, que empujaban a los refugios del romanticismo. Y al pavor de la incertidumbre. En 1931, en medio de la crisis más brutal que atravesó Estados Unidos, Hollywood estrenaba el Frankenstein de Boris Karloff y el Drácula de Bela Lugosi. No parece casual. Tampoco la serie de vampiros, el Drácula de Coppola de 1993 incluido, que chupan sangre con insistencia en las pantallas grande y chica —para no hablar de otros terrores, extraterrestres y demás— en los finales de un siglo castigado por genocidios atroces —la Shoa, Hiroshima y Nagasaki, de kurdos y camboyanos, panameños, argentinos, tantos otros—, que no conoció un solo día sin guerra, grande o chica, y que jadea amenazado por el sida, desestabilizado por la globalización y por la destrucción incontenida de la Naturaleza.

»Es notable que otros dos grandes mitos del terror se hayan plasmado en creaciones literarias acuñadas por un sueño. Bram Stoker escribió su Drácula, publicado en 1897, obsedido por esta pesadilla: un hombre indefenso es atacado por tres vampiras sedientas de sexo mientras el vampiro jefe lo reclama al grito de «ese hombre es mío». La que agobió a Robert Louis Stevenson le trajo completa la historia que explayó en El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886), novela que escribió en tres días. No escasean las explicaciones freudianas, antifreudianas y aun junguianas de la relación pesadilla-escritura en estos casos. Mary Shelley habría expresado el trauma del nacimiento prematuro y muerte de su hija, y del fallecimiento de su madre a los 12 días de darla a luz. Bram Stoker habría dado salida a inseguridades acerca de su masculinidad. Stevenson, a las marcas que su nodriza, ferozmente escocesa y presbiteriana, le infligió con sus letanías sobre las llamas del infierno y la condenación del pecador. Pero ésa es una manera de achicar las resonancias del afuera en una escritura sensible. Lo cierto es que las ideas y las imágenes del terror que aportó el romanticismo de fines del siglo XVIII guardan intacto su poder de interlocución con los miedos más profundos de dos siglos después. ¿La felicidad consistirá en extirparlos? ¿Hay que cambiar el mundo, entonces?»

"Miedos", en Miradas


viernes, enero 06, 2017

Ricardo Piglia (1941-2017)

«¿Por qué nos dedicamos a escribir después de todo? Se nos da por ahí. ¿A causa de qué? Bien, porque antes hemos leído... No importa, desde luego, la causa, importan las consecuencias. Más de uno tendría que arrepentirse, yo mismo para empezar, pero en cualquier bar de la ciudad, en cualquier McDonald’s hay un gil que, a pesar de todo, quiere escribir... En realidad no quiere escribir, quiere ser un escritor y quiere que lo lean... Un escritor se autodesigna, se autopropone en el mercado persa, pero ¿por qué se le ocurre esa postura?

»La ilusión es una forma perfecta. No es un error, no se la debe confundir con una equivocación involuntaria. Se trata de una construcción deliberada, que está pensada para engañar al mismo que la construye. Es una forma pura, quiz. la más pura de las formas que existen. La ilusión como novela privada, como autobiografía futura.

»Al principio, aseguró después de una pausa, somos como el Monsieur Teste de Valéry: cultivamos la literatura no empírica. Es un arte secreto cuya forma exige no ser descubierta. Imaginamos lo que pretendemos hacer y vivimos en esa ilusión... En definitiva, son los cuentos que cada uno se cuenta a sí mismo para sobrevivir. Impresiones que no están en condiciones de ser entendidas por extraños. Pero ¿es posible una ficción privada? ¿O tiene que haber dos? A veces, los momentos perfectos tienen por testigo sólo a quien los vive. Podemos llamar a ese murmullo –—ilusorio, ideal, incierto— la historia personal.»

(Los diarios de Emilio Renzi)

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«Se vive para escribir, diría yo. La escritura es una de las experiencias más intensas que conozco. La más intensa, pienso a veces. Es una experiencia con la pasión y por lo tanto tiene la misma estructura de la vida. No son muy diferentes la vida y la literatura. Uno enfrenta las mismas cuestiones en los dos lados. Las contradicciones son más bien prácticas. Hace falta cierto aislamiento para escribir y a veces es difícil de lograr. La fantasía de la isla desierta o de la torre de marfil son ilusiones bastante legítimas que tienen, yo diría, todos los escritores. Un lugar tranquilo para escribir, fuera del mundo. La disciplina, ciertos horarios de trabajo son formas, creo, de elaborar y de resolver la contradicción con todas las cosas que uno podría estar haciendo en el momento de sentarse a escribir, que siempre es un momento difícil, que se trata de postergar.»

(Crítica y ficción)

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«Todos los acontecimientos que uno puede contar sobre sí mismo no son más que manías. Porque a lo sumo ¿qué es lo que uno puede llegar a tener en su vida salvo dos o tres experiencias? Dos o tres experiencias, no más (a veces, incluso, ni eso). Ya no hay experiencias (¿las había en el siglo XIX?), sólo hay ilusiones. Todos nos inventamos historias diversas (que en el fondo son siempre la misma) para imaginar que nos ha pasado algo en la vida.»

(Respiración artificial)

jueves, enero 05, 2017

La poesía - Bob Dylan

«¿Preguntabas por la poesía? Tío, la poesía es una cagada, sabes. No sé en otros países, pero en éste es una masacre absoluta. No es poesía en modo alguno. La gente no lee poesía en este país; si lo hacen, les ofende, no lo pillan. Si vas a la universidad, ¿qué tipo de poesía debes leer? Lees The Two Roads de Robert Frost, lees a T.S. Eliot, lees todas esas cagadas y eso no mola, tío. No mola. No es nada potente, una mierda pinchada en un palo...»

BOB DYLAN, entrevista en 1965 de Paul J. Robbins para L.A. Free Press, reunida en Dylan sobre Dylan: 31 entrevistas memorables, Global Rhythm, Barcelona, 2008, traducción de Miquel Izquierdo, pág. 57. Fragmento tomado de Neorrabioso.

miércoles, enero 04, 2017

Algunos aforismos de Wittgenstein

Una vez dije, quizá con acierto: La cultura anterior se convertirá en un montón de basura y, finalmente, en un montón de cenizas, pero el espíritu planeará sobre las cenizas.

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Si alguien llegara a pensar que ha resuelto el problema de la vida y se sintiera como diciéndose a sí mismo que ahora todo es bastante sencillo, podría ver que se equivoca recordando que hubo un tiempo en el que esta "solución" no había sido descubierta; pero también debe haber sido posible vivir en aquel entonces y la solución que ahora se ha encontrado aparece como fortuita en relación a cómo las cosas eran en aquel tiempo. Pasa lo mismo en el estudio de la lógica. Si hubiera una solución a los problemas de la lógica (filosofía) sólo tendríamos que advertirnos a nosotros mismos de que hubo un tiempo en el que no habían sido descubiertas (e incluso en ese tiempo la gente debe haber sabido cómo vivir y pensar).

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Cada una de las oraciones que escribo está intentando abarcar la totalidad, esto es, la misma cosa una y otra vez; eso a pesar de que simplemente son puntos de vista de un objeto observado desde distintos ángulos.

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Podría decir: si el lugar al que quiero llegar sólo pudiera ser alcanzado mediante una escalera, desistiría en mi intento de acceder allí. El lugar al que he de llegar es uno en el que ya he de estar ahora. Todo lo que pueda conseguir subiendo por una escalera no me interesa.

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Cuando chocas contra los límites de tu propia honestidad sucede como si tus pensamientos entraran en un torbellino, un infinito regreso: Puedes decir lo que quieras, eso no te lleva más allá.

Si alguien está meramente avanzado a su tiempo, éste le atrapará algún día.

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En este mundo (el mío) no hay tragedia, ni se da la infinita variedad de circunstancias que dan lugar a la tragedia (como su resultado). Es como si todo fuera soluble en el éter del mundo, no hay superficies ásperas. Lo que esto significa es que la aspereza y el conflicto no se convierten en algo espléndido, sino en un defecto. El conflicto es disipado de una manera muy similar a la de la tensión de un muelle cuando deshaces su mecanismo (o lo disuelves en ácido nítrico). Esta disolución elimina todas las tensiones.
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El límite del lenguaje es mostrado por su imposibilidad de describir el hecho que corresponde a (es la traducción de) una oración, sin simplemente repetir la oración. (Esto tiene que ver con la solución kantiana de los problemas de la filosofía).

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Tomados de
http://boards1.melodysoft.com/arje/wittgenstein-aforismos-sobre-cultura-239.html

martes, enero 03, 2017

Cómo leer (1) - W. H. Auden

«Dios sabe que los escritores pueden ser bastante estúpidos, pero no tanto como parecen creer algunos críticos. Me refiero a la clase de críticos que, al condenar cierta obra o pasaje, no vislumbran jamás la posibilidad de que el autor haya previsto exactamente lo que están a punto de decir.

»¿Cuál es la función de un crítico? En lo que a mí respecta, puede prestarme uno o más de los siguientes servicios:
1. Darme a conocer autores que hasta ese momento ignoraba.
2. Convencerme de que he menospreciado a cierto autor o determinada obra por no haberla leído con suficiente cuidado.
3. Mostrarme relaciones entre obras de distintas épocas y culturas que jamás habría descubierto por mí mismo porque no sé lo suficiente y jamás lo sabré.
4. Ofrecerme una "lectura" de determinada obra que mejore mi comprensión de la misma.
5. Arrojar luz sobre el proceso del "hacer" artístico.
6. Arrojar luz sobre el arte de vivir, sobre la ciencia, la economía, la ética, la religión, etcétera.

»De estos servicios, los tres primeros requieren erudición. Un erudito no es solamente aquel que posee un enorme caudal de conocimientos; ese conocimiento ha de ser valioso para los demás. […] En general, al leer a un crítico erudito se aprovechan más sus citas que sus comentarios.

»En cuanto a los tres últimos servicios, no requieren un conocimiento superior, sino una mayor lucidez. La lucidez de un crítico puede medirse por la novedad e importancia de sus preguntas, más allá de que uno pueda estar en desacuerdo con sus respuestas. Es probable que muy pocos lectores estén dispuestos a aceptar las conclusiones del ensayo ¿Qué es el arte?, de Tolstói. No obstante, una vez leído el libro resulta imposible ignorar las preguntas que Tolstói plantea allí.

»Lo que, enfáticamente, no le pido a un crítico es que me diga lo que tengo que aprobar o desaprobar. No tengo objeción a que me revele qué autores le gustan o disgustan; de hecho, me resulta útil saberlo, porque, teniéndolo en cuenta con respecto de los libros que he leído, me prevengo de asentir o disentir de sus veredictos sobre los libros que no he leído aún. Pero que no busque imponerme su ley. La responsabilidad de lo que escojo leer es mía, y nadie en el mundo puede escoger por mí...»

John Berger (1926-2017)

«Lo que se dice públicamente y el modo en que se dice promueven una especie de amnesia cívica e histórica. La experiencia nos es arrebatada. Los horizontes del pasado y el futuro se borronean. Estamos siendo condicionados a vivir en un interminable e incierto presente, reducidos a ser ciudadanos en el Estado del Olvido.

»Mientras, lo que ocurre a nuestro alrededor va de mal en peor. El planeta se sobrecalienta. La riqueza del planeta está siendo concentrada en menos y menos manos, mientras la mayoría está mal alimentada, no encuentra sino comida chatarra o de plano pasa hambre. Más y más millones de personas están siendo forzadas a emigrar con ínfimas posibilidades de sobrevivir. Las condiciones laborales se tornan más y más inhumanas.

»Aquellos que están listos para protestar contra lo que ocurre hoy, o resistir ante esas fuerzas, son legión. Pero los medios políticos para hacerlo son por el momento poco claros o están ausentes. Necesitan tiempo para desarrollarse, así que hay que esperar. Pero cómo esperar en tales circunstancias. Cómo esperar en esta condición de olvido...»

"Cómo resistir a las fuerzas del olvido", en La Jornada.
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Véase también el artículo de Isaí Moreno Roque: Look again!

lunes, enero 02, 2017

Crimentales en Pulso: Los buenos propósitos

Algo acerca de este año que recién empieza, algo de este retorno de la irrealidad soñada. Va el enlace a mi columna de esta semana en Pulso, "Los buenos propósitos", con mis mejores deseos en este año de sueños y pesadillas, pero también de despertares.