miércoles, noviembre 30, 2016

Paraísos perdidos - JL Borges

"Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío. Sé que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven. Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado. Cuando quiero escandir versos de Swinburne, lo hago, me dicen, con su voz. Sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos. llión fue, pero llión perdura en el hexámetro que la plañe. Israel fue cuando era una antigua nostalgia. Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos..."

(Los conjurados)

martes, noviembre 29, 2016

Fanatismo (1) - EM Cioran

«El fanático es incorruptible: si mata por una idea, puede igualmente hacerse matar por ella; en los dos casos, tirano o mártir, es un monstruo. No hay seres más peligrosos que los que han sufrido por una creencia: los grandes perseguidores se reclutan entre los mártires a los que no se ha cortado la cabeza. Lejos de disminuir el apetito de poder, el sufrimiento lo exaspera; por eso el espíritu se siente más a gusto en la sociedad de un fanfarrón que en la de un mártir; y nada le repugna tanto como ese espectáculo donde se muere por una idea... Harto de lo sublime y de carnicerías, sueña con un aburrimiento provinciano a escala universal, con una Historia cuyo estancamiento sería tal que la duda se dibujaría como un acontecimiento y la esperanza como una calamidad...»


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Breviario de podredumbre

lunes, noviembre 28, 2016

Crimentales en Pulso: Las trompetas del apocalipsis

El séptimo sello y las siete trompetas

8 Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, todos en el cielo guardaron silencio durante media hora.

2 Entonces vi que se le dio una trompeta a cada uno de los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios. 3 Después vino otro ángel con un tazón de oro, y en ese tazón pusieron mucho incienso, para que lo ofreciera ante el altar junto con las oraciones del pueblo de Dios. 4 El humo del incienso subió de la mano del ángel, junto con las oraciones, hasta donde estaba Dios. 5 Entonces el ángel tomó el tazón y lo llenó con los carbones encendidos que estaban sobre el altar. Luego, lanzó todo sobre la tierra, y por todos lados hubo un fuerte ruido de truenos, y relámpagos, y un temblor de tierra.

6 Después, los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.

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Los invito a Pulso a leer "Las trompetas del apocalipsis".

viernes, noviembre 25, 2016

Testamento - John Donne

Antes que exhale mi último suspiro, deja, Amor,
que revele mi legado. Es mi voluntad legar
a Argos mis ojos, si mis ojos pueden ver.
Si están ciegos, Amor, a ti te los entrego;
A la Fama doy mi lengua; a embajadores, mis oídos;
a mujeres, o a la mar, mis lágrimas.
Tú, Amor, me has enseñado
al hacerme amar a aquella que a veinte más tenía,
que a nadie debía dar, sino a quien tenía demasiado.

Mi constancia entrego a los planetas;
mi verdad, a quienes viven en la Corte;
mi ingenuidad y franqueza
a los jesuitas; a los bufones, mi ensimismamiento;
mi silencio, a quien haya estado fuera;
mi dinero, al capuchino.
Tú, Amor, me has enseñado, al instarme a amar
allí donde amor no es recibido,
a dar sólo a quienes tienen incapacidad probada.

Mi fe entrego a los católicos;
mis buenas obras, todas, a los cismáticos
de Amsterdam; mis mejores modales,
mi cortesía, a la universidad;
mi modestia doy al soldado raso.
Compartan los jugadores mi paciencia.
Tú, Amor, me has enseñado, al hacerme amar
a aquella que dispar mi amor entiende,
a dar sólo a quienes tienen por indignos mis regalos.

Sea mi reputación para aquellos que fueron
mis amigos; mi industria, para mis enemigos.
A los escolásticos hago entrega de mis dudas;
de mi enfermedad, a los médicos, o al exceso;
a la naturaleza de todo lo que en rima tengo escrito,
y para mi acompañante sea mi ingenio.
Tú, Amor, cuando adorar me hiciste a aquella
que antes este amor en mí engendrara,
a hacer como si diera, me enseñaste, cuando restituyo sólo.

A aquel por quien tocan las campanas,
mi libro doy de medicina; mis pergaminos
de consejos morales sean para el manicomio;
mis medallas de bronce, para quienes tienen
escasez de pan; a quienes viajan entre
todo tipo de extranjeros doy mi lengua inglesa.
Tú, Amor, al hacer que amara a quien
considera su amistad justa porción
para jóvenes amantes, haces mis dones desproporcionados.

Así, pues, no daré más, sino que el mundo
destruiré al morir, pues el amor muere también.
Tu hermosura, toda, menos entonces valdrá
de lo que el oro en la mina, sin que haya quien lo extraiga
y de menos tus encantos, todos, te servirán,
de lo que puede un reloj de sol dentro de una tumba.
Tú, Amor, me has enseñado, al hacerme
amar a aquella que a ti y a mí desdeña,
a ingeniar esta manera de aniquilar a los tres.

jueves, noviembre 24, 2016

Peatón - George Oppen

Lo que generaciones podrían haber soñado
El nieto de las calles comerciales, sus ojos

En la luz del comprador, las luces de las tiendas
Más luminosas que los faros, más luminosas que la luna apareciendo

desde la salada bahía tan rica
tan brillante su ciudad

en una tierra de pavimento, un tejido de cables por donde ella camina
en el nuevo invierno entre enormes edificios.

martes, noviembre 22, 2016

El amor a la lengua - Rafael Cadenas

«Quisiera que este trabajo fuese testimonio de un recio amor, el amor a la lengua. Un sentimiento que fue, al principio, inconsciente, de lector ávido; casi desatendido luego entre los trajines de una actividad de la que me retiré hace ya muchos años y reconocido finalmente tras varias crisis, pues nada es psíquicamente fácil, y que posee, sin embargo, el carácter de lo que siendo firme, solo los años nos dejan ver. Se asemeja a un afecto del que poco a poco nos damos cuenta, que va insinuándose lentamente hasta cobrar imperio. […] Hoy veo todo envuelto por el misterio y no solo la dimensión que trataba de destacar (Literatura y vida, Realidad y literatura) ¿Qué diferencia existe, por ejemplo, entre un árbol, un deseo, una palabra? Todo, absolutamente todo, forma parte de la realidad, que es, en última instancia, desconocida. Pero siendo desconocida, nos constituye, es nuestro fondo, por lo que también le pertenecemos, lo cual nos confiere una dignidad que no percibimos ni tampoco solemos honrar, pues ¿cuándo la tenemos presente con fuerza decisiva?

Si un árbol es un milagro, no lo es menos un deseo, una palabra. ¿Por qué habríamos de otorgarle un puesto mayor al árbol? ¿Porque no está contaminado por el yo? ¿Porque es trasunto de lo desconocido? ¿Quién nos autorizó para establecer divisiones? ¿No es falta de humildad hacer afirmaciones sobre lo que es o no real?

[…] Pero también tengo otra deuda con la palabra. A ella le debo deleites de lector, que están entre los mejores conque me ha regalado la vida, y los más frecuentes, dado que soy más lector que escritor. […] Había que enderezar la balanza, buscar el punto intermedio, evitar el otro extremo, el de la deificación de la palabra. Este sigue siendo un peligro para quienes ponen en ella su vida.

Al escribir estas páginas he preferido, en parte, dejar hablar algunos lectores —pues expresan con gran intensidad una tribulación que no puede dejar de sentir ningún hombre para quien la cultura sea una realidad honda— y ser yo un puente entre ellos y el lector. (…) Al hilo de sus consideraciones expreso las mías. Así también, a más de poner juntas, en manos de lectores interesados, armas que suelen andar dispersas, me siento menos solo. […] La masificación ha instaurado el «reino de la cantidad». Aquí descreo de aquella ley que ve el ascenso cualitativo como producto del número. Tras cada problema actual está, incrementándolo, el crecimiento de la población, y en el campo de la cultura sus efectos han sido devastadores. La educación sobre todo, ha sufrido grandes estragos. Tiende a colectivizarse, a volverse mecánica, a transformarse en una actividad sin alma, a tal grado que me pregunto si deberíamos seguir usando la palabra educación para designar lo que se hace hoy en los institutos de enseñanza. ¿A qué se reducen sino a impartir, mal, conocimientos con miras a la sobrevivencia? En su libro Sobre el porvenir de nuestras escuelas ya Nietzsche establecía una diferencia entre «instituciones para la cultura e instituciones para las necesidades de la vida», la vida práctica, las cuales nada tienen en común, y aclara que todas las existentes para su época pertenecen al segundo tipo. Yo no me atrevo a imaginar lo que diría hoy Nietzsche. El discípulo de Burckhardt piensa en términos exigentísimos de cultura. Habla desde una cumbre cuya altura nos dice cuánto hemos descendido. El abismo que separa esta obra de la época en que vivimos es tal que hasta ingenuo nos parece su autor, y confieso que su opinión suscita en mí una dolorosa sonrisa.»

(completo en ProDaVinci)

lunes, noviembre 21, 2016

Mes de mayo - Ida Vitale

Escribo, escribo, escribo
y no conduzco a nada, a nadie.
Las palabras se espantan de mí
como palomas, sordamente crepitan,
arraigan en su terrón oscuro,
se prevalecen con escrúpulo fino
del innegable escándalo:
por sobre la imprecisa escrita sombra
me importa más amarte.

viernes, noviembre 18, 2016

Pobres diablos - Karmelo Iribarren

Para Harkaitz Cano


Aunque nos cueste admitirlo
cómo nos alegra
comprobar
que aquel viejo colega
—al que no habíamos visto
desde vete a saber cuándo—
tampoco ha llegado
a ningún sitio,
que en el fondo no es más
que un pobre diablo,
como nosotros,

y que el cabrón de él
se alegra de lo mismo.

jueves, noviembre 17, 2016

Acerca de la novela negra en México - Sergio González Rodríguez

«De tres obras canónicas en la narrativa detectivesca en México, una es una adaptación de la novela inglesa de detectives (Ensayo de un crimen, de Rodolfo Usigli), otra es paródica (El complot mongol, de Rafael Bernal) y la tercera es tragicómica (Las muertas, de Jorge Ibargüengoitia). El mayor escritor contemporánea de novela negra en México, prestigiado en España, Francia e Italia, es Paco Ignacio Taibo II, cuyas obras son paródicas con un sesgo crítico de izquierda.

»Las nuevas generaciones de escritores mexicanos han prolongado aquella influencia sin ofrecer casi nada nuevo, excepto la recontextualización de los moldes heredados. El grado de desgaste creativo salta de inmediato en la lectura, a pesar de que algunos autores tratan de resonar, a veces en forma involuntaria, otras corrientes de la cultura popular mexicana ya digeridas como las películas de luchadores enmascarados o de criminales fronterizos, los comics de analfabetismo funcional, los pasquines de sexo, sangre, sudor y lágrimas. O bien, reiteran las novelas o cintas de carretera de origen estadounidense, etcétera.

»En la respuesta de los nuevos escritores, en especial, los nacidos en los años setentas del siglo anterior que atienden temas criminales o de violencia, se aprecia tanta incredulidad ante la realidad, incluso tal efecto traumático de impacto inconsciente, que su respuesta ha sido la reiteración de una carcajada histérica, el humor fallido, la parodia burda, los gestos compulsivos y pintorescos (esto último, apreciado fuera de México). Resulta claro que la realidad los ha rebasado y su imposibilidad creativa se ve disminuida a pesar de sus empeños. Es muy triste, pero hay que concluir este apunte: la literatura se niega a ellos una y otra vez.

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"Narrativas del desgaste", en Frontera D.

miércoles, noviembre 16, 2016

SLP: en cuatro años, 169 feminicidios

Y más de 20 este año, según cifras de la CEDH.

«Según las estadísticas, en mi país han desaparecido más mujeres que en la Revolución de 1910, la última guerra, aunque ésta no sea una guerra, según los reportes oficiales. De esos cuerpos, un número creciente es de inmigrantes indocumentadas, de trabajadoras de las maquilas, de baristas y mujeres que ejercen la prostitución o no, de estudiantes y amas de casa violadas y torturadas a causa de su anatomía».
Rosa Beltrán, Efectos secundarios (2012)


martes, noviembre 15, 2016

El nombre de la ciudad - Robert Musil

"No se debe rendir tributo especial al simple nombre de la ciudad. Como toda metrópoli, estaba sometida a riesgos y contingencias, a progresos, avances y retrocesos, a inmensos letargos, a colisión de cosas y asuntos, a grandes movimientos rítmicos y al eterno desequilibrio y dislocación de todo ritmo, y semejaba una burbuja que bulle en un recipiente con edificios, leyes, decretos y tradiciones históricas..."

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El hombre sin atributos

lunes, noviembre 14, 2016

Crimentales en Pulso: Ay, 2016

De victorias que no son tan sorpresivas, de culturas, subculturas y multiculturalismo, pásele por favor a echarle un ojo, o dos, a mi columna de ayer en Pulso: "Ay, 2016".

sábado, noviembre 12, 2016

Naranjo (1937-2016)


Naranjo. Árbol de hojas (de papel) perennes, de raíces rizomáticas y amplia fronda, que da sombra y asombra. Árbol de innumerables trazos por tierra y por aire, que retrata las gandalleces y transas de la clase política, que no da tregua. De sus frutos se extrae mucho jugo para una lectura crítica de la historia político-cultural de México. Como las pencas del maguey de La ley del monte, los hojas de los árboles surgidos de Naranjo seguirán marcadas con la caricatura de esos seres de por sí caricaturescos.







viernes, noviembre 11, 2016

Leonard Cohen (1934-2016)

«Por ejemplo la palabra mariposa. Para usar esta palabra no hace falta aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar un día soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado de las mariposas. La palabra mariposa no es una mariposa de verdad. Está la palabra y está la mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reírse de ti si confundes estos dos conceptos. No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué quieres transmitir, que amas a las mariposas con más perfección que nadie o que entiendes realmente su naturaleza? La palabra mariposa no es más que un dato. No te da pie a revolotear, elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza y la fragilidad o interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes las palabras. No representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del suelo cuando hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando hables de la muerte. No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si quieres impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o debajo del vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te ha llevado a hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti mismo ni lo que dices...»

jueves, noviembre 10, 2016

¿Qué se ama cuando se ama? - Gonzalo Rojas

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

miércoles, noviembre 09, 2016

martes, noviembre 08, 2016

Revuelta - Jean Cocteau

¡Atrás pedante infecto! ¡Ah! ¿Cuándo
Callará tu voz? ¡Huye de mí! ¡Vete, ahí está la puerta!
Déjame alimentarme de ideal. ¡Poco me importan
El sistema nervioso, la cabeza, etcétera!
Sí, quiero ignorar todas las vulgaridades
De la tierra, ¡todo el mal que alberga en sus flancos!
¡Quiero, la vista al cielo, cambiar en una especie
De éxtasis la sombría vulgaridad que me aterra!
¡Haz caer el esplendor bajo un shock de materia,
Y da al pensamiento exquisito, fuerte o ufano,
El interesante aspecto de una cabeza bovina!
Sueño, ¡y me da igual que mi modo
De soñar esté en la sexta o en la primera
Circunvalación frontal del cerebro!

domingo, noviembre 06, 2016

Crimentales en Pulso: Prietitos en el arroz

Y hoy en Pulso discurrimos sobre los "Prietitos en el arroz" que se supone algunos nos esforzamos en encontrar (versión oficial). Quizá es que hemos estado limpiando frijoles...

jueves, noviembre 03, 2016

La muerte - Salvador Pániker

«A pesar de mi avanzada edad, que haría suponer que me paso el día pensando en la muerte, la verdad es que apenas pienso en ella. Un jesuita, Anthony de Mello, decía que un síntoma de que una persona está realizada es que le trae sin cuidado lo que vaya a ser de él después de muerto. La muerte es más una preocupación de jóvenes que de viejos. El joven puede temerla, el viejo ya ha dicho todo lo que tenía que decir. Lo que me interesa es deshacerme del ego. Hay que dedicar la primera parte de la vida a crearte un ego fuerte o te come el vecino, pero la segunda parte es para deshacerse del ego, porque si no la muerte es un asunto insoluble. Al deshacerme del ego, me reaparece lo trascendente y con ello la muerte se esfuma.

»La vejez es una devastación. Claro, la asumo. Yo, en la vida, he tenido mucha suerte. He podido hacer casi todo lo que me he propuesto. Quise ser escritor y lo he sido. Quise ganar algo de dinero y lo conseguí. Mi vida sentimental ha sido muy afortunada. Mi mayor problema ha sido una salud frágil, pero, tocando madera, no temo a la muerte, sino a la decrepitud...»

Entrevista en El País

martes, noviembre 01, 2016

Nudo borromeo: lectura en SLP de Rodolfo Hinostroza (1941-2016)



Un hombre vaga durante numerosos años fuera de
su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo.
Aristóteles

Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse
Hay un río que duerme otro que murmura
Aquí Clayton hablaba de Loutine
Los dorados temblores de Diana en el patio interior
El cuerpo multiplicado en millares de copias
Y un presagio de tormenta en la escalera
Menos grave que en los años siguientes
Y ahora todo resbala hacia Lo Real
Había sido algo menos que una presencia
Definida con tenacidad
Al alba con las últimas luces de la fiesta
La materia de los dioses extraviada en un recuento precipitado
De tantos viajes tantos libros tantas mujeres
La sombra helada de un libro que te acecha
Mientras haces el amor en el bisel del espejo
Las claves sumergidas en un catálogo de signos
Te requiere por una vibración de encajes y deseos
Como el vaho sobre el cristal del automóvil
Londres un taxi palpitante a la puerta
Una confidencia cubierta por el timbre del teléfono
Forma insuficientemente percibida
A través de las celosías de la casa
Lo gris duerme su rapacidad vela
Modo infinito en infinita parodia
Y ahora tratas de recordar un acto significativo
Que te hubiera matado
Para que hacia él converjan las líneas del poema
O el pavor de un sueño
Donde olvidas tus huellas en las cosas
Como si al crepúsculo tornaras la cabeza
Viendo unas rayas difusas en la perspectiva
Así cuando declina el viento de la noche
Hay tal vez una playa con casetas de vidrio
Y estudias el mecanismo de las olas
Sobre la barrera que planta tu memoria
Un dólar de plata por saberlo
El sentido de la experiencia debe encontrarse allí
Y yo debo entonces perseverar en el poema
El Otro que yo he sido el Otro que estoy siendo
Me debe ser designado en el poema
En una de sus líneas (tal vez en ésta misma)
El insolente sol trepa al solsticio
Y se me hace saber que mi sombra se gasta
Y una imagen recurre (la de Marianne)
Como si el erotismo fuera capaz de definirme
Como si buscase definición
Deslizándome hacia el centro del poema
Donde hay silencio y quietas placas de hielo
Calles que no llevan nombre
Miedo de tocarlo y no tocarlo y atravesarlo sin tocarlo
Como una sombra de palabras
Y hay líneas que se encurvan sobre el horizonte
Otras sobre el crepúsculo
Y acodado en las estepas mayores
Buscas la conjunción de los sentidos
En una sola epifanía
La memoria como un espejo parabólico
Descoyuntado por infinitos puntos de fuga
Que recompone ahora una imagen de mujer
De actos presenciados en Mallorca
O en un pueblo belga que se llama Malone
Cuyo sentido (si alguno existe) resistiría a la enumeración
De imágenes dispersas
De una noche en busca de rue Giordano Bruno
Al fondo del distrito XIV y bajo la nieve
O la de un lépero cagando sobre un puente en Comayagüela
O de una noche caliente y desolada en Managua
Un Luna-Park en trozos
O caminando contra el viento a la entrada de Cerbère
Buscando un maldito camión
Y todavía
Atravesando un campo de lavanda en el Luberón
Con un vuelo de cuervos en /> Un último sobresalto de Occidente
Antes del encadenamiento de las guerras
Las heladas estrellas se agrupan del lado de La Osa
Ella ha desaparecido
(Quién es Ella dónde está Ella)
No confundas tu soledad y la suya
Cuando tires las tres monedas por seis veces
SUNG
Esta línea muestra al sujeto vacilante frente a la disputa
Vuélvela estudio de los dictados celestes
Abate sus deseos agresivos
Reposa en la firmeza y corrección
Habrá buena fortuna
Abate tus deseos abátelos te digo
Así podrás acceder a la contemplación
Y el mundo rodará sin ti
Por una vez
Y verás gotear las estaciones
En un cielo Ile-de-France
Tendido en un camastro fascinado
Por una constelación de manchas de humedad
Las nubes dibujan carneros castillos
Una majada de fantasmas desciende el Huascarán
Trisca en torno de un ojo de agua
Pisoteando el diván del analista
Repita eso
(Eso?)
La memoria se posa sobre un campo de trigo
Y los caballos trotan en torno de la era
Encerrados en un domo dorado
Tu padre bebe chicha de jora
Y tú aloja fresca
Y más tarde la luna rondará la Casa-Hacienda
Polvo de leche luz
Tus sábanas se prolongan en nevados
Repita eso
El poema graffiti sobre un largo monólogo
El tema del baúl el tema del poeta atormentado
Por la Sombra del Padre
Un calembour dudoso colgado de la manga
(Nunca tocará fondo porque es forma)
La hora de las visiones ha pasado
Quién sabe lo que sabe quien no sabe
Hay una teoría de círculos concéntricos
Puesta para evitar un encuentro frontal
Que ya tuvo lugar
Que apareció como un azahar en el verano
Calmando mis sentidos crispados en la espera
En el sous-bois las armas
Esparciendo un sonido metálico en el aire transparente
Lustros
Y a la mañana siguiente un trapecio de niebla
Sube al Medio del Cielo
El halcón malherido voltijea sobre el techo del mundo
Suspendido del verbo
Que se balancea como un fruto
Demorando en caer
Y te consumes fuera de la palabra
Que tal vez se alimenta a sí misma
En inflorescencia perpetua
Y así entorpeces la demostración
Empantanado en una noche sin fin
O detenido en un mediodía perfecto
Un bocado de viento en las colinas
Una ventana abierta en la plaza del pueblo
Que designa un imposible deseo
Y el tiempo el viento amargo
Huye entre tu camisa
Como un recuerdo agudo y olvidado
Así un día en el embarcadero de Santiago Atitlán
O cierta ven en Uxmal
Indescifrable tu memoria en ruinas
Fuera de tema borracho como un Lord
Contiguo a una galaxia burlona y superior
Más ebria que la noche bamboleante
Ceñida a tu cintura hincándote las uñas
Mientras circulan retazos de ciudades
Ramalazos de luces en el puerto
El esplendor vacante de tu cuerpo
Animal expulsado de la música
Más acá del Edén donde no hay luz ni noche
Sino incredulidad de cada gesto
Como quien sobrevive sin saberlo
Y hay un valle que cierra el horizonte
Un río que la brisa acerca
Y una mujer desnuda en la terraza
Tomando sol
Nada es real salvo Lo Real
Desdeñoso irascible parpadeante y sumiso
Eternamente anclado
Plantado frente al río que murmura
Que tu vida se despliega y se agota
En la incesante perfección de su diferencia
A causa de Entropía
Obedecida y pronto contradicha
Por una dimensión confusa y vegetal
Y el azar te convoca para jugar un rol figurante
En el chalet de abajo
Y en un delirio de provisiones y de ropa limpia
Olorosa a lavanda
Viajas en tus palabras
Y tus palabras viajan.

Aprender a vivir (con fantasmas) - Jacques Derrida

«El aprender a vivir, si es que queda por hacer, es algo que no puede suceder sino entre vida y muerte. Ni en la vida ni en la muerte solas. Lo que sucede entre dos, entre todos los "dos" que se quiera, como entre vida y muerte, siempre precisa, para mantenerse, de la intervención de algún fantasma. Entonces, habría que saber de espíritus. Incluso y sobre todo si eso, lo espectral, no es. Incluso y sobre todo si eso, que no es ni sustancia ni esencia ni existencia, no está nunca presente como tal. El tiempo del "aprender a vivir", un tiempo sin presente rector, vendría a ser esto, y el exordio nos arrastra a ello: aprender a vivir con los fantasmas, en la entrevista, la compañía o el aprendizaje, en el comercio sin comercio con y de los fantasmas. A vivir de otra manera. Y mejor. No mejor: más justamente. Pero con ellos. No hay ser-con el otro, no hay socius sin este con-ahí que hace al ser-con en general más enigmático que nunca. Y ese ser-con los espectros sería también, no solamente pero sí también, una política de la memoria, de la herencia y de las generaciones.

»Si me dispongo a hablar extensamente de fantasmas, de herencia y de generaciones, de generaciones de fantasmas, es decir, de ciertos otros que no están presentes, ni presentemente vivos, ni entre nosotros ni en nosotros ni fuera de nosotros, es en nombre de la justicia. De la justicia ahí donde la justicia aún no está, aún no ahí, ahí donde ya no está, entendamos ahí donde ya no está presente y ahí donde nunca será, como tampoco lo será la ley, reductible al derecho. Hay que hablar del fantasma, incluso al fantasma y con él, desde el momento en que ninguna ética, ninguna política, revolucionaria o no, parece posible, ni pensable, ni justa, si no reconoce como su principio el respeto por esos otros que no son ya o por esos otros que no están todavía ahí, presentemente vivos, tanto si han muerto ya, como si todavía no han nacido. Ninguna justicia —no digamos ya ninguna ley, y esta vez tampoco hablamos aquí del derecho— parece posible o pensable sin un principio de responsabilidad, más allá de todo presente vivo, en aquello que desquicia el presente vivo, ante los fantasmas de los que aún no han nacido o de los que han muerto ya, víctimas o no de guerras, de violencias políticas o de otras violencias, de exterminaciones nacionalistas, racistas, colonialistas, sexistas o de otro tipo; de las opresiones del imperialismo capitalista o de cualquier forma de totalitarismo. Sin esta no contemporaneidad a sí del presente vivo, sin aquello que secretamente lo desajusta, sin esa responsabilidad ni ese respeto por la justicia para aquellos que no están ahí, aquellos que no están ya o no están todavía presentes y vivos, ¿qué sentido tendría plantear la pregunta "¿dónde?", "¿dónde mañana?"»

(Espectros de Marx)