jueves, junio 30, 2016

La reforma educativa - Tomás Calvillo Unna

«La Reforma Educativa cuando llegue tendrá que tomar en cuenta la diversidad del país, sus opciones varias, desde las locales a las globales, los desafíos y potenciales de las tecnologías de información y comunicación que estremecen ya las formas tradicionales del aprendizaje; y el entendimiento de qué significa realmente una comunidad democrática que sabe darse sus tiempos para analizar reflexionar y discutir lo que requiere sin subordinarse a los calendarios políticos, al menos en los temas fundamentales como es el de la educación .

La disputa por el poder cada vez más frecuente y continúa erosiona el mismo pensamiento, las posibilidades de pensar y compartir. Sin ello la educación será nada más un ejercicio mecánico de dominación, una enajenación colectiva alejada de su propia razón de ser; una penosa reinvención amorfa que se disuelve en el febril mercado de la nada.

Podemos re-leer aquella línea de Iván Ilich: “La escuela está repentinamente perdiendo su legitimidad política, económica y pedagógica”.»

miércoles, junio 29, 2016

En Querétaro, taller de narrativa con Eduardo Garay Vega


Sobre las lluvias radioactivas - Nazim Hikmet

Cerrad bien las ventanas

no dejéis a los niños en la calle

las lluvias llevan la muerte a las semillas

llueve podredumbre.

Hay que limpiar las lluvias

la lluvia debe resplandecer de nuevo como la plata

llevar nada más que el sol a las semillas

los niños deben poder correr de nuevo bajo la lluvia

y podremos abrir de nuevo las ventanas a la lluvia.


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Más poemas y poetas de Turquía en la conferencia de Clara Janés

sábado, junio 25, 2016

Tu nombre

Ya lo decía Don Quijote:

—Ha de ser así en todo caso, que si allí no va el nombre patente y de manifiesto, no hay mujer que crea que para ella se hicieron los metros.

Pero así voy, con tu nombre implícito en todo el alfabeto, en todas las babélicas combinaciones de esta biblioteca que te soy.

viernes, junio 24, 2016

Noche de san Juan - Juan Luis Panero

Anticuado, interrogo las estrellas,
su desnudo, inapelable misterio,
mientras miro las llamas en la playa,
en esta noche cuando empieza el verano.
Lector de Drieu o Pavese, sé también
lo sencillo que puede ser acabar con la historia,
no preguntar ya nada, olvidar para siempre
esta apariencia de tarjeta postal.
Frente a mí, imperturbables, desveladas,
pasan, en silencio, vida y muerte,
evitando, con un rictus cansado,
este fantasma insomne, este papel en blanco,
esta hoguera apagada que perdura.

martes, junio 21, 2016

Fin de temporada

Este martes (hoy) es la última sesión del primer taller de Iniciación a la Escritura que tuve el honor de coordinar en el Centro de las Artes (Ceart) de San Luis Potosí. Agradezco a Aldo y a Samuel la oportunidad, así como a quienes asistieron con sus textos, interesantes y con muchas posibilidades, para compartir lecturas, tallerear, platicar y debatir muy a gusto. A partir de mañana nada concreto, ni en lo personal ni en lo profesional, pero hay muchos proyectos, y ya estaremos comunicándolos por aquí. Lo seguro: leer y escribir, y en septiembre un nuevo taller en el Ceart. He dejado algunas publicaciones programadas  en blog, y hay textos que se publicarán en otros medios. Por lo pronto comparto algo de ciertas lecturas recientes.

"No busques trabajo: escribe".
José Saramago

"17 de los 20 poetas que forman “la nueva poesía mexicana” son o viven en exclusivamente dos ciudades del país: Guadalajara y la Ciudad de México, como los antologadores. Más de la mitad de los seleccionados, doce, tuvieron como tutores a López Mills y/o Esquinca en el programa Jóvenes Creadores de poesía del FONCA (más de una cuarta parte fueron, de hecho, becarios en la promoción 2008 cuando ambos fueron sus tutores)".
María Rivera

"Colegas escritorxs: no necesitan publicar en revistas del gobierno o mafias. Hagan un blog y los lectores llegarán".
Heriberto Yépez

Dice Hermann Hesse:
"Todos los padres y educadores han hecho la experiencia de creer que le daban a un niño o a un adolescente un excelente libro y escogido en el momento adecuado y luego veían que había sido un error. Cada cual, joven o viejo, tiene que encontrar su propio camino hacia el mundo de los libros, aunque el consejo y la amable tutela de los amigos puede ayudar mucho. Algunos se sienten pronto a gusto entre los escritores y otros necesitan largos años hasta comprender lo dulce y maravilloso que es leer. Se puede comenzar con Homero y acabar con Dostoievski o al revés, se puede ir creciendo con los poetas y pasar al final con los filósofos o al revés; hay cien caminos. Pero sólo existe una ley y un camino para cultivarse y crecer intelectualmente con los libros, y es el respeto a lo que se está leyendo, la paciencia de querer comprender, la humildad de tolerar, escuchar".
A veces no sé distinguir entre realidad y ficción, no sé si lamentarlo, pero lo reconozco. Como Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956), quien en entrevista para Jot Down reconoce que estuvo a punto de ser esquizofrénico por su afición a la literatura:
"Sí, así era. Eso le pasaba a muchos adolescentes entonces y espero que siga sucediendo hoy en día. No tiene que ver solo con la literatura, puede suceder con cualquier pasión muy intensa. A mí me gusta la gente que enloquece por una pasión, ya sea por los juegos de ordenador, por una relación amorosa o por la literatura".
Desaparezco un rato. Hasta pronto.


domingo, junio 19, 2016

Día del Padre

Y mientras bajaban del monte así dijo Abraham a Isaac:
—Bueno, hijo mío, pasemos a otra cosa. ¿Qué me vas a regalar el día del padre?


Memoria poética - Milan Kundera

"Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse memoria poética y que registrará aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida. Desde que conoció a Teresa, ninguna mujer tenía derecho a imprimir en esa parte del cerebro ni la más fugaz de las huellas. Teresa ocupaba despóticamente su memoria poética y había barrido de ella las huellas de las demás mujeres. [...] El amor empieza por una metáfora. Dicho de otro modo: el amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética".

La insoportable levedad del ser

viernes, junio 17, 2016

El candil - Ramón López Velarde

Candil del templo de San Francisco, SLP, inspiración velardiana
En la cúspide radiante
que el metal de mi persona
dilucida y perfecciona,
y en que una mano celeste
y otra de tierra me fincan
sobre la sien la corona;
en la orgía matinal
en que me ahogo en azul
y soy como un esmeril
y central y esencial como el rosal;
en la gloria en que melifluo
soy activamente casto
porque lo vivo y lo inánime
se me ofrece gozoso como pasto;
en esta mística gula
en que mi nombre de pila
es una candente cábala
que todo lo engrandece y lo aniquila;
he descubierto mi símbolo
en el candil en forma de bajel
que cuelga de las cúpulas criollas
su cristal savio y su plegaria fiel.

¡Oh candil, oh bajel, frente al altar
cumplimos, en dúo recóndito,
un solo mandamiento: venerar!

Embarcación que iluminas
a las piscinas divinas:
en tu irisada presencia
mi humanidad se esponja y se anaranja,
porque en la muda eminencia
están anclados contigo
el vuelo de mis gaviotas
y el humo sollozante de mis flotas.

¡Oh candil, oh bajel: Dios ve tu pulso
y sabe que anonadas
en las cúpulas sagradas
no por decrépito ni por insulso!
Tu alta oración animas
con el genio de los climas.

Tú no conoces el espanto
de las islas de leprosos,
el domicilio polar
de los donjuanescos osos,
la magnética bahía
de los deliquios venéreos,
las garzas ecuatoriales
cual escrúpulos aéreos,
y por ello ante el Señor
paralizas tu experiencia
como el olor que da tu mejor flor.

Paralelo a tu quimera,
cristalizo sin sofismas
las brasas de mi ígnea primavera,
enarbolo mi jubilo y mi mal
y suspendo mis llagas como prismas.

Candil, que vas como yo
enfermo de lo absoluto,
y enfilas la experta proa
a un dorado archipiélago sin luto;
candil, hermético esquife:
mis sueños recalcitrantes
enmudecen cual un cero
en tu cristal marinero,
inmóviles excelsos y adornantes.

miércoles, junio 15, 2016

Diez consejos para autopublicarse y no morir en el intento - Fernando Gamboa

1. Escribe. Publica. Repite. 
Parece de perogrullo, pero casi todos los autores solemos olvidarnos en algún momento de que nuestro trabajo es escribir, y nos perdemos en campañas de marketing, grupos de Facebook o publicidad más o menos disimulada en Twitter. Buscando la promoción que nadie nos hace y darnos a conocer como sea, corremos el riesgo de dejar de escribir, que en realidad es lo que mejor funciona para ganar lectores. Cuantos más libros publiques, más lectores tendrás y más libros podrás vender en el futuro. Esa es la fórmula y lo demás son pan para hoy y hambre para mañana. Mola mucho tener 100.000 seguidores en twitter, pero eso no quiere decir que tengas 100.000 lectores —yo apenas tengo mil seguidores, sin ir más lejos—. No te obceques con eso. ¿Quieres ser escritor o un puñetero Community Manager?

En caso de conflicto, al cuerno con la promoción y las redes sociales, preocúpate solo por escribir una buena historia.

2. No desesperes.

Muchos autores noveles, o que tras años de recibir cartas de rechazo editorial, descubren el paraíso de la autopublicación, se lanzan a la piscina de Amazon con su mejores bañador y su libro bajo el brazo, haciendo un triple tirabuzón en el aire mientras exclaman en las redes sociales: «¡Eh, miradme! ¡He escrito un libro!», convencidos de que al sacar la cabeza del agua habrá una multitud rugiendo de entusiasmo ante tal hazaña, haciendo cola para que les firme ejemplares. Y claro, cuando descubren que la realidad no es precisamente así, se vienen abajo, queman el libro, y deciden mandarlo todo al garete para ir a pescar cangrejos en la costa de Alaska.

Error.

Hacerse un hueco entre los millones de libros disponibles online –sí, millones—, no es tarea fácil y por lo general cuesta años de escribir, publicar y sumar lectores uno a uno. Sé paciente y sigue escribiendo. Si tus novelas son buenas, tarde o temprano destacarás.

Este trabajo no es para sprinters, es para maratonianos.

3. Reescribe. Recorta. Corrige.

Pues sí, has escrito un libro cojonudo que te ha llevado dos años terminar, y todos tus amigos te dicen que lo vas a petar y que tiemble Stephen King. Imprimes el manuscrito, lo encuadernas y te lo quedas mirando como si fuera un recién nacido, con un orgullo de padre que te estira la sonrisa de oreja a oreja ¿Lo has hecho ya? Muy bien.

Ahora no te cabrees conmigo, pero tengo que decirte que eso es solo la mitad del trabajo.

Puede ser una historia genial y un futuro best seller, pero de momento y mientras sea un primer manuscrito, las probabilidades de que esté listo para publicar son bajísimas.

Guarda el manuscrito en un cajón durante unas semanas y luego vuelve a leerlo con ojos críticos, como si fueras tu peor enemigo. Corta todo lo que no sea necesario, corrige lo que creas mejorable y explica lo que no quede claro. Luego vuelve a guardarlo en el mismo cajón —u otro diferente, no vamos a discutir por eso—, y al cabo de unos meses lo vuelves a releer y repetir la operación. Todo esto, las veces que haga falta. Y luego se lo haces llegar a los amigos más cabrones que tengas para que lo lean y te den su opinión honesta, y encuentren fallos y te señalen cosas que mejorar. Y cuando te devuelvan la copia del manuscrito que les has dado llena de tachones y comentarios en boli rojo, te vuelves a releer el libro y aplicas las correcciones que te parezcan acertadas —ojo, no todas, la decisión final es solo tuya.

Entonces y solo entonces, habrás completado… tres cuartas partes del camino.

Aún te queda un poco más, chaval —o chavala.

4. Contrata a profesionales de la edición.

En este punto, quizá habrás alzado las cejas y pensado «¿Después de todo lo anterior, aún tengo que pagar a alguien para hacer lo mismo?» o «Este tío es gilipollas», o las dos cosas a la vez probablemente. Pero, A: Los profesionales de la edición son imprescindibles en nuestro trabajo y marcan la diferencia entre publicar un buen libro o un pestiño, y B: No lo consideres un gasto, es una muy buena inversión.

El olvidarse de los buenos profesionales de la edición, creyendo que no son necesarios, es uno de los puntos donde los autores autoeditados suelen palmarla con mayor frecuencia. No seas tacaño. Si crees que tu libro es bueno, ellos lo harán todavía mejor.

Puedes escribir un libro cojonudo y reescribirlo hasta el hartazgo, pero si no contratas a un corrector —o correctora, que suele ser lo habitual—, un editor profesional —de los que editan y aconsejan— y un buen diseñador para que te hagan la portada, tu trabajo difícilmente logrará la calidad que un lector espera de cualquier libro que compre.

Al lector le trae al pairo que seas Indie, que vivas bajo un puente o hayas escrito una novela con los pies. El lector —él, yo, tú—, lo que quiere es leer un buen libro, sin faltas y sin errores de ningún tipo, sin excusas, aunque haya pagado 99 céntimos por él. Si no lo haces así, quizá te ganes una reseña negativa y pierdas un lector para toda la vida, y no está el patio como para perder lectores ni reseñas.

Lo de la portada es harina de otro costal, pero casi tan importante como lo anterior. Ningún lector te va a escribir para quejarse de que la portada de tu novela es más fea que un pie cagao, pero una mala portada te hará perder muchísimos lectores, que no se sentirán lo bastante atraídos por tu obra como para aflojar la mosca. Ya sabes, hay millones de libros ahí fuera, y la chica fea se queda sin bailar aunque sea la más lista de la clase.

5. Sé amable y no toques mucho los huevos.

Este apartado se dividiría en dos subapartados de la parte contratante de la segunda parte.

Por un lado, no olvides nunca que los lectores son lo más importante en tu carrera profesional, y que son personas probablemente más listas que tú, así que sé amable, pero también honesto y paciente con ellos. No eres Cristiano Ronaldo, así que la chulería y la prepotencia guárdatela, pero tampoco les hagas la pelota, que resulta cansino. Con suerte y si te portas bien, muchos esos lectores se convertirán en amigos de por vida —aunque sea a través de las redes sociales— y la base de tu futuro como juntaletras. Cuídales. Trabajas para ellos.

La otro, lo de tocar los huevos, en inglés se llama Spam. No te pongas a spamear a todos tus contactos, seguidores y desconocidos que te salgan al paso. No publiques anuncios en muros ajenos sin pedir permiso. No des la brasa, vamos.

A nadie le gusta un tipo que entra en un bar y se pone a gritar a la cara de los clientes que tiene una cosa que vender que va a encantarles. Te odiarán. Yo te odiaré. Te odiarás a ti mismo al cabo de un tiempo. No toques mucho los huevos, por favor.

6. Lee. Lee mucho.

Pues eso. Lee sin parar. Un escritor que no lee es como un futbolista que no entrena. Un día puede meter un golazo por la escuadra, pero es cuestión de tiempo que termine chupando banquillo.

En mi caso, suelo leer sobre lo que estoy escribiendo en ese momento, como documentación o para aprender de otros que hacen lo mismo que yo, pero mucho mejor. Pero el caso es leer. Lo que sea y cuando sea. Cuanto más leas mejor escritor serás, y quizá descubras por el camino que lo que realmente te gusta no es la ficción histórica, sino el porno blando o los libros de autoayuda. Nunca se sabe.

7. Profesionalízate.

Si quieres hacer de tu vocación por escribir una profesión, este es el mejor momento para hacerlo, pero has de empezar a pensar y actuar desde este momento como un profesional.

No vale el «es que es mi primer libro» o «yo no sabía que esto era sí». Haber preguntado.

Si quieres ser un escritor profesional, tienes todas las herramientas al alcance de tu mano y las mayoría de ellas gratuitas, pero has de planificar, marcarte objetivos, horarios, fechas de publicación… organizarte, vaya. La competencia es dura y cada día se publican chorrocientos libros nuevos —muchos de ellos mejores que el tuyo o el mío—, con sus respectivos autores detrás, haciendo lo imposible para que la gente les descubra y compre su obra. Con esa brutal competencia, o das lo mejor de ti, o ya puedes dedicarte a otra cosa.

8. Pasa de todo.

Como hemos hecho todos al publicar nuestro primer libro en Amazon, tras ponerlo a la venta y anunciarlo a bombo y platillo como si fuera la segunda venida de Cristo, nos sentamos delante del ordenador para ver cuántos ejemplares vendemos y qué reseñas nos dejan los primeros lectores que terminan de leerlo.

Probablemente, gracias a los familiares y amigos que compren el libro de inmediato, los primeros días veas un ascenso meteórico en las ventas que te disparen hasta el Top100, seguido de una caída igual de pronunciada que semanas más tarde deje tu novela en las catacumbas del ranking. Y tres cuartos de lo mismo con las reseñas; que serán estupendas cuando tu pareja, tu madre y el amigo invisible escriban unas opiniones que te dejen a la altura de Cervantes hasta arriba de Prozac. Pero luego, aparecerán las no tan buenas, algunas con muy mala leche y, finalmente, ninguna reseña de ninguna clase.

Cuando ambas cosas suceden y estamos bajos de defensas e inseguros de nuestro talento —algo intrínseco a la mayoría de los autores, aunque lleven cincuenta libros publicados—, corremos el riesgo de venirnos abajo y correr hasta la agencia de viajes más cercana para comprar ese billete de avión a Alaska. Es una putada, pero muy probablemente esto te vaya a pasar tarde o temprano, sobre todo cuando no te conoce ni el tato.

La buena noticia, es que hay una solución para ello: Sigue escribiendo y pasa de todo. Pasa del ranking, de las ventas y de las reseñas. Consultarlas cada cinco minutos no va a mejorar tus estadísticas, y te estarás quitando tiempo y ánimos para escribir, que es lo único que importa realmente.

Personalmente, hace cosa de dos años que no miro el ranking, ni las ventas, ni apenas las reseñas de mis novelas, y palabra que soy mucho más feliz. Haz la prueba.

9. Sin estigmas.

La autopublicación en 2016 no tiene nada que ver con lo que era hace diez años. Actualmente, los autores autopublicados son los que más venden y más dinero ganan en las librerías online como Google Books, Appel Store y sobre todo Amazon, donde hoy en día se venden la mayoría de los libros en el mundo. Cada vez hay más autores que rechazan jugosas ofertas de editoriales para seguir siendo indies. Ser autopublicado en estos tiempos no solo ha dejado de ser un estigma, si no que suele ser la decisión más sensata.

Hoy, ser autor independiente significa que no dependes de una editorial; que recibirás tus beneficios cabal y puntualmente a fin de mes, que los royalties serán del 70% en lugar del 10% o el 20% y, sobre todo, que los derechos de tus obras seguirán siendo tuyos mientras todo esto sucede. Ahí es nada.

Aunque, si a pesar de lo dicho, para ti es más importante que tu nombre aparezca bajo el sello de una editorial, ver tu libro en la mesa de novedades del Carrefour junto al último de Belén Esteban, o ser entrevistado en sesudas revistas literarias poniendo cara de intelectual, entonces olvida todo lo anterior. Pero luego no te quejes si no ves ni un duro.

Esta última opción, la de firmar con una editorial, a día de hoy solo tiene sentido si puedes quedarte con los derechos digitales de tu obra. No incluyas jamás en un acuerdo editorial, bajo ningún concepto, los derechos digitales de tu novela. Ellos los usarán para liarse un bocata y poco más, pero si te los quedas, será lo que te de de comer durante el tiempo que dure el contrato y quizá, el único dinero que termines viendo.

Repito: NUNCA ENTREGUES LOS DERECHOS DIGITALES A UNA EDITORIAL.

Si no te queda claro, puedo hacerte un dibujo.

10. Disfruta

Disfruta de la vida y de escribir en particular. Un autor —o autora, por supuesto— infeliz, suele escribir libros infelices. Que igual tiene su público, pero no sé yo si compensa. Cuanto mejor sea tu vida, mejores serán tus obras; y tus lectores, amigos, vecinos y familiares te lo agradecerán.

Escribir es secundario, que no se te olvide. Primero vive intensamente, como si te quedaran seis meses de vida. Ama, ríe, jode y persigue tus sueños por absurdos que sean. No lo dejes para mañana, que igual para entonces ya no estás por el barrio. Luego, escribe. Con las tripas, el corazón y los genitales, deja la cabeza para las correcciones. Escribe con el alma porque es ahí donde reside el arte, no en los manuales sobre cómo escribir un Best Seller. Déjate llevar y escribe hasta que te duelan los dedos y confundas la realidad con tu ficción, hasta que te despiertes a media noche creyendo que estás en la cubierta del Pequod o donde narices te lleve la historia que tienes en la cabeza. No dejes que nadie te diga que no puedes y no dejes de intentarlo una y otra vez, hasta que te mueras. No tires la toalla ni dejes pasar el tren, porque a veces pasa solo una vez y a toda leche.

Así que levanta tu culo de la silla, sal corriendo por la puerta y súbete a ese puto helicóptero pilotado por un borracho que te dejará caer en un mar infestado de tiburones, si es que es esa la jodida emoción que quieres hacer vivir a tus lectores.

Disfruta de tu vida, en fin, porque no tendrás otra.

Y luego vuelve para contarla.

***

Hasta aquí mi breve decálogo sobre la autoedición y sus dolores de cabeza. Esta lista de consejos (sugerencias, tonterías, meadas fuera de tiesto) está basada en experiencias propias y ajenas, así como una serie de opiniones tendenciosas que no tienen por qué ser compartidas ni total ni parcialmente. No es mi intención polemizar ni crear frentes entre autores autopublicados y editoriales. Hay sitio para todos en las estanterías, y cada cual es muy libre de equivocarse a su manera.

Por último, quiero señalar que seguro que me dejo mil cosas en el tintero en lo que autopublicación independiente se refiere, pero si le interesa de verdad el tema hay libros estupendos —sobre todo de autores norteamericanos—, que tratan el asunto con mayor profundidad —y atino— que un servidor.

Un fuerte abrazo y que las musas le acompañen.

Fernando Gamboa

martes, junio 14, 2016

Los nahuales - Manuel José Othón



Véase también:

* En el desierto. Idilio Salvaje, una versión declamada por Alejandro Aura y otra versión crimentalista.
* Un poema de Jesús Silva-Hérzog a Manuel José Othón.
* Manuel José Othón (y otros poetas) según clasificación de Roberto Bolaño.
* "Manuel José Othón: huida y retorno de la literatura potosina".
* Centenario luctuoso de Manuel José Othón, por Hugo Gutiérrez Vega.
* Cápsula sobre Manuel José Othón (Secretaría de Cultura).

lunes, junio 13, 2016

Tengo miedo - Pablo Neruda

Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.

Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño
que reflojo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)

Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!

Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.

Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.

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Poemas del alma

Disciplina y educación

«La autoridad del profesor es otro de los enemigos a combatir por los partidarios de estas. «¿Cómo le vas a dar autonomía a 30 niños que lo que quieren es jugar? Si quiero enseñarles trigonometría a mis alumnos, me tendré que tener autoridad, ¿no?». Fascista, reaccionario o franquista son algunos de los apelativos que Moreno Castillo dice soler recibir al defender esta tesis.

«Yo no creo que eso sea fascismo. Es como si dijéramos que las leyes de tráfico son fascistas. Tiene que haber una autoridad en la carretera, igual que tiene que haberla en las aulas. Y eso no quiere decir que se trate a los niños a latigazos. Simplemente, si la enseñanza es obligatoria tiene que haber una autoridad que haga efectiva esa obligatoriedad. Si no la hay, es que no es obligatoria».

De hecho, modelos educativos que son referentes en todo el mundo, como el finlandés o el coreano, se basan en buena medida en la disciplina: «Primero se les pide que estudien y que aprendan para que así luego pueda florecer su creatividad, su espíritu crítico… De hecho, Picasso llegó a pintar de esa forma tan peculiar, que él mismo decía que se parecía a la manera de dibujar de los niños, después de haber aprendido a pintar, y muy bien, como un adulto».

sábado, junio 11, 2016

Fracaso

«La noción de fracaso es un detonante para comprender el devenir de la poesía y la literatura en los dos siglos que nos preceden. Pero también es un aliciente para ayudarnos a situar a los artistas y a los escritores en la periferia de un movimiento que carece de centro. Los medios masivos han desplazado a las artes y la literatura del centro que ocuparon en otro tiempo. Los escritores y los artistas plásticos realizan su obra a pesar de los dictados de la moda o de la corriente social imperante. Fracasan, en un sentido paradójico, cuando cumplen con el mandato de su vocación y dicen lo que tienen que decir a pesar de esa falta de equidad, de esa ausencia de reconocimiento o poder. El escritor desconoce la victoria cuando se pronuncia, a pesar incluso de que sus pronunciamientos tengan que ver con momentos históricos delicados o limítrofes, como serían los casos de La tierra baldía de Eliot o Esperando a Godot de Beckett. Y esa forma de fallo, o de errancia, se ha convertido literalmente en una forma de derrota.

»La trayectoria que sigue un barco desde que zarpa hasta que llega a su destino se conoce como derrota. Esa etimología se encuentra en el origen del poema de Mallarmé Un golpe de dados, donde el poeta se aboca a concatenar imágenes, sonidos y palabras en torno a la posible relación entre el azar y el destino; es decir, entre lo accidental y lo fijo, lo circunstancial y lo eterno. El poema de Mallarmé quedó trunco; sin embargo, una legión de escritores y de artistas que vinieron después, o que escribieron o pintaron antes de la emergencia del poema y la figura de Mallarmé, intuyeron, como él, que la belleza y la vida del hombre oscilan entre esos dos polos inciertos.»

miércoles, junio 08, 2016

Muestra cultural por la paz


San Luis Potosí. Este jueves 9 de junio a las 9:30 hrs. se inaugura en el Centro de las Artes la muestra plástica de Antonio Mañón “Muestra Cultural por la paz”, con la presentación además de destacadas mujeres potosinas: Imelda Ramírez, Margarita Nuñez, Olimpia Badillo y Andrea Saldaña en San Luís Potosí.

Antonio Mañón (Toluca, 1965) revela su fascinación por el lenguaje de símbolos y de atmósferas donde emergen cuerpos humanos apenas cubiertos por lienzos en rojo, amarillo, negro y blanco. “Mi interés como pintor es representar aquello que nos hace humanos a todos… nuestras sensaciones, nuestros rencores, nuestros afectos… el objeto de mi estudio es el ser humano”.

Estudió Arquitectura y Urbanismo en la Universidad del Valle de Toluca. Posteriormente viajó por Europa, donde reencontró su vocación por las artes plásticas, especialmente la pintura, por lo que decidió continuar su formación profesional en ese campo. Estudió pintura, dibujo y grabado en Florencia, Italia. A su regreso a México ingresó al taller de Técnicas y Materiales de la Pintura del maestro Luis Nishizawa y obtuvo una beca del FOCAEM por el proyecto “Los dueños de venados”.

“Desde pequeño me gustaba mucho dibujar animales, cuando visitaba a mis abuelos veía mucho los libros de animales, pero nunca supe que podía hacer una carrera para ganarme la vida con mi afición por el dibujo. Entonces, decidí entrar a la carrera de arquitectura”, comenta quien se declara admirador de la sensualidad, dinámica y colorido de la escuela flamenca de Pieter Paul Rubens, de la irreverencia y crudeza del mexicano Arturo Rivera y fue invitado a compartir su arte por el grupo "Embajadoras por la paz".



lunes, junio 06, 2016

Café Cultural SLP: actividades de junio


Más información en su página de facebook.

Ilusiones y falsas memorias - Michael S. Gazzaniga

Leí la entrevista a Michael S. Gazzaniga y al compartirla ya estoy dudando de si "leí" es la palabra correcta. Y es que, según el investigador, el cerebro
«toma decisiones mezclando la información heredada y la aprendida. Y resulta que en el hemisferio izquierdo humano hay algo muy especial a lo que yo llamo el intérprete. Este módulo neuronal intenta interpretar el mundo y las propias acciones del sujeto, intenta contarnos la historia de por qué hacemos lo que hacemos, de manera que toda esa argumentación mental que nos parece fruto de nuestra lógica particular es obra del intérprete. Y este descubrimiento nos lleva a la conclusión de que la libertad de acción es irrelevante e inexistente. Pero eso no significa que usted no sea responsable de sus actos porque la responsabilidad es el acuerdo que tomamos todos nosotros, está en lo social. 
«Usted se va a la cama perfectamente feliz, pero se levanta hecha polvo y entonces se dice: "¡Ah!, es que no me apetece ir a trabajar" o "es que mi pareja no me ha dado los buenos días". En realidad lo que ha pasado es que ha cambiado su nivel de dopamina. Un ejemplo muy claro es un ataque de pánico o una fobia, hay una parte del cerebro que te da un impulso, llegas a un nivel de ansiedad brutal porque el intérprete te ha contado una película irreal que para ti es absolutamente real. El intérprete intenta responder al porqué y al cómo incluso a costa de inventar falsas memorias.
«No sólo más del 98 por ciento de nuestras decisiones son inconscientes, sino que, además, de las pocas decisiones conscientes estas se basan en construcciones que a su vez están basadas, en gran parte, en ilusiones y memorias falsas. Y hay más. Para cuando tú eres consciente de tu pensamiento, tu cerebro ya lo ha ejecutado. Ya ve, todos sus procesos mentales, incluyendo la sensación de tener una mente y un yo, son fruto de su cerebro.»
¿Qué tanto este "intérprete" está alterado o trabaja de otra manera (con otras redes neuronales) en los artistas? ¿Allí reside en cierta medida la inspiración, en la forma de "mezclar" los estímulos que llegan al cerebro?

Pd. Necesito dopamina.

sábado, junio 04, 2016

Defensa y ataque: Muhammad Ali (1942-2016)

Hoy para ser figura pública no se quiere de épica. Quienes alaban a ídolos prefabricados como el Canelo o Julio César Chávez Jr. quizá no han visto a Muhammad Ali en acción. "No es arrogancia si puedes sostenerlo", decía. Y lo sostenía, fuera y dentro del ring. Táctica y estrategia. Entrenamiento de obra y de palabra. Noqueaba y se escabullía. "Say my name", decía al golpear, prolongando su agonía ("Soy doblemente grandioso, no sólo los noqueo sino que elijo el round"), a quien no reconocía su nuevo nombre.




"El otro dia luché contra un cocodrilo, peleé contra una ballena, he esposado relámpagos, he encerrado en la cárcel a truenos. Yo asesiné a una roca, he herido a una piedra, hospitalizé a un ladrillo, soy tan malo que hago enfermar a la medicina", decía el Supermán Negro. Y ahí le faltó añadir que noqueó a políticos, a la ideología conservadora: se negó a ir a la guerra, defendió al Islam y defendió los derechos de la pluriculturalidad:
"¿Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10 mil millas de casa y arrojar bombas y tirar balas a gente de piel oscura mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No voy a ir a 10 mil millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar a otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos"



Y hasta venció a Supermán, en una eliminatoria para ver quién sería quien representara a la Tierra en una pelea contra invasores extraterrestres. Obviamente, terminaron como cuates.

"Tell me... do you bleed? You will".


Lo hizo sangrar mucho antes que Batman.


Huellas del crimen: primer festival internacional de novela negra


17, 18 y 19 de junio en el Centro de las Artes Centenario de San Luis Potosí.
Estarán, entre otros, JM Servín, Cristina Rivera Garza, Eduardo Antonio Parra, Mauricio Montiel, Élmer Mendoza, Bernardo Esquinca, Iris García, Paco Ignacio Taibo II y Rafael Aviña.
La página oficial está por acá.

viernes, junio 03, 2016

Explicación falsa de mis cuentos - Felisberto Hernández

«Obligado o traicionado por mí mismo a decir cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos.

»No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una teoría de la conciencia. Eso me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos no tienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.

»Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.»

jueves, junio 02, 2016

Contra Jaime Gil de Biedma - JGB

De qué sirve, quisiera saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación –y ya es decir–,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!

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JAIME GIL DE BIEDMA, Contra Jaime Gil de Biedma. Las personas del verbo, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006, págs. 191 y 192. Tomado de Neorrabioso


miércoles, junio 01, 2016

Cae la lluvia sobre junio - Homero Aridjis

Cae la lluvia sobre junio
El espíritu de la mujer que ama
corre en tu cuerpo se desnuda en las calles

La vida en los rincones
sostiene el equilibrio del mundo
con un algo de Dios que asciende de las ruinas

Los hijos del hombre hacen su universo
sobre un barco de papel que se destroza
pero la alegría no está precisamente allí
sino en la proyección de otro universo

Nada debe detenerse
volverá septiembre y después abril
y los amigos que no acudieron esta primavera
estarán con nosotros en un invierno previsible

Amo este tiempo
donde los perros son sagrados
y los insectos titubean en los vidrios

Te amo a ti por efímera por susceptible al frío

La ciudad se ilumina para nuevas proezas