jueves, abril 30, 2015

De "Árboles" - Marco Antonio Campos

1. Cuando niños somos todos los niños que fantasean y sueñan.
Cuando adultos somos un adulto pero con escasas fantasías y escasos sueños.

2. En la juventud se sueña que se puede soñar,
pero en la madurez sólo enfrentamos nuestra realidad marchita
repitiendo para engañarnos la palabra utopía.

3. En la madurez caminamos sobre las sombras
de nuestros grandes sueños.

4. En las familias acomodadas hay ascendientes -abuelos o tíos- que aman
con más naturalidad a aquellos miembros e hijos de esos miembros que tienen poder y dinero.
Los parientes pobres suelen ser pegotes molestos a los que se tolera con dificultad
y con quienes se debe simular algún afecto.

5. El pasado es el país de las imágenes rotas y las sombras despedazadas.

6. Si en la niñez son los sueños puros y los juegos imaginativos;
si en la juventud construimos castillos de ilusiones y palacios de utopías,
ya adultos sólo aspiramos a conservar, desarrollar y recordar
lo poco bueno que nos dio la vida.

miércoles, abril 29, 2015

¡Danza! - Saint Kabir

¡Danza, corazón mío! Danza hoy de gozo. 
Los cánticos de amor llenan de música los días y las noches,
y el mundo vive atento a sus melodías.
Locas de júbilo, la vida y la muerte danzan al ritmo de esa música.
Los montes, el océano y la tierra danzan. Entre sollozos y carcajadas la humanidad danza.
Tu Señor está en ti; ¿a qué abrir los ojos hacia el mundo exterior?
Kabir dice:
Óyeme, hermano mío: mi Señor me ha arrebatado y me ha unido a Él.

martes, abril 28, 2015

...

Intuyen, adivinan, deducen.
Se asoman a mi alma como a un pozo,
o simplemente inventan
eso que llaman mi personalidad.
Quizá.
En todo caso los envidio:
yo ni puta idea de quién soy.

lunes, abril 27, 2015

El infierno es este - Italo Calvino

«El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.»

(Las ciudades invisibles)

sábado, abril 25, 2015

Max Rojas (1940-2015)

VII

Descalabrado del lenguaje —y luego,
con quién hablar si a nadie
le importa mi gritada,
y nadie, en fin,
se va a dejar caer por estos huecos
en que anda mi bramido balbuciendo,
y más aún mi lenguaraje en busca
de qué decir o cómo y para qué,
si al cabo a mí lo de linguar
se me quedó una tarde apergollado
y dándose de topes contra el suelo,
en un lugar adonde para qué volver,
si pretender apuntalar mi lengua
es tanto o mucho más difícil
que pretender, ahora,
enseñarle a mascullar palabras,
y hoy la hablación me sale a punta
de trancazos,
y más que hablar
lo que me cuaja en la garganta es un aullido
y una ardición de las que escaldan la huesera
con un desmadre tal que ya no balbucir,
sino mover los labios duele,
y más acá el palabrerío pugnando
por salir —y cómo, si hay una trabazón
que ni manera de decir te amo
y mucho menos más lo que por dentro saja
y a empujonazos quiere hablar diciendo mucho
y sólo un dolorón se le amontona
a puñetazos en la boca;
por lo demás, si a quién le importa
un bledo hasta qué vertebras linguales
me estoy desvertebrando
ni hasta qué tantos de mi carne
me ascua este alarido
mejor me guardo el descalabre
entre mi herrumbre, y esculco
alrededor por ver si me hablan.


/1968/

viernes, abril 24, 2015

Felicidad

¿Cómo hacerle entender que es un prodigio,
que la felicidad es un concepto menor
cuando se compara con estar a su lado?
Lo que sé es que electrizas mis neuronas
todo el tiempo.

jueves, abril 23, 2015

Los dos hilos: análisis de las dos historias - Ricardo Piglia

(Ricardo Piglia requiere de muchas firmas, como pueden ver aquí)


I

En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito.

Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.

Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias.


II

El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario.

El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.


III

Cada una de las dos historias se cuenta de un modo distinto. Trabajar con dos historias quiere decir trabajar con dos sistemas diferentes de causalidad. Los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas. Los elementos esenciales del cuento tienen doble función y son usados de manera distinta en cada una de las dos historias. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.


IV

En "La muerte y la brújula", al comienzo del relato, un tendero se decide a publicar un libro. Ese libro está ahí porque es imprescindible en el armado de la historia secreta. ¿Cómo hacer para que un gángster como Red Scharlach esté al tanto de las complejas tradiciones judías y sea capaz de tenderle a Lönnrott una trampa mística y filosófica? El autor, Borges, le consigue ese libro para que se instruya. Al mismo tiempo utiliza la historia 1 para disimular esa función: el libro parece estar ahí por contigüidad con el asesinato de Yarmolinsky y responde a una casualidad irónica. "Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro publicó una edición popular de la Historia de la secta de Hasidim." Lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. El libro del tendero es un ejemplo (como el volumen de Las mil y una noches en "El Sur", como la cicatriz en "La forma de la espada") de la materia ambigua que hace funcionar la microscópica máquina narrativa de un cuento.


V

El cuento es un relato que encierra un relato secreto.

No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento.

Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento.


VI

La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Katherine Mansfield, Sherwood Anderson, el Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. El cuento clásico a lo Poe contaba una historia anunciando que había otra; el cuento moderno cuenta dos historias como si fueran una sola.

La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.


VII

"El gran río de los dos corazones", uno de los relatos fundamentales de Hemingway, cifra hasta tal punto la historia 2 (los efectos de la guerra en Nick Adams), que el cuento parece la descripción trivial de una excursión de pesca. Hemingway pone toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta. Usa con tal maestría el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro relato.

¿Qué hubiera hecho Hemingway con la anécdota de Chejov? Narrar con detalles precisos la partida y el ambiente donde se desarrolla el juego, y la técnica que usa el jugador para apostar, y el tipo de bebida que toma. No decir nunca que ese hombre se va a suicidar, pero escribir el cuento como si el lector ya lo supiera.


VIII

Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo "kafkiano".

La historia del suicidio en la anécdota de Chejov sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.


IX

Para Borges, la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma. Para atenuar o disimular la monotonía de esta historia secreta, Borges recurre a las variantes narrativas que le ofrecen los géneros. Todos los cuentos de Borges están construidos con ese procedimiento.

La historia visible, el cuento, en la anécdota de Chejov, sería contada por Borges según los estereotipos (levemente parodiados) de una tradición o de un género. Una partida de taba entre gauchos perseguidos (digamos) en los fondos de un almacén, en la llanura entrerriana, contada por un viejo soldado de la caballería de Urquiza, amigo de Hilario Ascasubi. El relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.


X

La variante fundamental que introdujo Borges en la historia del cuento consistió en hacer de la construcción cifrada de la historia 2 el tema del relato. Borges narra las maniobras de alguien que construye perversamente una trama secreta con los materiales de una historia visible. En "La muerte y la brújula", la historia 2 es una construcción deliberada de Scharlach. Lo mismo ocurre con Azevedo Bandeira en "El muerto", con Nolam en "Tema del traidor y del héroe".

Borges (como Poe, como Kafka) sabía transformar en anécdota los problemas de la forma de narrar.


XI

El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. "La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato", decía Rimbaud.

Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.

miércoles, abril 22, 2015

Día del Libro, La Lectura y el Derecho de Autor (2)

"Sin exagerar ni caer en campañas de salvamento más bien ridículas, el libro ha de reivindicarse en lo que tiene de ejercicio de rabiosa individualidad frente a la idea mercantilizada de público. Hasta el placer es degradado si consiste en recetas y fórmulas. Es el lector único quien establece una comunicación privada con quien tuvo el deseo irreprimible de contar algo desde su otra soledad de enfrente. He ahí la insumisión más indescifrable, la de construirse por dentro con tantos elementos en discusión que te permitan una barrera protectora frente a las ideas refugio. Que al desconsuelo no se le responda con autoayuda, sino aprendiendo a descifrar el desconsuelo, y a la felicidad no se llegue por receta, sino por la explosión de un instante perecedero..."

David Trueba, en El País.

martes, abril 21, 2015

Necesitamos una Reforma del Estado

«Lo primero "que necesitamos hoy no es optimismo o pesimismo, sino una reforma del Estado cuyo nombre propio es 'arrepentimiento', pues es la reforma de un ladrón y eso supone que ha de admitir previamente que ha sido un ladrón. Los políticos y gobernantes no deben dedicarse a inventar consuelos o a profetizar desastres, sino que, primero y antes que ninguna otra cosa, deben confesar sus maldades. No deben decir que el mundo va a ir a mejor gracias a una especie de cosa misteriosa llamada progreso, algo así como una providencia sin propósito. Deben reconocer lo que han estado haciendo mal y entonces podrán felicitarse de estar por fin en lo correcto; no deben de ningún modo dedicarse a insinuar que, en cierto modo, estaban en lo correcto cuando estaban equivocados. En este aspecto hay progresistas que son la peor especie de los conservadores pues insisten en conservar, de la forma más obstinada y oscurantista, los rumbos marcados por ellos mismos en el pasado. Es humano cometer errores; pero el único error mortal, entre todos los errores, es el de negar que nos hemos equivocado».
G.K. Chesterton

domingo, abril 19, 2015

De Obsolescencia de la libertad, de Aldo Mazzucchelli

«La libertad está muy sobrevalorada en nuestra cultura. No porque no valga, sino porque, siendo gente, ya tenemos, y siempre tuvimos, toda la que podemos tener. Viene como componente esencial y por defecto en el equipamiento de cada sujeto. García Márquez, penúltimo de una larga lista que incluye desde Andrés Bello a Paulo Freire, despotricó contra la gramática, argumentando por una imaginada libertad irrestricta del sujeto hablante. Claro que lo que guió a Bello y a García Márquez era encontrar vías de responder a la lengua propia y escapar a normas metropolitanas, y no, como se puede creer hoy, a deshacerse de las gramáticas, ya que esto, me parece, es confundir el adentro con el afuera. Es difícil saber exactamente qué sería lo que limita al sujeto interior, el reflexivo, ese al que apela tanto García Márquez como todos los demás, salvo su propia creencia de estarlo. La gramática no sirve para nada desde el punto de vista “lógico” del lenguaje, de acuerdo, pero es valiosa del mismo modo que una forma cerrada es valiosa al poeta: peleando para dominar una estructura fija, como la del soneto, es que a menudo se alcanzan libertades que ningún verso libre otorgaría.

»Todo discurso que argumenta por la libertad suena, sin embargo, automáticamente simpático. Creo que es la forma de demagogia más clásicamente eficaz. Se dedica a repetir un lugar común siempre exitoso, que pide lo que ya tenemos haciendo como que no lo tenemos. Peor aún: en lugar de poner al sujeto frente a su responsabilidad, diciéndole “ahora decida, y deje de lamentarse o echarle la culpa a otros”, lo que hace es pasarle la mano por la espalda confirmándole “¡ah... si todos esos perversos gramáticos o esos maestros que te castigaban porque tenías faltas de ortografía, o esas leyes y reglamentos amañados por la perversa comunidad no estuvieran en vigencia, qué maravilla de vida que tendrías; ¡cómo se expresarían tus indudables talentos, por ahora secretos!”. Claro que no hubo tales talentos ni tal nada. En general, donde no se encuentran señales de vida inteligente es porque lo que hay está muerto, y la culpa no es de nadie. Quizá valga más considerar otros vericuetos, para el caso ontológicos, del asunto...»

Tomado de Interruptor

viernes, abril 17, 2015

Música y literatura - Gabriel García Márquez

Muchos lectores me preguntan sobre la relación de mis libros con la música. Yo mismo, más en serio que en broma, he dicho que Cien años de soledad es un vallenato de 400 páginas y que El amor en los tiempos del cólera en un bolero de 380. En algunas entrevistas de prensa he confesado que no puedo escribir con música porque le pongo más atención a lo que oigo que a lo que escribo. La verdad es que creo haber oído más música que libros he leído, y pienso que no me queda mucho por escuchar desde Juan Sebastián hasta Leandro Díaz.

La mayor sorpresa me la llevé en Barcelona cuando dos jóvenes músicos me visitaron después de leer El otoño del patriarca, cuya estructura les parecía inspirada en la muy compleja del Concierto para piano número 3 de Béla Bartók. Llevaron gráficos demostrativos que a ellos les parecían terminantes. No los entendí, por supuesto, pero me sorprendió la coincidencia, de que en los casi cuatro años en que escribí el libro estaba muy interesado en aquellos conciertos, y sobre todo en el tercero, que sigue siendo mi favorito.

Quiero decir con todo esto que no me sorprende ahora si un músico de méritos grandes cree encontrar elementos de composición musical en El coronel no tiene quien le escriba, que es el más simple de mis libros. Es cierto que lo escribí en un hotel de pobres de París, en condiciones espartanas, mientras esperaba una carta con un cheque que nunca llegó. Mi único consuelo era la música de un radio prestado. Pero ignoro por completo las leyes de la composición musical, y mal podría escribir un cuento con una estructura diatónica deliberada.

Creo, eso sí, que un relato literario es un instrumento hipnótico, como lo es la música, y que cualquier tropiezo del ritmo puede malograr el hechizo. De esto me cuido hasta el punto de que no mando un texto a la imprenta mientras no lo lea en voz alta para estar seguro de su fluidez.

Las comas son esenciales, porque imponen un ritmo a la respiración del lector, y manejan sus estados de ánimo. Es lo que llamamos las comas respiratorias que pueden permitirse inclusive trastornar la gramática a cambio de preservar el acto hipnótico de la lectura.

Si esto es lo que quiere saber mi admirado Germán Borda le contesto que sí: no sólo El coronel, sino hasta el menos significante de mis párrafos está sometido a ese rigor armónico. Sólo que a los escritores intuitivos no nos conviene explorar demasiado estos misterios técnicos, pues en este oficio de ciegos no hay nada más peligroso que perder la inocencia.

Copyright G.G.M. / CAMBIO

jueves, abril 16, 2015

"Pero yo sí lo soy..." - Yasunari Kawabata

Incluso ahora, ahora mismo, en el Tokio moderno, al igual que en los libros con ilustraciones de la antigua Edo, se dice que él —el cazador de pájaros— todavía está ahí, con sus accesorios color cobre dentro de su gastada bolsa de gamuza, la pipa colgando de los cordones de su bolsa con el cierre de ágata, y el anticuado estuche lleno de tabaco dulce de Kobuku, mezclado con algunas ramitas verdes para mantenerlo fresco, todo el conjunto colgando de la cintura, y con sus calzones blancos, sus polainas negras, los mitones de color blanco y un quimono azul que llega a la altura de la cintura. El hombre que me contó esto es un inspector de la policía, alguien poco dado a los recuerdos inútiles.

Pero yo sí lo soy. Quiero hablar del modo en que lo hacían en los días de la antigua Edo. Tomemos ese camino. Sí, debemos determinar, mi querido lector, si este camino a través del cual te voy a conducir a los lugares frecuentados por la Pandilla Escarlata es el mismo camino en el que, según se dijo, en los viejos días de los emperadores Manji y Kanbun, hombres vestidos de blanco, en caballos blancos, con espadas enfundadas en vainas blancas, sobre sus hakama de cuero blanco, iban de un lado a otro del mal afamado barrio de Yoshiwara mientras cantaban obscenas canciones Komuro bushi...

Supongamos ahora que son más de las tres de la mañana y que hasta los vagabundos están profundamente dormidos, y yo estoy aquí, caminando por los jardines del templo Sensō con Yumiko. Hojas muertas de ginkgo caen al suelo y oímos el cacareo de los gallos...

(Inicio de La pandilla de Asakusa, Seix Barral, 2014)

miércoles, abril 15, 2015

Leonardo da Vinci según Sigmund Freud

Encontrado en la red
Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, fragmento:

Leonardo nos advierte cuántas otras cosas hemos de perseguir en estos procesos. El aplazamiento del amor hasta después de haber adquirido el conocimiento se convierte en una sustitución. No se ama ni se odia bien cuando se ha llegado al conocimiento, pues entonces se permanece más allá del amor y del odio, y en lugar de amar no se ha hecho sino investigar. Por esta razón fue, quizá, la vida de Leonardo mucho más pobre en amor que las de otros grandes hombres. Las tormentosas pasiones que elevan y devoran, y a las cuales debieron otros lo mejor de su vida, parecen no haberle combatido jamás.

Pero aún podemos deducir otras consecuencias. Se ha investigado en lugar de obrar y crear. Aquel que ha comenzado a sospechar la magnificencia de la cohesión universal y sus inmutables leyes, pierde fácilmente su propio, pequeñísimo, yo. Sumido en la admiración y poseído de una verdadera humildad, olvida con demasiada facilidad que es por sí mismo una parte de aquellas fuerzas cuya actuación le maravilla y que puede intentar variar, en la medida de sus energías personales, una pequeñísima parte del necesario curso del mundo, de este mundo en el que lo pequeño no es menos maravilloso ni importante que lo grande.

Leonardo comenzó quizá, a investigar, como opina Solmi impulsado por el deseo de perfeccionar su arte, estudiando las cualidades y leyes de la luz, los colores, las sombras y la perspectiva, con el fin de alcanzar la más alta maestría en la imitación de la Naturaleza y mostrar a los demás el camino que a ella podía conducirlos. Probablemente se formaba ya una idea exagerada del valor de estos conocimientos para el artista. Después, y siguiendo la orientación de las necesidades pictóricas, pasó a la investigación exterior de los objetos de la pintura, los animales, las plantas y las proporciones del cuerpo humano, y luego a la de su estructura interna y sus funciones vitales, elementos que también se expresan en la apariencia y demandan del arte una representación. Por último, tomó en él esta tendencia enorme incremento, y rompiendo los lazos que aún ligaban su actividad investigadora con las aspiraciones de su arte, le llevó a descubrir las leyes generales de la mecánica, a adivinar la historia de las estratificaciones y petrificaciones del valle del Arno y a aquel culminante conocimiento que anotó con grandes letras en sus apuntaciones: «Il sole non si muove.»

Pero su anhelo de saber permaneció orientado hacia el mundo exterior, como si hubiera algo que le alejase de la investigación de la vida anímica del hombre. En la «Academia Vinciana», para la que dibujó emblemas artísticamente complicados, se concedió un lugar muy pequeño a la Psicología.

martes, abril 14, 2015

Günter Grass (1927-2015)

Amor

Es esto:
Transacciones sin efectivo.
La manta siempre un poco corta.
El contacto flojo.

Buscar más allá del horizonte.
Rozar con cuatro zapatos las hojas muertas
y frotar mentalmente pies desnudos.
Arrendar y tomar en arriendo corazones;
o en la habitación con ducha y espejo,
en un coche alquilado, con el capó hacia la luna,
dondequiera que la inocencia se baja
y quema su programa,
suena la palabra en falsete,
cada vez diferente y nueva.

Hoy, ante la taquilla aún cerrada,
susurran, de la mano,
el avergonzado viejo y la vieja delicada.
La película prometía amor.



Varados

Tras empinado ascenso,
hasta llegar más alto que las nubes
y más arriba aún,
Ícaro e Ícara se precipitan
más rápido de lo previsto,
pero aterrizan suavemente en las dunas,
donde -más empinado aún-
planean el siguiente vuelo.

* * * *
Entendí que tengo dos talentos, y que con mucho trabajo tengo que desarrollarlos e intentar expresarme a mí mismo partiendo de los dos. Elegir entre una cosa u otra no ha sido una alternativa sino un enriquecimiento. Por ejemplo, si escribía durante mucho tiempo tenía la sensación de que la escultura me hacía mucho bien porque sentía que expresaba algo de todos los lados a la vez, algo que estaba dentro del espacio. Muchos poemas empiezan con un dibujo; cuando tengo la idea de una metáfora la plasmo sobre el papel y luego intento pasarla a dibujo para ver si se sostiene o no. En Hallazgos para no lectores pintaba unas acuarelas y cuando aún no estaban secas ya empezaba a escribir poesías de cuatro o cinco líneas. Este es un buen ejemplo de cómo las disciplinas (la pintura, la escritura) se mezclan y se enriquecen mutuamente.

(Los poemas de acá y la entrevista de allá)


lunes, abril 13, 2015

Día del Beso

"Hay labios tan finos que en vez de besar cortan".
Paul Charles Bourget


Picasso

"Señor, quisiera saber quien fue el loco que inventó el beso".
Jonathan Swift

"Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
¡qué soledad errante hasta tu compañía!
Pablo Neruda

domingo, abril 12, 2015

Trabajos, exámenes

Más de 200 textos, más de 100 exámenes. Mucho por hacer...
Café, algún vaso de anís, música.
Y yo. Pero yo.





sábado, abril 11, 2015

Los niños de Emma

Miércoles 15 de abril


17:00 horas
Develación de la placa “Aula Emma Báez”
Salón de Pintura Infantil del Instituto Potosino de Bellas Artes.

18:00 horas
Charla: “Emma Báez y la imaginación de la inocencia”
Mtra. Teresa Palau

Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa

18:45 horas
Inauguración de la exposición “Los niños de Emma Báez”
Acervo pictórico del Taller de Pintura Infantil del IPBA

jueves, abril 09, 2015

La educación universitaria - Noam Chomsky

“La contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el período neoliberal y en la universidad estamos asistiendo al mismo fenómeno”.

“Cómo se afecta la calidad cuando los profesores no tienen estabilidad laboral: se convierten en trabajadores temporales, sobrecargados de tareas, con salarios baratos, sometidos a las burocracias administrativas y a los eternos concursos para conseguir una plaza permanente”.

“Los puestos administrativos y burocráticos en exceso son una suerte de despilfarro económico. Los decanos, por ejemplo, se han convertido en todos unos burócratas que necesitan de vicedecanos, asistentes y secretarias”.

“Para el sector empresarial, el activismo estudiantil (feminista, ambientalista, antibelicista, etc.) es la prueba de que los jóvenes no están correctamente adoctrinados. La deuda estudiantil es una trampa de la que los jóvenes no podrán salir en mucho tiempo. Los créditos funcionan como una carga que les obliga a alejarse de otros asuntos. Tal vez no surgieron con ese propósito, pero desde luego tienen ese efecto”.

“Salones y clases grandes, profesores temporales, educación escasamente personalizada. Es muy similar a lo que uno espera que ocurra en una fábrica, en la que los trabajadores poco o nada tienen que ver en la organización de la producción o en la determinación del funcionamiento de la planta de trabajo, eso es cosa de ejecutivos. Igual sucede con los estudiantes".

“Las universidades tradicionales eran por ejemplo, extremadamente jerárquicas, con muy poca participación democrática en la toma de decisiones. Debemos promover una institución democrática en la que la comunidad (profesores, estudiantes, personal no docente) participan en la determinación de la naturaleza de la universidad y de su funcionamiento”.

“Queremos profesores y estudiantes comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, desafiantes, apasionantes. Yo no creo que sea tan difícil”.

“En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tú digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles”.

Tomado de acá.

miércoles, abril 08, 2015

De la singularidad de vivir - Ignacio Castro Rey

«Las “humanidades” han de aprender a ser agresivas, mucho más duras que las ciencias. Tienen una relación con la noche que a la ciencia le asusta y, para salir de esa reserva india a la que se las condena, deben aprender a infiltrarse en el cuerpo social diurno, a dejar ahí sus cargas de profundidad. Si se refugian en la Universidad, aceptan su papel subsidiario.

»La Universidad, que es manifiestamente mejorable (aquí y en todas partes), es de todas formas una maldición si uno cree en ella. Es aconsejable reservar las creencias para otras cosas. Con todo, uno puede especializarse (técnica, profesionalmente) y negarse a una especialización integral, digamos, anímica. Es imprescindible resistir a este nuevo tipo de clonación integral que se nos promete, aquello que el bueno de Ortega llamaba la “barbarie del especialismo”. Es necesario mantenerse sin especializar frente a la vida y la muerte, frente a lo que de común, de único e intransferible tiene cada existencia. De otro modo nos convertimos en monstruos, para los otros y para nosotros mismos. Alguien especializado integralmente, ¿con qué órgano va a amar, cómo va a odiar? ¿Cómo va a tener amigos y enemigos, en qué va a creer y por qué va a luchar hasta el fin de sus fuerzas? Sin todo esto, que no se puede especializar, aunque la información nos diga otra cosa, no es concebible la humanidad, sea cual sea el “nivel de vida”.

»Asistimos a una inflación de la palabra “calidad” porque vivimos inmersos en el modelo global (un poco infantil, pero consolador) del tamaño, de la cantidad y lo numérico. Es así que nuestra cultura, ahogada por el puritanismo de la escala, enloquece con el mito de la cualidad real. En la vida cotidiana ha de ser cercada, acosada, maltratada. A cambio, el mercado juega con su ilusión privada, con su simulacro de elite. Lo grave es que éste es el destino de la misma vida humana, considerada en conjunto. Hablamos de “calidad de vida”, pero en el fondo todos sabemos que se trata de una vida sometida a la cantidad (dinero, bienes, consumo, longevidad), una cultura esclava de lo numérico.

»En este punto la hipocresía social ha dejado en pañales a las formas teatrales de antaño. Se nos llena la boca con la palabra “igualdad”, pero todos sabemos que ni siquiera una vida humana es igual a sí misma. El día que yo sea igual a yo (digamos, que mi existencia sea igual a mi identidad), se acabó, soy un zombi, estoy muerto. Como no confiamos en la singularidad de vivir, en la potencia de sus sombras, la igualación aritmética es la única manera que tenemos de soportar al otro. Pero entonces, reducido a un esquema general, ya no queda tal otro, ni siquiera en el interior de nosotros mismos. La soledad de un individuo que flota en el limbo de lo igual es el destino de una cultura, la nuestra, que ya no puede aceptar la diferencia real. Una prueba externa de ello es la ferocidad con que nos lanzamos sobre cualquier otro (sea persona o nación) que queda sin cobertura, al descubierto, en una singularidad sin canon y sin armas de ningún tipo para defenderse.

»Es posible que el problema no esté tanto en la “formación”, que siempre es un valor relativo y discutible, como en el coraje y la honestidad personales para afirmar y sostener algo distinto, que no necesite mendigar un lugar reconocible de antemano. Cualquiera puede ser crítico o artista, creo. La única condición es haber pasado una temporada en el infierno y haber vuelto de ahí con una forma, un poco perturbadora. Los seres humanos que persisten en nuestra memoria (sean van Gogh, Ribera, Chéjov, Rilke o Cage) han sido cualquiera, hombres “del subsuelo” según decía Deleuze, antes y después de ser alguien reconocido. Para ello es condición necesaria, aunque tal vez no suficiente, haber aguantado la tempestad abstracta del afuera, un tipo de mal que no es imputable a ningún verdugo conocido. Creo que el dilema es sencillo, como todo lo que importa. Para sobrevivir a una vida amenazada mortalmente por dentro, una mujer o un hombre han tenido que volver a nosotros con una obra que les rebasa absolutamente. Una obra que ha salido de sus manos, para la cual sólo han sido médiums. La crítica sólo puede estar a la altura de esa irrupción, que tiene algo de inhumano, volviendo a reproducir con palabras esa singularidad sin equivalencia. Parece que me estoy poniendo muy metafísico, pero intento hablar del colmo del delirio que llamamos sentido común.

»Estamos ante uno de los peores peligros. Un tipo de poder que se presenta como “fan de ti”, que quiere que disfrutes, que seas feliz y hagas tu vida. Si antes el modelo era el rompeolas autoritario, patriarcal y tosco (que enseguida levantaba resistencias) ahora el orden social es sonriente, materno y participativo. Como un poder uterino, un líquido amniótico que sólo quiere protegerte. ¿A qué precio? Con una sola condición: que aceptes que eres una víctima, débil y en perpetua crisis. De ninguna manera se va a tolerar que alguien sea verdaderamente libre, independiente de la hipocondría general. De ahí nuestro delirio con la “soledad”. De ahí también que Virilio insistiese en que nuestro modelo humano, en el fondo, implica parecerse lo más posible a un “inválido equipado”. Y aquí un simpático militar recordaría: ¡Y ustedes no han visto nada todavía!»

lunes, abril 06, 2015

Isabel Fraire (1934-2015)

intento varias veces releer un párrafo de Proust

sentada en una banca del tren subterráneo

junto a dos jóvenes mal vestidos
que hablan alborotadamente en un idioma extraño

frente a carteles enormes que anuncian inversiones
y pomadas para el pelo

no entiendo nada

CONCLUSIONES

no hay que intentar leer a Proust en el tren subterráneo

no se puede leer a Proust en 1974

Proust ya no es válido

lo que no es válido es el tren subterráneo

no entiendo a Proust porque no entiendo el tren subterráneo
no entiendo el tren subterráneo porque estoy llena de Proust

todos estos sentidos son proustianos

Proust es el ojo                    el tren subterráneo es el objeto

                 nunca hubo identidad entre ojo y objeto

1974 es la fusión de Proust y el tren subterráneo
                en el ojo de su incompatibilidad



* * * * *

Más en Material de lectura (UNAM)

domingo, abril 05, 2015

Gethsemaní, KY. - Ernesto Cardenal

1. En Pascua resucitan las cigarras
-enterradas 1 7 años en estado de larva-
millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día
y en la noche todavía están cantando.
Sólo los machos cantan:
las hembras son mudas.
Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.
Todo el bosque resuena con el canto
y sólo ellas en todo el bosque no los oyen.
¿Para quién cantan los machos?
¿Y por qué cantan tanto? ¿Y qué cantan?
Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.
Al fin de mes el canto se hace triste,
y uno a uno van callando los cantores,
y después sólo se oyen unos cuantos,
y después ni uno. Cantaron la resurrección.

*

2. Ha llegado al cementerio trapense la primavera,
al cementerio verde de hierba recién rozada
con sus cruces de hierro en hilera como una siembra,
donde el cardenal llama a su amada y la amada
responde a llamada de su rojo enamorado.
Donde el reyezuelo recoge ramitas para su nido
y se oye el rumor del tractor amarillo
al otro lado de la carretera, rozando el potrero.
Ahora vosotros sois fósforo, nitrógeno y potasa.
Y con la lluvia de anoche, que desentierra raíces
y abre los retoños, alimentáis las plantas
como comíais las plantas que antes fueron hombres
y antes plantas y antes fósforo, nitrógeno y potasa.
Pero cuando el cosmos vuelva al hidrógeno original
-Porque hidrógeno somos y en hidrógeno nos hemos de convertir-
no resucitaréis solos, como fuisteis enterrados,
sino que en vuestro cuerpo resucitará toda la tierra:
la lluvia de anoche, y el nido del reyezuelo,
la vaca Holstein, blanca y negra, en la colina,
el amor del cardenal, y el tractor de mayo.

*

3. Como las bandadas de patos que pasan gritando,
que en las noches de otoño pasan gritando,
hacia lagunas del Sur que no han visto nunca,
y no saben quién los lleva, ni hacia dónde van:
así éramos llevados hacia Ti sin saber adónde.
y como las bandadas de patos que vienen del Sur,
en primavera, de América del Sur,
y pasan por Kentucky gritando de noche!

*

4. Hay un rumor de tractores en los prados.
Los ciruelos rosados están en flor.
Mira: están en flor los manzanos.
Amado, ésta es la estación del amor.
Los estorninos cantan en el sicómoro.
Las carreteras huelen a asfalto recién regado
y los carros pasan con risas de muchachas.
Mira: la estación del amor ha llegado.
Todo pájaro vuela perseguido por otro.

*

5. Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua:
un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor,
a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas
(y he oído el mugido de un ganado lejano...)
¿O es el olor del amor? Pero ese amor no es el tuyo.
Y amor a la patria fue el del dictador: el dictador
gordo, con su traje sport y su sombrero tejano,
en el lujoso yate por los paisajes de tus sueños:
él fue el que amó la tierra y la robó y la poseyó.
Y en su tierra amada está ahora el dictador embalsamado
mientras que a ti el Amor te ha llevado al destierro.

*

6. Como las lechuzas que sólo ven de noche, y como
el mediodía es la medianoche de los murciélagos,
en esta tarde luminosa de julio ¿no será otra la luz
y no será tan sólo lo oscuro lo que vemos:
el tanque de agua plateado, la puesta de sol,
las golondrinas revoloteando, este libro de Suso,
el avión que cruza como un pez por el cielo de julio?

*

7. Los automóviles van y vienen por la carretera,
frente al noviciado, como las olas del mar.
Se oye el rumor lejano que va creciendo
y creciendo más y más, el acelerar del motor,
el susurrar de las llantas sobre el asfalto mojado,
y después decrece y decrece, y no se oye más.
Y otro motor a lo lejos vuelve a comenzar.
Como las olas del mar. Y yo corría como las olas
por carreteras asfaltadas que a ningún sitio van.
Y a veces me parece que todavía corro por ellas,
y que es un sueño que ya he llegado a algún lugar,
y no estoy viendo en paz pasar los automóviles
sino que he mirado este lugar distraídamente
desde el efímero automóvil que acaba de pasar.

*

8. Los insectos acuáticos de largas patas
patinan sobre el agua como sobre un vidrio.
Y patinan en parejas. Se separan
y se persiguen y se emparejan otra vez.
Y pasan toda su vida bailando en el agua.
Tú has hecho toda la tierra un baile de bodas
y todas las cosas son esposos y esposas.
Y sólo Tú eres el Esposo que se tarda
y sólo yo soy la esposa sola sin esposo.
Los tálamos de los pájaros están verdes
y las parejas de grajos vuelan jugando,
las parejas de grajos negros, jugando
y gritando: ¡A A A A! ¡A A A A!

*

9. 2 am. Es la hora del Oficio Nocturno, y la iglesia
en penumbra parece que está llena de demonios.
Esta es la hora de las tinieblas y de las fiestas.
La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado.
«Y mi pecado está siempre delante de mí.»
Y mientras recitamos los salmos, mis recuerdos
interfieren el rezo como radios y como roconolas.
Vuelven viejas escenas de cine, pesadillas, horas
solas en hoteles, bailes, viajes, besos, bares.
Y surgen rostros olvidados. Cosas siniestras.
Somoza asesinado sale de su mausoleo. (Con
Sehón, rey de los amorreos, y Og, rey de Basán.)
Las luces del «Copacabana» rielando en el agua negra
del malecón, que mana de las cloacas de Managua.
Conversaciones absurdas de noches de borrachera
que se repiten y se repiten como un disco rayado.
y los gritos de las ruletas, y las roconolas.
«Y mi pecado está siempre delante de mí.»

Es la hora en que brillan las luces de los burdeles
y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces del palacio de Somoza están prendidas.
Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
y los técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora de los policías secretos y de los espías,
cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas
y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la hora en que los moribundos entran en agonía.
La hora del sudor en el huerto, y de las tentaciones.
Afuera los primeros pájaros cantan tristes,
llamando al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la iglesia está helada, como llena de demonios,
mientras seguimos en la noche recitando los salmos.

*

10. Como latas de cerveza vacía y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y música de radios...
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, Boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

*

11. La bocina de este auto en la carretera me es familiar
y este viento silbando en los pinos
y estremeciendo el techo de zinc del noviciado
me recuerda mi casa. Alguien llama desde el auto.
Pero mi casa, Junto a la carretera
donde estaban siempre pasando los autos,
hace años fue vendida y en ella viven extraños.
El auto era desconocido y ya se fue.
Sólo el viento es el mismo. Sólo el silbido
de esta tarde lluviosa de otoño es familiar.

*

12. Los árboles parecen cabelleras de muchachas pelirrojas
y rubias. Las hojas mojadas, rojas y doradas
están cayendo, y cayendo, como cabelleras.
Otra vez es otoño. Ha pasado un año rápido
como el tren que pasó pitando detrás de los árboles,
y el avión de plata que pasó volando y ya no vuelve
y los pájaros que pasan volando, hacia Hispanoamérica.

*

13. No sé quién es el que está en la nieve.
Sólo se ve en la nieve su hábito blanco,
y al principio yo no había visto a nadie:
sólo la pura blancura de nieve con sol.
El novicio en la nieve apenas se ve.
y siento que hay Algo más en esta nieve
que no es ni novicio ni nieve y no se ve.

*

14. Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección.

Concerto de Primavera - Mozart

sábado, abril 04, 2015

Cristo en la cruz - Jorge Luis Borges

Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra.
Los tres maderos son de igual altura.
Cristo no está en el medio. Es el tercero.
La negra barba pende sobre el pecho.
El rostro no es el rostro de las láminas.
Es áspero y judío. No lo veo
y seguiré buscándolo hasta el día
último de mis pasos por la tierra.
El hombre quebrantado sufre y calla.
La corona de espinas lo lastima.
No lo alcanza la befa de la plebe
que ha visto su agonía tantas veces.
La suya o la de otro. Da lo mismo.
Cristo en la cruz. Desordenadamente
piensa en el reino que tal vez lo espera,
piensa en una mujer que no fue suya.
No le está dado ver la teología,
la indescifrable Trinidad, los gnósticos,
las catedrales, la navaja de Occam,
la púrpura, la mitra, la liturgia,
la conversión de Guthrum por la espada,
la Inquisición, la sangre de los mártires,
las atroces Cruzadas, Juana de Arco,
el Vaticano que bendice ejércitos.
Sabe que no es un dios y que es un hombre
que muere con el día. No le importa.
Le importa el duro hierro de los clavos.
No es un romano. No es un griego. Gime.
Nos ha dejado espléndidas metáforas
y una doctrina del perdón que puede
anular el pasado. (Esa sentencia
la escribió un irlandés en una cárcel.)
El alma busca el fin, apresurada.
Ha oscurecido un poco. Ya se ha muerto.
Anda una mosca por la carne quieta.
¿De qué puede servirme que aquel hombre
haya sufrido, si yo sufro ahora?

viernes, abril 03, 2015

La pasión según Goethe

«Cuando el médico llegó al lado del infeliz Werther, le halló todavía en el suelo y en un estado deplorable. Latía el pulso aún; pero todos sus miembros estaban paralizados. Había entrado la bala por encima del ojo derecho, haciendo saltar los sesos. Le sangraron de un brazo, y corrió la sangre; todavía respiraba. Unas manchas de sangre que se veían en el respaldo de su silla indicaban que consumó el suicidio sentado delante de la mesa donde escribía y que en las convulsiones de la agonía había rodado al suelo. Se hallaba tendido boca arriba, cerca de la ventana, vestido y calzado, con frac azul y chaleco amarillo.

»La gente de la casa y de la vecindad, y poco después todo el pueblo, se pusieron en movimiento. Llegó Alberto. Habían acostado a Werther en su lecho con la cabeza vendada. Su rostro tenía ya el sello de la muerte. No se movía; pero sus pulmones funcionaban aún de un modo espantoso: unas veces casi imperceptiblemente, otras con ruidosa violencia. Se esperaba que de un momento a otro exhalase el último suspiro.

»No había bebido más que un vaso de vino de la botella que tenia sobre la mesa. El libro Emilia Galotti estaba abierto sobre el pupitre. Eran indescriptibles la consternación de Alberto y la desesperación de Carlota.

»El anciano juez llegó turbado y conmovido. Abrazó al moribundo, bañándole el rostro con su llanto. No tardaron en reunírsele sus hijos mayores, y se arrodillaron junto al lecho, besando las manos del herido y no pudieron contener el más intenso dolor. El mayor, que había sido siempre el predilecto de Werther, se colgó al cuello de su amigo y permaneció abrazado a él hasta que expiró.»

La pasión según Kafka

«Cierto es que todo el cuerpo le dolía; pero le parecía como si estos dolores se fuesen debilitando más y más, y pensaba que, por último, acabarían. Apenas si notaba ya la manzana podrida que tenía en la espalda, y la inflamación, revestida de blanco por el polvo. Pensaba con emoción y cariño en los suyos. Se hallaba, tal vez, aún más firmemente convencido que su hermana de que tenía que desaparecer.

»Y en tal estado de apacible meditación e insensibilidad permaneció hasta que el reloj de la iglesia dio las tres de la madrugada. Todavía pudo vivir aquel comienzo del alba que despuntaba detrás de los cristales. Luego, a pesar suyo, su cabeza se hundió por completo y su hocico despidió débilmente su último aliento.»

La metamorfosis

jueves, abril 02, 2015

Escribir - Milan Kundera

Milan Kundera, en entrevista con Philip Roth

«Pero hay una frontera entre la vida íntima y la pública, diría que hay una frontera mágica que no puede cruzarse impunemente. Sólo un hipócrita afirmaría que esta frontera no existe, y que un hombre pueda ser la misma persona en la vida pública y en la íntima. Cualquier hombre que fuese el mismo en público y en la intimidad sería un monstruo.

«Hay una gran diferencia entre un novelista y un fotógrafo: Ana Karenina, Emma Bovary, Bloom, son personas inventadas. El estudio de vida íntima que realiza un escritor no es tan sólo una labor de observación sino que, primordialmente, es una tarea de la imaginación. Por eso ninguna madame Bovary real puede compararse con la de Flaubert. Y todavía hay una segunda diferencia de orden moral. Imagínate que Flaubert hubiese escrito su novela describiendo la vida de una cecina de Rouen, una existente madame Bovary. En este caso, el autor sería un monstruo de indiscreción, un espía, un cotilla, un hombre al que se le retiraría el saludo. El autor siempre inicia la narración a partir de su propia vida, pero crea algo que no se le parece en absoluto.

«Una de las cosas que encuentro más divertidas de Occidente, y especialmente de Francia, es cierta “sacralización” que se produce no de la literatura, sino de uno mismo como escritor. Parece que se escribe la literatura como si se tratase de algún tipo de acto místico, como si se estuviese rezando. Se puede escribir, pues, una porquería increíble con tema ‘increíble seriedad’. Un poeta checo escribió en una ocasión: “Si no pudiese escribir poemas debería llorar”. Mi respuesta fue: "¡pues llora!" Puedo asegurarte que hay ocasiones en las que es mucho más fácil renunciar a escribir de lo que te imaginas.

«En estos días sólo puede ser optimista un gran cínico.

«Cuando era un niño de pantalones cortos solía soñar con un ungüento milagroso que me hiciese invisible. Después llegué a adulto, comencé a escribir y quería hacerme famoso y tener éxito. Ahora soy famoso y quisiera tener el ungüento que me hiciera invisible.»

miércoles, abril 01, 2015

José Trigo - Fernando del Paso

«Sí, sí, compañeros, viva la libertad que hay en nuestro país... ¡La libertad de ser líderes charros y formar sindicatos blancos! ¡Viva la libertad de crear monopolios y latifundios! […] ¡Viva la libertad que hay para castrar ferrocarrileros! [...] ¡Viva la libertad para ser burgués y millonario! ¡Para ser un Gobierno hijo de la chingada que habla de democracia y mete en la cárcel a los héroes del movimiento obrero! [...] ¡Viva la libertad para comprar los periódicos, para darles concesiones a los gringos [...] ¡Y hablar de la Revolución y de la Reforma Agraria! [...] Mientras los líderes honrados se pudren el sombra por comunistas, por rojillos traidores a la Patria! [...] ¡Vivan todas esas libertades, carajo, que nuestro sudor nos cuestan, que cada vez que cargamos un leño o le echamos una carbonada a la caldera las estamos pagando! ¡Y las pagaron nuestros padres cuando se fueron a la Revolución! (...) ¡Y las pagarán nuestros hijos con la cárcel y la vergüenza!»